domingo, 16 de abril de 2023

Y volver, volver, volver...




















Por Robert Newport
14 abril 2023

El rey emérito regresará a Sanxenxo la próxima semana —entre el 19 y el 23—, con la intención de participar en la Copa de España de Vela patroneando su barco ‘Bribón’. El nombre es muy significativo.

En las inmediaciones del Club Náutico, volveremos a presenciar el lamentable espectáculo de una multitud aclamándolo: ¡Viva el rey! ¡Bienvenido, Majestad! ¡Cómo se encuentra, Majestad! Aplaudiendo con entusiasmo. Los teléfonos móviles de los enardecidos asistentes captarán, para el recuerdo, las imágenes del emérito. Y uno no llega a comprender qué enfermizo interés mueve al vergonzoso comportamiento de absurda y obsoleta pleitesía.

Nadie parece recordar que Juan Carlos I cometió fraude fiscal y evasión de capitales: cantidades ingentes de dinero de dudosa procedencia. Y él no era un ciudadano cualquiera, ni un empresario que defrauda a la Agencia Tributaria o a la Seguridad Social. El rey emérito, cuando delinquió, era el Jefe del Estado. Ostentaba la más alta representación de este país, y estaba obligado a observar un comportamiento ejemplar. Sin embargo, durante su reinado, la ejemplaridad ha brillado por su ausencia: no sólo incumplió sus obligaciones fiscales, también tuvo numerosas aventuras sentimentales, algunas muy sonadas y comprometidas. Pero no debe sorprendernos: «De casta le viene al galgo».

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