viernes, 7 de agosto de 2020

Un Rey Mago

Por Robert Newport

07 agosto 2020

Después de casi cuarenta años de reinado, Don Juan Carlos de Borbón se va de España, «autoexiliado». Informaciones aparecidas en distintos medios de comunicación, nacionales y extranjeros, lo relacionan con presuntos delitos de corrupción, fraude fiscal y blanqueo de capitales, relacionados con el cobro de comisiones por la construcción de la línea de alta velocidad «AVE del desierto», que une las ciudades de Medina y La Meca, en Arabia Saudí. 

En los mentideros oficiosos ya se especulaba sobre presuntas cuentas del rey emérito en bancos suizos. Eran meras especulaciones. Lo intuíamos, pero no lo podíamos aseverar. 

Según el periódico helvético La Tribune de Genève, el Rey emérito ocultó 100 millones de dólares en una cuenta en Suiza. Al mismo tiempo, el citado periódico informaba que Corinna Larsen, ex amiga íntima de Don Juan Carlos, recibió 65 millones de dólares procedentes del Ministerio de Finanzas saudí, como obsequio personal del rey emérito. Un escándalo «Real» en toda regla. 

A la vista de lo que ha salido a la luz, irónicamente podemos considerar que Don Juan Carlos de Borbón era, en cierto modo, como un Rey Mago: llegaba de Oriente cargado de «regalos».

Publicado en ‘La Región’ (08.08.2020) y en ‘Faro de Vigo’ (09.08.2020), en la sección ‘Cartas al Director’


lunes, 3 de agosto de 2020

¿Dónde está la verdad?


Por Robert Newport

03 agosto 2020

La escalada de nuevos contagios y fallecimientos por el COVID-19 no parece tener fin. Cada cierto tiempo, desde siempre, un nuevo virus hace acto de presencia. Se trata de una visita incómoda y muy preocupante. Así las cosas, mi ignorancia —que es mucha— me ha llevado a pensar que el coronavirus puede tener su origen en una mutación violenta de otro ya existente. También es probable que el cambio climático haya propiciado que algunos virus que permanecían en estado latente hayan despertado de su letargo de cientos o miles de años, irrumpiendo con agresividad en el sistema inmunitario del cuerpo humano.

Mis cavilaciones —porque el confinamiento es terreno abonado para la reflexión— me han llevado a imaginar que se trata de un virus de diseño, dispersado desde el aire, con las más abyectas intenciones. Porque me niego a creer que algo así pueda surgir por generación espontánea.

En cualquier caso, nos encontramos indefensos ante esta nueva invasión vírica que, si la ciencia no concluye cómo combatirla, se habrá convertido en un drama humano de proporciones inimaginables.


Publicado en ‘Faro de Vigo’ y ‘La Voz de Galicia’ (04.08.2020), y en ‘La Región’ (05.08.2020), en la sección ‘Cartas al Director’