jueves, 14 de julio de 2016

Cuestión de equilibrio








Por Robert Newport
14 julio 2016

La ronda de contactos de Mariano Rajoy con los líderes de las formaciones más representativas, en un intento de lograr los apoyos necesarios para su investidura como presidente del Gobierno, hasta ahora no nos permite ser optimistas. No lo tiene fácil, ciertamente. Había que saber, sin embargo, si en esta vía de diálogo se planteó algún tipo de concesión por parte del señor Rajoy. En función de ello, del mismo modo que el equilibrio en los cuerpos sólidos, podemos llegar a tener un Gobierno estable, inestable o indiferente.

Un Gobierno estable, que es lo que deseamos los ciudadanos, y lo que necesita España, sería muy tranquilizador. Un Gobierno inestable, con los actores dispersos en sus cuitas y desvaríos, sería muy preocupante. Pero un Gobierno indiferente, en el que la desidia tuviera una presencia relevante, sería una buena razón para hacer la maleta e irse a vivir a una isla deshabitada, en la que uno pueda decidir si quiere llevar una vida estable: razonablemente ordenada; inestable: viviendo en permanente desorden; o indiferente: echándose directamente a la bartola. Y aquí paz y después gloria.

[Publicado en 'Faro de Vigo' (20.07.2016), en la sección 'Cartas al Director']

domingo, 3 de julio de 2016

¿Por qué ahora sí?






Por Robert Newport
01 julio 2016

Los resultados de las elecciones del 26J, como era previsible, indican claramente que es condición sine qua non, ahora más que nunca, que haya acuerdos responsables que garanticen la gobernabilidad. Me temo, sin embargo, que lograr los pactos necesarios no será tarea fácil. Si no consiguen ponerse de acuerdo, el actor principal del Partido Popular tendría que gobernar en minoría. Y ese sería un escenario poco deseable.

Es incuestionable que el PP ha sido el partido más votado. Ha ganado las elecciones, a pesar de la corrupción y de las maniobras conspirativas del ministro del Interior. Pero la situación es parecida a la de hace seis meses. La diferencia radica en que el señor Rajoy, con más escaños que en la anterior convocatoria, ahora sí está dispuesto a negociar con las distintas formaciones. ¿Por qué no lo hizo después del 20D, en lugar de instalarse en la estrategia del inmovilismo? ¿Por qué antepuso los intereses personales y partidistas al interés general? Hemos desperdiciado seis meses, y despilfarrado dinero público, inútilmente y sin justificación. Un comportamiento irresponsable. Tal vez, sin que tengamos conciencia de ello, continuemos siendo la España de charanga y pandereta que Antonio Machado describe de forma perfecta en su poema El mañana efímero. Quizá, quizá.

[Publicado en ‘La Voz de Galicia’ (03.07.2016), y en ‘Faro de Vigo’ (14.07.2016), en la sección 'Cartas al Director']