sábado, 25 de agosto de 2018

O Marisquiño




Por Robert Newport
23 agosto 2018

El Concello de Vigo y la Autoridad Portuaria han de asumir su parte alícuota de responsabilidad en el desafortunado colapso estructural que provocó el accidente en O Marisquiño. No se trata, en modo alguno, de buscar culpables, porque con ello únicamente se consigue dilatar en el tiempo la solución del problema.
Abel Caballero, como alcalde, y Enrique López Veiga, como presidente de la Autoridad Portuaria de Vigo, tienen que dejar a un lado el cromatismo político y aunar esfuerzos en aras del bien común. Olvídense de las formaciones políticas a las que pertenecen y representan, y orienten sus energías, desde los cargos que ostentan, a mejorar la ciudad y la calidad de vida de la ciudadanía.
Es condición sine qua non, de común acuerdo y sin protagonismos, poner todos los medios a su alcance para que accidentes como el de O Marisquiño no vuelvan a producirse. Olviden sus diferencias y sus dogmas políticos, ya que, como representantes públicos, están «condenados» a entenderse. Reflexionen sobre ello. Y aquí paz y después gloria.


Publicado en ‘La Voz de Galicia’ y en ‘La Región’ (24.08.2018),  y en ‘Faro de Vigo’ (26.08.2018), en la sección 'Cartas al Director'

lunes, 6 de agosto de 2018

Cinco años después





Por Robert Newport
02 agosto 2018

Todavía resuenan los ecos del quinto aniversario del accidente del Alvia en Angrois. Aún no se han apagado los lamentos de las víctimas, que han tenido que recurrir a la Comisión Europea para que fuera reconocida la falta de seguridad en la fatídica curva de A Grandeira, en la que la tarde-noche del 24 de julio de 2013 se produjo aquel horrible accidente que se saldó con 81 víctimas mortales y 147 heridos.

Sin embargo, cinco años después, todo sigue igual: continúa sin instalarse el sistema de seguridad ERMTS en ese tramo del trazado ferroviario. ¿Cómo es posible que se señale como único responsable al maquinista? Los accidentes ocurren, qué duda cabe, porque el riesgo cero no existe. Pero los políticos, en su afán por dejar su impronta y arrogarse un mérito que les proporcione votos, han institucionalizado las inauguraciones exprés, aunque las obras no estén concluidas ni dispongan de los preceptivos dispositivos de seguridad. 

Se pusieron todas las trabas para impedir la creación de una Comisión de Investigación objetiva e independiente. Nos han mentido descaradamente, manipulando las informaciones, tratando de justificar lo injustificable. No hubo ceses ni dimisiones. Nadie quiso asumir su cuota de responsabilidad. Así, lamentablemente, se confirma, una vez más, el apotegma de John F. Kennedy: «El éxito tiene muchos padres, pero el fracaso es huérfano». 


Publicado en ‘La Región’ (04.08.2018) y en ‘Faro de Vigo' (09.08.2018), en la sección ‘Cartas al Director’