Por Robert Newport
29 diciembre 2020
Recurriendo a la expresión mitológica
de la caja de Pandora: «La Esperanza es lo último que se pierde», esperábamos
que fueras mejor año que tu predecesor. Pero nos has defraudado.
En el panorama político en nuestro
país, las aguas han bajado turbias y revueltas; y en todo momento, el horizonte
se presentó difuminado e incierto. El desequilibrio económico originado por la
pandemia ha sido de tal magnitud, que los inevitables y contundentes ajustes
para la recuperación supondrán nuevos sacrificios para todos.
El rey emérito, Juan
Carlos I, ha puesto pies en polvorosa —Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) ha
sido su destino— acuciado por presuntos delitos de corrupción, fraude fiscal y
blanqueo de capitales. La violencia de género, esa epidemia machista que no
cesa, ha segado la vida de más de 40 mujeres en nuestro país. Y la migración,
ese fenómeno del que se nutren las mafias, ha continuado sembrando de víctimas
mortales las frías aguas del mar en el que, además de sus vidas, también
ahogaron sus sueños. Y los hombres, mujeres y niños que lograron alcanzar
nuestras costas en frágiles embarcaciones, creyeron haber llegado a la «tierra
prometida».
Has sido un año nefasto,
que quisiéramos olvidar. Pero seríamos injustos, porque has causado mucho
sufrimiento. Durante nueve largos meses, has dado cobijo al coronavirus
covid-19 que ha infectado a más de 77 millones de personas en el mundo, y la
cifra de fallecidos ha superado el millón y medio. Aquellos que perdieron a un
ser querido sin el consuelo de haberle dado un último abrazo, el último adiós,
jamás te podrán olvidar.
Viviremos con las cicatrices de todos los adiós que
no hemos podido pronunciar y de todos los abrazos que no hemos podido dar, pero
seguir viviendo será nuestra venganza. ¡Bienvenido 2021!
Publicado en
‘La Región’ (30.12.2020), ‘Atlántico Diario’ (01.01.2021), en la sección
‘Cartas al Director’