domingo, 17 de enero de 2021

Situación límite





Por Robert Newport
16 enero 2021

Nunca, como en las actuales circunstancias, fue tan determinante tener en cuenta la Ley de Murphy: «Si algo malo puede ocurrir, ocurrirá». ¡Salvar la Navidad! Esa fue la consigna, la prioridad que irónicamente nos recuerda el film «Salvar al soldado Ryan», permitiendo los desplazamientos entre comunidades autónomas, obviando los cierres perimetrales, para propiciar las reuniones familiares. Pero la pandemia no es una película, es la cruda realidad de una situación límite, desesperada, que condiciona nuestras vidas. 

La permisividad en la observancia de las restricciones ha sido la causa de la nueva escalada de contagios, un aumento de las hospitalizaciones y, lo que es peor, de fallecimientos. Y las UCI, así como el sacrificado personal sanitario, duplicando y triplicando turnos, se encuentran al borde del colapso. Y en esa desafortunada dinámica, nuestros gobernantes no han tenido la valentía de tomar las decisiones correctas, por considerarlas impopulares, escudándose en unos datos que mostraban una ficticia mejoría de la situación pandémica. 

Si a un paciente que muestra una ligera mejoría se le suprime la medicación, inevitablemente su estado se agravará. Es condición sine qua non, por tanto, mantener el tratamiento hasta la curación total. Y así han de entenderse las actuaciones sobre la pandemia del covid-19. De lo contrario, volveremos a estar como al principio. En cuyo caso, aun a nuestro pesar, tendremos que dar credibilidad a la cita literaria: «La mayoría de los políticos son como alfileres: sus cabezas no son lo más importante».

Publicado en ‘La Región’ (17.01.2021) y ‘Atlántico Diario’ (21.01.2021), en la sección ‘Cartas al Director’



viernes, 1 de enero de 2021

¡Adiós 2020!



Por Robert Newport

29 diciembre 2020

Recurriendo a la expresión mitológica de la caja de Pandora: «La Esperanza es lo último que se pierde», esperábamos que fueras mejor año que tu predecesor. Pero nos has defraudado.

En el panorama político en nuestro país, las aguas han bajado turbias y revueltas; y en todo momento, el horizonte se presentó difuminado e incierto. El desequilibrio económico originado por la pandemia ha sido de tal magnitud, que los inevitables y contundentes ajustes para la recuperación supondrán nuevos sacrificios para todos.

El rey emérito, Juan Carlos I, ha puesto pies en polvorosa —Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) ha sido su destino— acuciado por presuntos delitos de corrupción, fraude fiscal y blanqueo de capitales. La violencia de género, esa epidemia machista que no cesa, ha segado la vida de más de 40 mujeres en nuestro país. Y la migración, ese fenómeno del que se nutren las mafias, ha continuado sembrando de víctimas mortales las frías aguas del mar en el que, además de sus vidas, también ahogaron sus sueños. Y los hombres, mujeres y niños que lograron alcanzar nuestras costas en frágiles embarcaciones, creyeron haber llegado a la «tierra prometida».

Has sido un año nefasto, que quisiéramos olvidar. Pero seríamos injustos, porque has causado mucho sufrimiento. Durante nueve largos meses, has dado cobijo al coronavirus covid-19 que ha infectado a más de 77 millones de personas en el mundo, y la cifra de fallecidos ha superado el millón y medio. Aquellos que perdieron a un ser querido sin el consuelo de haberle dado un último abrazo, el último adiós, jamás te podrán olvidar.

Viviremos con las cicatrices de todos los adiós que no hemos podido pronunciar y de todos los abrazos que no hemos podido dar, pero seguir viviendo será nuestra venganza. ¡Bienvenido 2021!

Publicado en ‘La Región’ (30.12.2020), ‘Atlántico Diario’ (01.01.2021), en la sección ‘Cartas al Director’