domingo, 30 de octubre de 2016

Cenizas al viento


Por Robert Newport
30 octubre 2016

Cuando uno es católico creyente, aunque tenga algunas dudas razonables, debe obediencia a los mandatos de la Iglesia. Sin embargo, no siempre estamos dispuestos a acatar ciertas normas y directrices que dicta la jerarquía eclesiástica. Porque, en cierta medida, nuestra razón individual nos hace librepensadores.
Dicho lo cual, ante las limitaciones promulgadas por la Congregación para la Doctrina de la Fe cuestionando la libertad de aventar o guardar en la intimidad del hogar las cenizas de nuestros difuntos, y advirtiendo que los fieles que se decanten por esas prácticas pueden verse privados de las honras fúnebres, yo me siento agredido en mi individualidad de conciencia como ser humano.
La Iglesia católica podrá tener potestad para negar las exequias en sufragio del alma del difunto, pero no olvidemos que los creyentes disponen de un medio infalible para comunicarse con Dios: la oración. Y a través de ella, pueden suplicarle que acoja en su seno el alma inmortal de sus seres queridos fallecidos. Definitivamente, no se necesitan intermediarios para hablar con Dios.

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Publicado en ‘La Voz de Galicia’ (02.11.2016), ‘Faro de Vigo’ (05.11.2016) y ‘La Región’ (29.10.2017)

en la sección 'Cartas al Director'

Texto revisado (07.02.2020)

viernes, 14 de octubre de 2016

Black is black




Por Robert Newport
12 octubre 2016

¡Nadie sospechaba nada! Todos las aceptaron y se beneficiaron de las tarjetas Black, sin hacer preguntas. Para qué. Ya fueran para gastos de representación o como una compensación salarial (burlando la limitación legal), la cuestión era disponer de dinero en efectivo, realizar compras o pagar servicios varios con una tarjeta cuyo techo de gasto podía llegar a 75.000 euros anuales. Y, además, exentos de tributación. ¡Esto es Jauja!

Me resisto a creer que el Banco de España y la Agencia Tributaria no tuvieran conocimiento de la existencia de estas tarjetas fraudulentas, cuando a los ciudadanos de a pie nos controlan hasta el último céntimo. Y si, por ignorancia o negligencia, omitimos algún ingreso o pérdida patrimonial en la Declaración de la Renta, ni el sursuncorda nos libra de un expediente sancionador.

En este país en el que tantos ciudadanos están al borde de la exclusión social (algunos ya la han conseguido), los desahucios dejan a tantas familias en la calle, y el paro alcanza una cota de vértigo, esta élite de sinvergüenzas con nóminas de escándalo, que son una provocación en sí mismas, se burla de todos nosotros sin el menor pudor. Esperemos que la Justicia actúe con rapidez y contundencia.


[Publicado en 'Faro de Vigo' (15.10.2016), en la sección 'Cartas al Director']

domingo, 9 de octubre de 2016

A río revuelto...






Por Robert Newport
07 octubre 2016

Después de muchos dimes y diretes en el seno del Partido Socialista, su secretario general, Pedro Sánchez, presentó la dimisión. Que esto ocurriera era sólo cuestión de tiempo. Su reiterada negativa a facilitar la investidura de Mariano Rajoy, precipitó los acontecimientos. Aunque, en cierto modo, comprendo su empeño en el ‘no es no’, con el que ha demostrado coherencia con su forma de entender la política de partidos. Tal vez se haya empecinado excesivamente en impedir que Rajoy pudiera repetir como presidente del Gobierno. Tal vez, también, se haya excedido en los insultos y descalificaciones a su adversario en aquel primer debate televisivo: Mariano Rajoy vs Pedro Sánchez. Y aquello mereció mi más enérgica reprobación. Tal vez, cómo no, su actitud egocéntrica le haya pasado factura (IVA incluido). Sin embargo, es público y notorio que en el Partido Socialista existen claras desavenencias internas, lo que evidencia unas preocupantes y poco saludables ‘intrigas palaciegas’. Así las cosas, una comisión gestora dirigirá el partido hasta el nombramiento de un nuevo secretario general.

Ahora, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, en el Partido Popular se estarán frotando las manos. Pues, como dice el refrán: ‘A río revuelto, ganancia de pescadores’. Y es que, en situaciones confusas y desavenencias ajenas, siempre hay quienes obtienen beneficio de tales circunstancias. De manera que, no por mérito propio sino por demérito de su adversario, Mariano Rajoy puede tener el camino despejado para presidir, nuevamente, el Gobierno de España. O, tal vez, no. Ya veremos.


[Publicado en 'La Voz de Galicia' (09.10.2016), en la sección 'Cartas al Director']