domingo, 12 de julio de 2015

Batiburrillo político



Por Robert Newport
10 julio 2015

Los resultados de las pasadas elecciones municipales y autonómicas han sido de lo más variopintos. Las formaciones -algunas de nuevo cuño- que salieron elegidas en ayuntamientos y comunidades autónomas para gobernarnos durante los próximos cuatro años, no todas tienen decidido con quién van a pactar. Y es que también en esto predomina la ley de la oferta y la demanda: si me ofreces tal o cual área de poder, formo Gobierno contigo. De lo contrario, ahí te quedas, más solo que la una, gobernando en minoría y recibiendo palos de un lado y de otro. Y en esas están. Y no sólo en los ayuntamientos y comunidades. También existe un tira y afloja para presidir las diputaciones. Todo es un vergonzoso y descarado chantaje, vendiendo sus conciencias al mejor postor, anteponiendo los intereses particulares y partidistas, ignorando los de los ciudadanos que les han votado. ¿Dónde queda la vocación de servicio público que se le supone a los que se dedican a la política?

Por otra parte, no sólo se forman coaliciones entre formaciones del mismo o parecido color político. Por conseguir una parcela de poder son capaces de pactar con formaciones manifiestamente antagónicas, que, salvo excepciones, más tarde o más temprano, acaban tirándose los trastos a la cabeza.

Conceptos como dignidad, coherencia, ideología, honestidad, honradez... parece que han quedado anticuados. Y los ciudadanos, en nuestra ingenuidad, seguimos sin querer enterarnos.


[Publicado en 'Faro de Vigo' (11.07.2015) y en 'La Voz de Galicia (11.07.2015), en la sección 'Cartas al Director']

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