lunes, 4 de agosto de 2014

¡Qué país!

Por Robert Newport
3 agosto 2014

¡Esto es demasiado! Cada día desayunamos con un nuevo caso de corrupción en la clase política de este país. No se salva nadie: partidos políticos, gobiernos autonómicos, diputaciones provinciales, ayuntamientos, sindicatos, entidades bancarias… Modernas cuevas de Alí Babá de ladrones insaciables. El cómo y el cuándo van de la mano en delitos de cohecho, blanqueo y evasión de capitales, prevaricación, tráfico de influencias, falsedad documental, malversación de fondos públicos… Y un largo etcétera de ilegalidades que, inevitablemente, al final, pagamos todos los ciudadanos. Por ello, la Justicia ha de obrar con diligencia para que no prescriban, y aplicar con contundencia un castigo ejemplar.

Este país, que ha sido cuna de hombres y mujeres ilustres en ámbitos como la Ciencia, la Pintura, la Literatura…, se ha convertido, por obra y gracia de vividores titulados, no sólo en un país bananero -como lo califican algunos, con razón-, sino en un gran vivero de empresas de ‘embutidos’ de alto standing, con denominación de origen. ¡Qué vergüenza de país! 

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