lunes, 12 de mayo de 2014

Nada ha cambiado

Por Robert Newport
12 mayo 2014

La Europa que pretendemos seguir construyendo y consolidando, exige plena dedicación, seriedad y, sobre todo, solvencia. Requiere, en definitiva, que se trabaje por el bien común de los países miembros y, muy especialmente, por el de sus ciudadanos. Por otra parte, para recuperar el estado de bienestar al que todos tenemos derecho, es necesario demostrar la suficiente voluntad política para que prevalezca -¡siempre!- el interés general sobre el interés partidista.

En esta campaña electoral, de la que saldrán nuestros representantes en el Parlamento Europeo, los ciudadanos esperábamos de los candidatos y mitineros políticos que no recurrieran al insulto, a la descalificación, ni al reproche. Esperábamos que nos hablasen de cómo piensan articular los mecanismos necesarios para la creación de empleo estable y de la igualdad de oportunidades, de derechos y deberes, y de garantizar las ayudas sociales y las pensiones. También, de cómo y cuándo se solucionará la actual crisis económica… Que nos dijeran, en fin, cómo piensan gestionar y defender nuestros intereses, y no, exclusivamente, los suyos y los del partido al que representan.

Lamentablemente, nada ha cambiado: continúan insistiendo, reiterativos hasta el aburrimiento, en la estrategia de la descalificación del adversario político, haciendo gala de una incontinencia verbal decepcionante. Es el discurso recurrente, carente de argumentos convincentes, muy propio de políticos de vía estrecha. Es un insulto a la inteligencia de los ciudadanos. Han elegido, una vez más, el camino equivocado. Y así nos va.

(Publicado en 'La Voz de Galicia' del 14 de mayo de 2014, en la sección 'Cartas al Director')

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