15 enero 2010
Amigo imaginario:
¡Estamos ya en un nuevo año! Y,
como ocurre al principio de cualquier año, no sabemos lo que nos deparará.
Aunque, para empezar, nuestro presidente del Gobierno acaba de asumir la
presidencia de turno de la Unión Europea. Y ello, en principio, supondrá una
responsabilidad añadida a las que ya tiene, que no son pocas. Cierto es, sin
embargo, que su mandato durará únicamente seis meses; y esto, en cierto modo,
es tranquilizador, pensando en que no se puede descuidar la atención a los
problemas de nuestro país.
Hablando de problemas, amigo
mío, el paro continúa siendo la mayor preocupación de los ciudadanos. Y no es
para menos. Cuatro millones de parados son muchos parados, porque, además, son
cuatro millones de trabajadores que no cotizan, que perciben el subsidio de
paro -aunque no todos, ciertamente-, con
lo que las arcas del Estado se ven seriamente debilitadas; y, de seguir así,
tanto las pensiones, como la sanidad pública y otros derechos sociales, pueden sufrir recortes que perjudicarían,
considerablemente, a muchos ciudadanos de este país. Ciudadanos que, después de
una dilatada vida laboral -contribuyendo a sanear el erario público con sus
aportaciones porcentuales-, pueden verse gravemente afectados por la ausencia de
una protección social que les corresponde por derecho.
Del mismo modo, considero que
la Administración tendrá que negociar con la Patronal, un acuerdo -serio y
comprometido- que estimule la creación de puestos de trabajo, con el fin de
garantizar, en la medida de lo posible, la ausencia de precariedad en el
empleo.
Como sabrás, querido amigo
-aunque tú estás en otra dimensión-, un terremoto asoló Haití, destruyendo o
dañando seriamente el 90% de las casas y edificios, entre los que se encuentra
el Palacio Presidencial, la sede de la ONU y las embajadas. Los muertos, que se
cuentan por decenas de miles, abarrotan las calles de la capital Puerto
Príncipe. Los cementerios, que también han sufrido los efectos del seísmo,
quedaron inutilizados. Por ello, como solución inmediata para evitar epidemias,
se optó por hacer fosas comunes en el campo. Y, como problema añadido -además
de los heridos, la falta de agua y alimentos, así como la ausencia de atención
médica-, las réplicas se suceden, aunque de menor intensidad. Una gran
desgracia que, como tantas otras, se cierne sobre una de las zonas más pobres
del planeta.
Un doble titular de prensa, que
selecciono entre los muchos que aparecen en los periódicos, creo que expresa
claramente lo ocurrido y sus consecuencias: “Una tragedia sin precedentes” “Desprovisto de instituciones, Haití es
una inmensa fosa común habitada por un pueblo entero de refugiados”.
Como puedes ver, imaginario
amigo, hoy únicamente te comento calamidades. Y, para no perder el ritmo, quisiera
hacer una reflexión sobre una cuña radiofónica que, en los últimos días -como cada año-, emiten varias veces al
día, los siete días de la semana: “Hay 3 millones de leprosos en todo el mundo. Hoy, la lepra
tiene curación. Con sólo 20 euros se puede curar a un leproso”.
Al oír algo así, uno se
pregunta: ¿Cómo se puede consentir que
una enfermedad tan terrible -siendo
curable-, continúe haciendo sufrir a tanta gente? ¿Cómo es posible que por 60
millones de euros -que se gastan bastantes más en campañas promocionales y
eventos de todo tipo, que luego se quedan en agua de borrajas-, las naciones,
los organismos internacionales, las asociaciones de toda índole, los
filántropos…, o el sursuncorda, no se ponen manos a la obra? ¿Pretenden, con
este tipo de mensajes, que nos sintamos culpables y remover nuestras
conciencias? ¿Qué nos están contando? ¿Será un mensaje subliminal? No sé qué
pensar.
Bueno, creo que por hoy ya es
suficiente ¡Basta ya de desgracias! Respira hondo, sal a dar un paseo…, procura
distraerte.
Un fuerte abrazo, amigo mío.
Robert
30 enero 2010
Amigo imaginario:
A punto de finalizar el primer
mes de este nuevo año, ya tenemos en el país varios asuntos que, me temo, van a
dar mucho que hablar -y, también, que escribir-, sobre todo al partido de la
oposición. Para que la fiesta no decaiga.
Por una parte, la necesidad de
construir en nuestro territorio lo que ahora se denomina: almacén temporal
centralizado (ATC) de residuos nucleares. Y, hasta el día de ayer, ya hay
cuatro municipios que se presentan como candidatos: Ascó, en Cataluña;
Santervás, en Castilla y León; y Yebra y Villar de Cañas, en Castilla-La
Mancha. Se presentarán más, sin duda. Pues, ciertamente, la necesidad vital de
una alternativa a la agricultura y a la ganadería -que, lamentablemente, en
algunas comarcas no están en su mejor momento-, exige soluciones urgentes para
evitar que algunos pueblos desaparezcan. Y esta es una realidad incuestionable.
Que está ahí, pese a quién pese. Ahora bien, la desconfianza generalizada sobre
la seguridad de estos almacenes, o silos, o cementerios nucleares, o cómo
quieran denominarlos, no se desvanece tan fácilmente.
Recordarás, amigo mío, un
artículo que escribí hace un par de años, relacionado con este asunto, en el
que hacía referencia a la peligrosidad de la energía nuclear, poniendo como
ejemplo el desgraciado accidente ocurrido el 26 de abril de 1986 en Ucrania, en
la central de Chernóbil. La fuga de grandes cantidades de material radiactivo a
la atmósfera, causó decenas de víctimas mortales e innumerables afectados por
la radiación. Sin embargo, aún reconociendo que el riesgo cero no existe en
ninguna actividad, y que mis precarios conocimientos sobre la materia me
obligan a manifestarme con la debida cautela, sigo considerando que la energía
nuclear lleva implícito un gran riesgo de impacto radiológico ambiental, cuya
magnitud, en gran medida, todavía desconocemos.
No quiero preocuparte, querido
amigo, con mis consideraciones y temores; pues, en la prensa de anteayer, he
leído las declaraciones de un profesor de ingeniería nuclear, Eduardo Gallego
Díaz, miembro del comité de expertos que asesoró al Gobierno sobre el almacén
de residuos radiactivos, en las que asegura que el silo nuclear resistiría el
impacto de un avión de combate a 800 km/h . Y esto, en principio, supone una
cierta garantía. También es cierto, que un almacén de este tipo nada tiene que
ver con una central nuclear: “El proyecto -manifiesta el profesor Gallego Díaz-
se basa en el aislamiento de productos radiactivos en una doble capa de acero.
Las barras de combustible gastado se encuentran dentro de una cápsula. Y todo
va dentro de un silo con paredes de hormigón armado de resistencia especial de
entre 1,5 y 2 metros de grosor”. Continúa diciendo que las
radiaciones están totalmente controladas y no pueden salir de los muros de
hormigón… Luego, todavía queda lo del transporte, que, según en que condiciones
y circunstancias, digo yo, tampoco es un tema baladí. Por todo ello, aunque
debemos confiar en los que tienen amplios conocimientos sobre este asunto,
sigue preocupándome -y, mucho, muchísimo- la energía nuclear y sus posibles
efectos secundarios.
Otro de los asuntos que ha
levantado cierta polvareda, por considerarse “El mayor escándalo sanitario del
siglo” -así figura en un titular de prensa-, es la gripe A.
En mi carta del pasado 2 de
septiembre de 2009, en la que te hablaba de la alarma social provocada por las
contradictorias declaraciones de las distintas organizaciones médicas sobre la
nueva gripe, también te decía: “…sospecho que más de uno debe de estar
frotándose las manos pensando en el que puede ser el negocio del siglo. O, por
lo menos, el negocio de su vida”. Y, al parecer, así ha sido. El Consejo de
Europa abrió una investigación para determinar si la declaración de pandemia
por parte de la OMS
estaba justificada y si, como se sospecha, ha habido intereses económicos -se
refiere, naturalmente, a las multinacionales farmacéuticas- tras la campaña de
vacunaciones masivas. Esperemos que esta organización continental llegue hasta
el fondo del asunto. Mientras tanto, permaneceremos atentos.
Por último, paciente amigo, te
comunico que el Gobierno pretende retrasar la edad de jubilación oficial a los
67 años, como medida para garantizar, dicen, el cobro de las pensiones más allá
del año 2030. Bueno, otro tema de debate
sobre el que, en principio, todos los partidos y sindicatos han expresado ya su
oposición. De todos modos, según la información que aparece en la prensa de
hoy, el Ejecutivo cuenta con el respaldo de la patronal y de la Comisión Europea.
Estoy convencido de que no vamos a tener tiempo de aburrirnos. Y eso, de
momento, no sé si es bueno o malo.
Un fuerte y reconfortante
abrazo.
Robert
Amigo imaginario:
Seguimos por el mismo sendero,
estrecho y tortuoso -a veces, intransitable-, de la política. En los
periódicos, en las noticias de la radio y en las de la televisión, todos los
días aparecen informaciones del principal partido de la oposición, en contra
del Gobierno. Y el Ejecutivo, por su parte, replicando a la oposición. Es
decir, más de lo mismo. Pero soluciones reales y efectivas, ninguna.
Te lo he dicho en otras
ocasiones: el Partido Popular dedica todos sus esfuerzos a desgastar al
Gobierno. Únicamente pone en marcha toda su maquinaria política, con un gran
derroche de palabrería, al servicio de una campaña de acoso y derribo, que no
beneficia a ninguno de los dos. Y, mucho menos, al país. Porque, escuchando con
atención al señor Rajoy, uno se da cuenta de que no plantea propuestas serias.
Se limita a lanzar críticas, a modo de dardos envenenados; pero, soluciones, lo
que se dice soluciones, ninguna. Ahora bien, sigue insistiendo en que su
partido está preparado para gobernar. Que tiene un plan. Tanto insiste en lo
del plan, que a uno le entran ganas de cantarle: “El PP tiene un plan,
matarile, rile, rile. El PP tiene un plan, mecachis en la mar”. Al final, todo
es humo. Lo único que pretenden es gobernar, tener el poder, la hegemonía… Pero
este país llamado España, les importa una mierda. A pesar, eso si, de que se
les llena la boca cada vez que dicen ¡España! Mentira, todo es una burda
mentira. Y así nos va.
No es menos cierto, amigo mío
-hay que reconocerlo-, que el Ejecutivo da la impresión de estar dando palos de
ciego. No parece que esté muy centrado a la hora de anunciar reformas:
fiscales, laborales, en las pensiones… Ya que, en función de cómo reaccionen
las demás fuerzas políticas, la patronal, los sindicatos…, y los ciudadanos,
las lleva adelante o las modifica. O, simplemente, las anula, sin que llegue a
existir un debate parlamentario. Se observa, al menos en lo que a mí respecta,
una reiterada improvisación. Y, mientras tanto, la crisis económica nos sigue
asfixiando.
En momentos de dificultades,
como la actual crisis económica, todas las fuerzas políticas -especialmente el
principal partido de la oposición- tendrían que unirse, sin fisuras, por una
causa común: España. Pues, para bien o para mal, se trata de nuestro país. El
de todos los ciudadanos que les hemos votado, a unos y a otros, para que nos
representen y defiendan nuestros intereses comunes.
Algún día, seguramente antes de
lo que esperamos, el Partido Popular llegará al poder, no tengo ninguna duda.
Entonces, cuando quede patente que ni tenían un plan, ni ideas brillantes, ni
soluciones infalibles a los múltiples problemas que aquejan a nuestro país,
simplemente dirán -como respuesta recurrente habitual- lo de siempre: “De
aquellos polvos vienen estos lodos”, culpando así, de su propia incapacidad, al
anterior Gobierno. Y se quedarán tan anchos.
Querido amigo, todo lo que está
aconteciendo en el ámbito político es tan agotador, tan decepcionante, que no
pienso seguir consumiendo más energía, ni más tinta, escribiendo sobre una
actividad que, desde siempre, me produce náuseas.
Afortunadamente, sigue habiendo
vida más allá de la política. Y por ello, igual que la brisa hace más
soportable el agobiante calor, nos reconforta saber que Vicente Ferrer,
luchador incansable en Pro de los más desfavorecidos, está propuesto para Nobel
de la Paz , a
título póstumo. O, lo que es lo mismo, la fundación que lleva su nombre y que
continúa su obra. Fue un hombre excepcional, cuya labor en Anantapur (India) es
de sobra conocida. Sin embargo, paciente amigo, de las muchas frases
pronunciadas por Vicente Ferrer en algún momento de su vida, quiero destacar
tres que considero de gran relevancia:
ü “La
utopía es el punto final que no ves, pero hacia el que te diriges”.
ü “Todas
las instituciones son conservadoras por definición y no quieren enfrentarse
demasiado cuando surgen algunos problemas” (en referencia a la Compañía de
Jesús).
ü “En la India necesitan ayuda para
salir de la miseria social y económica, no necesitan que les cambies su
religión”.
Espero que el comentario
referido a Vicente Ferrer haya calmado la inquietud interior que, sin duda, te
ha producido la perorata política.
Un fuerte abrazo.
Robert
27 marzo 2010
Amigo imaginario:
Después de mes y medio sin
tener noticias mías, habrás pensado que ya me había olvidado de ti; pero no,
amigo mío, el motivo de esta tardanza ha sido el trabajo que, como suele
ocurrir, ha llegado todo junto, en tropel y desbocado, y no he tenido un
momento de respiro.
Como noticia importante, al
menos yo así la considero, te comunico el fallecimiento de Miguel Delibes, el
pasado día 12 de este mes de marzo, a los 89 años. Considerado uno de los
mejores escritores españoles del siglo XX,
fue miembro de la
Real Academia Española, Premio Nacional de Literatura, Premio
Nacional de Narrativa, Premio Príncipe de Asturias de las Letras y Premio
Miguel de Cervantes. Además, logró múltiples galardones y distinciones por su
prolífica obra literaria y periodística. Propuesto en diversas ocasiones
al Premio Nobel de Literatura, murió sin
haberlo conseguido. Sin embargo, a modo
de sencillo homenaje, me quedo con el siguiente titular de prensa: “El Premio Nobel de Literatura se quedó sin
Miguel Delibes”. No quiero terminar
este comentario sin manifestar mi desagrado, y también mi protesta más
enérgica, por la ausencia de la familia Real en las honras fúnebres.
Pasando a otro asunto, querido
amigo, todos los medios se han hecho eco de los casos de pederastia en el seno
de la Iglesia
Católica , que no sólo salpican a los sacerdotes implicados,
sino también a la alta jerarquía eclesiástica -incluido el Papa Benedicto XVI-,
por haberlos silenciado. Y no se puede consentir, bajo ningún concepto, que
miembros destacados de la
Iglesia hayan chantajeado, amenazado o sobornado a las
víctimas, para que no denunciaran estos hechos. Cierto es, sin embargo, que no
se puede juzgar al todo por la parte. Ahora bien, cuando esa parte adquiere una
dimensión como la de los hechos que han salido a la luz -primero, en Estados Unidos; y ahora, en
Irlanda-, se acerca tanto al todo, que, inevitablemente, alcanza la suficiente
entidad como para tenerla en consideración. Por otra parte, observamos en la Iglesia una doble vara de
medir, según le convenga. Condena enérgicamente el aborto, en cualquier
circunstancia, y amenaza con excomulgar a todo aquel que propicie la aprobación
de la ley que lo legalice. Sin embargo, cuando hechos tan graves como la
pederastia se producen en su seno, y salen a luz, se limita a pedir perdón,
como si en lugar de un delito, se tratara de una mera travesura. Y aquí paz y
después gloria. Pero no es suficiente con pedir perdón. A los autores de actos
tan aberrantes -considerados como delitos graves- hay que apartarlos, de
inmediato, del ministerio sacerdotal; y juzgarlos, aplicando la ley, como se
hace con cualquier ciudadano que comete una agresión sexual. Y no se trata de
enviarlos a la hoguera, sino de hacer justicia conforme a la ley. Eso es todo.
Como ves, paciente amigo, hoy
sólo tengo noticias que me crispan, enfurecen e irritan. No puedo evitar que se
me calienten los dedos ante tanta corrupción e hipocresía. Por cierto, hablando
de corrupción, últimamente los políticos están que se salen. Primero, el caso
Gürtel, en Valencia. Ahora, el caso Palma Arena, en Baleares. ¿Cuál será el
próximo?
Bueno, cambiando de asunto, ¡ya
llegó la primavera! Y, aunque el tiempo no acompaña, parece que el cambio de
estación afecta, inevitablemente, al normal comportamiento de las personas.
¿Será por aquello de que “La primavera la sangre altera”? Pues, va a ser que
si. Sin embargo, no es únicamente la sangre la que se trastorna. También el
horario experimenta una transformación: a las dos de la madrugada de mañana día
28, habrá que adelantar una hora los relojes. ¡Qué invento! Me pregunto si esa
decisión de los entendidos sirve, en realidad, para ahorrar energía. Dicen que
así se aprovechan más horas de luz natural. Sólo espero que los días no estén
nublados. Ahora bien, lo que si es cierto es que esta noche tendremos una hora
menos para dormir; los transportes, especialmente las líneas aéreas y el
ferrocarril, se verán afectados y tendrán que hacer ajustes -tal vez,
desajustes- en sus horarios; los hospitales, además de las guardias de médicos
y personal sanitario, tendrán que ajustar también las medicaciones de los
pacientes; las madres con bebés, además del ingrato trabajo diario, se
trastornarán ajustando los horarios de los biberones… Y nosotros, que somos
marionetas en manos de unos iluminados que se sacaron de la manga el invento
del ahorro energético, andaremos como autómatas durante unos días -es decir,
atontados-, hasta que nuestro reloj biológico se normalice. Y todo esto,
realmente ¿sirve para algo?
Mi buen amigo, termino ya esta
carta comentándote otro nuevo invento: la TDT -Televisión Digital Terrestre-, que, con el
denominado apagón analógico, ya está en la mayoría de los hogares de nuestro
país. Pues bien, ahora disponemos de veintitantos canales gratuitos. ¡Qué bien
lo vamos a pasar! Dijimos alborozados, ignorando lo que nos íbamos a encontrar.
Y es que, exceptuando los informativos, alguna que otra película, algún
programa divulgativo científico-cultural y alguna serie costumbrista o de
ficción, disponer de tantas cadenas no supone ninguna ventaja para los sufridos
telespectadores. Por un lado, programas infumables, que proliferan como setas,
en los que ciertos personajes van a airear sus miserias; eso si, cobrando una
pasta gansa. Por otro, concursos que son un insulto a la inteligencia. Y, por
último, ofertas comerciales que repiten con perversa insistencia, una y otra
vez, el mismo e inútil producto, hasta provocar náuseas. ¿Qué hemos ganado con
el cambio? Volvernos idiotas, irremediablemente.
Espero no haber influido muy
negativamente en tu estado de ánimo. Pero, como puedes ver, es lo que hay. Que
duermas bien.
Un fuerte abrazo.
Robert
17 abril 2010
Amigo imaginario:
Queda patente que la meteorología no es una ciencia exacta.
La primavera se resiste y, después de unos días de sol, han vuelto las lluvias;
aunque, menos mal, no parece que vengan con muy malas intenciones.
Hay un asunto que, desde hace varios días, preocupa a un
amplio sector de la ciudadanía; y a mí, especialmente. Al juez de la Audiencia Nacional ,
Baltasar Garzón, se le imputan presuntos
delitos de prevaricación y cohecho, en relación con el patrocinio por parte del
Banco de Santander, de unos cursos que impartió en la Universidad de Nueva
York. Y esto, repito, me preocupa. Pero no por el hecho de que haya o no haya
cobrado, sino por la imagen que se está
dando de este juez que, entre sus múltiples actuaciones -algunas muy
brillantes-, sostuvo una denodada lucha contra el narcotráfico, despejando el
camino para que otros jueces procesaran, encarcelaran y despojaran de sus
bienes a los capos de la droga. Y no
únicamente en Galicia. Pero aún hay más:
el juez Garzón se atrevió a incoar un proceso sobre los crímenes del franquismo
-como también lo hizo, en su día, contra el dictador chileno, Augusto
Pinochet-, y, del mismo modo, se involucró en la investigación sobre el caso
Gürtel. Y, posiblemente, estos dos procedimientos pudieron haber propiciado lo
que, presuntamente, parece un “ linchamiento”, o una ” revancha” . Es decir, una “ caza de
brujas” judicial.
De todos modos, los ciudadanos de a pie -los de infantería,
como dice mi admirado Arturo Pérez-Reverte-, debido a nuestro desconocimiento
en materia legal, hemos de ser prudentes y, sobre todo, respetuosos con las
decisiones del Tribunal Supremo. Ahora bien, aún siendo conscientes de nuestra
ignorancia en cuestiones procesales, podemos opinar libremente y considerar que
las actuaciones de algunos magistrados -de acuerdo con las informaciones que
aparecen en la prensa- pueden estar
poniendo en peligro el Estado de derecho. Y, a la vista de hechos como este
-así como también, otros de menor relevancia-, cada día estoy más convencido,
amigo mío, de que: ni la ley es igual para todos, ni todos somos iguales ante
la ley. Estaremos atentos y expectantes, también impacientes, siguiendo la
evolución de este, para mí incomprensible, proceso contra el juez Garzón.
Querido amigo, la imparcialidad de la justicia está en
entredicho. Y, como he dicho en múltiples ocasiones, no es lo mismo proceder de
acuerdo con la legalidad, que hacerlo con justicia.
Te resultará extraño que, sin tener un razonable
conocimiento sobre estos asuntos, tenga la osadía de opinar tan alegremente.
Pero, como tú sabes, la ignorancia es muy atrevida.
Agradezco, como siempre, tu admirable paciencia para
soportar mis parrafadas epistolares.
Un fuerte abrazo.
Robert
30 abril 2010
Amigo imaginario:
Hoy termina este mes de abril que, entre el proceso al juez
Baltasar Garzón, los casos de corrupción en la política -la de algunos
políticos, naturalmente- y la polémica que se suscitó en torno al uso del velo
islámico, el hiyab, por la joven
musulmana Najwa Malha, en un instituto
de Pozuelo de Alarcón; así como la nada primaveral climatología que hemos
tenido, es mejor que se vaya de una puñetera vez
Los procesos judiciales siguen su curso, y habrá que esperar
a los dictámenes, resoluciones o sentencias correspondientes. En cuanto al caso
de la joven musulmana, ya asiste a clase, con toda normalidad, en otro
instituto del mismo municipio,
perteneciente a la provincia y Comunidad de Madrid.
Personalmente, amigo mío, considero que no es justo prohibir
el uso del hiyab en clase, puesto
que, si en lugar de tratarse de una chica de origen marroquí -pero que, a todos
los efectos, es española-, se presenta cualquier otra joven con una pañoleta
cubriendo su cabeza, no hubiera ocurrido absolutamente nada. Es decir, ningún
centro educativo pondría objeción alguna por su presencia en clase. Y es que,
siendo mínimamente razonables, esta prenda no oculta el rostro; únicamente, sin
que ello tenga que ofender a nadie, cubre la cabeza y el cuello. Simple y
llanamente. Nada más. Y dejémonos de religiones y zarandajas. Y evitemos la
absurda y mal intencionada comparación con el burka o la nicáb. Pues,
el primero, a modo de capuchón, cubre todo el cuerpo y únicamente tiene una
especie de rejilla a la altura de los ojos, a través de la cual, aunque con la
inherente dificultad, la mujer puede ver. La segunda, variante de la prenda
anterior, también cubre todo el cuerpo; sin embargo, la zona correspondiente a
los ojos queda totalmente descubierta, libre. Ahora bien, estas prendas ocultan
el rostro y, naturalmente, es razón más que justificada para no permitirlas.
Pero no son comparables, en modo alguno, con el hiyab que originó la polémica. Y, además, no llego a comprender
cómo, en centros educativos (IES) del mismo municipio y de la misma
Comunidad, pueden existir reglamentos discriminatorios. O, lo que es peor, que
se puedan modificar por vía de urgencia -como es el caso del instituto en el que fue rechazada- para poder
esgrimirlos como argumento legal. ¡Vergonzoso!
Otra cuestión, muy distinta, sería que en esta alumna se
observaran comportamientos de insubordinación -o de cualquier otra índole
reprobable-, en cuyo caso habría que tomar las medidas disciplinarias oportunas
-llegando incluso a la expulsión, si fuera necesario-, pero aplicándolas
exactamente igual, y en las mismas condiciones, que a cualquier otra alumna o
alumno.
Querido amigo, últimamente estoy muy crispado; y lo lamento,
profundamente, porque tú no tienes por qué soportar mi mal humor. Pero ya
sabes, por haberlo manifestado en otras ocasiones, que las injusticias me tensan, me exasperan…, me cabrean
sobremanera. Yo soy así. Y en cuestiones de injusticia social, aunque me tachen
de quijote, no pienso cambiar.
Agradezco tu paciencia y, como siempre, te envío un
fortísimo abrazo.
Robert
15 mayo 2010
Amigo imaginario:
Mi estado de ánimo, como el de la mayoría de los ciudadanos
de este país, se encuentra en horas bajas; es decir, por los suelos. Y no es
para menos.
No sé si te habrás enterado de las medidas económicas de
austeridad que ha tomado el Gobierno: Reducción de los salarios a los
funcionarios, congelación de las pensiones -excepto las más bajas y las no
contributivas-, supresión del cheque bebé -que ya no traerá un pan bajo el
brazo-, aminorar el exceso de jubilaciones anticipadas, etc. Medidas
impopulares, sin duda, pero necesarias para contener esta crisis que nos está
devorando poco a poco. Esta decisión tendría que haberse tomado antes, en lugar
de negar lo evidente. Lo sabía el Ejecutivo y lo sabíamos los ciudadanos de a
pie. Los currantes y los jubilados. Resumiendo, la tropa de infantería.
Ahora bien, amigo mío, considero que, además, sería necesario
suprimir algunos altos cargos -tanto en
el Gobierno como en su entorno: en las Administraciones Autonómicas, por
ejemplo-, dejar de subvencionar eventos e iniciativas lúdico-festivas
absolutamente superfluas… En definitiva, evitar el despilfarro incontrolado.
Otra cuestión que, sin ánimo de polémica, me parece de vital
importancia -y sobre la que no he oído ni leído nada al respecto-, es la
asignación a la Casa Real ,
que espero se vea reducida, en los
próximos Presupuestos Generales del Estado, como gesto de austeridad. Y es que,
puestos a apretarse el cinturón, la Familia Real tiene la obligación moral de dar
ejemplo. Pues no es justo que los ciudadanos con menor poder adquisitivo tengan
que pagar siempre los platos rotos, a pesar de no haber utilizado la vajilla.
Y, además, siendo realistas, tal vez habría que plantearse si nosotros, como
país, podemos seguir soportando el mantenimiento de una Institución que, a mi
modo de ver, es manifiestamente prescindible.
Por otra parte, y esto es lo más lamentable -y, también, lo
que me crispa y cabrea de verdad-, los que considero verdaderos responsables
-por no decir: culpables- de esta asfixiante crisis económica: los bancos y los
especuladores, salen totalmente indemnes de esta “desfeita”. Una verdadera
vergüenza.
Se me están empezando a calentar los dedos en exceso,
querido amigo, y antes de que pierda los modales -aunque no suele ser mi
habitual pauta de comportamiento-, y luego me taches de reaccionario
inconformista -tal vez, de subversivo-, será mejor que dé por finalizada esta
carta.
Un fuerte abrazo.
Robert
7 julio 2010
Amigo imaginario:
Han transcurrido casi dos meses desde mi última carta, y es
que ya no hay nada medianamente interesante que comentar. Únicamente se habla
del Mundial de Fútbol de Sudáfrica. La prensa escrita, la radio y la
televisión, se hacen eco diariamente del acontecimiento deportivo del año. Y lo
comprendo, claro que lo comprendo. Sin embargo, parece como si no hubiera vida
después del fútbol, con la que está cayendo: crisis económica, desempleo,
corrupción política, narcotráfico… Todo un abanico de motivos para estar
preocupados. Pero somos así, nos montan un Campeonato Mundial de Fútbol, y es
como si todos nuestros problemas se hubieran desvanecido. Ahora bien, aunque no
soy muy “futbolero”,
espero que hoy gane España contra Alemania y se clasifique para disputar la
final contra Holanda el próximo domingo.
Y no lo digo por patriotismo ¡qué va! Lo que ocurre es que la mayoría de
los jugadores son del F.C. Barcelona, y eso, como tú sabes, para mi ya es
suficiente motivo. Además, amigo mío, lo cortés no quita lo valiente.
Hoy, en la portada de ‘La Voz de Galicia’ -periódico que leo diariamente-,
aparece el siguiente titular: “El presidente de la Diputación de Alicante,
detenido por supuesta corrupción”. Es que salen como setas, coño. A poco que te
descuides ¡zas!, corrupción a la vista.
Otro titular, en el mismo periódico: “La visita del Papa a
Galicia costará cuatro millones de euros”. Y, en páginas interiores, se amplía
la noticia: “La visita de ocho horas que el Papa prevé realizar a Santiago el
próximo 6 de noviembre generará a la
Xunta , de acuerdo con sus propias estimaciones provisionales,
gastos por un importe global de cuatro millones de euros, dos de los cuales
serán destinados en exclusiva a sufragar la retransmisión del acontecimiento a
todo el mundo, a través de la televisión pública autonómica”. Ahora, digo yo:
si el Sumo Pontífice quiere venir a Santiago de Compostela aprovechando que éste es Año Santo Jacobeo
(Ano Santo Xacobeo), me parece una excelente ocasión para hacerlo. Pero ¿por
qué los gastos que genera la organización de esta visita han de salir de los
bolsillos de los gallegos, sean o no católicos? ¿Por qué las instituciones
civiles tienen que involucrarse económicamente en los eventos religiosos? ¿Por
qué se hacen recortes presupuestarios en Educación y Sanidad, por ejemplo, y,
sin embargo, se despilfarra en acontecimientos que únicamente conciernen a la Iglesia Católica ?
¿Por qué, en justa correspondencia, no repercute en favor del Erario Público
parte de los ingresos que obtiene la
Iglesia , el Vaticano, la Santa Sede o el
Sursuncorda, en los distintos actos, eventos o acontecimientos que ellos
promueven y con los que consiguen ingentes beneficios? ¿Por qué únicamente en
estos casos esgrimen lo de “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de
Dios? ¿Por qué? Sencillamente, porque a la espiritualidad -falsa
espiritualidad, diría yo- también llegó el mercantilismo. Ya nada es lo que era.
Amigo mío, ya sé que me pongo muy pesado con la relación
Iglesia-Estado, pero sigo diciendo que ambos han de seguir caminos distintos;
lo que no quiere decir, en modo alguno, que necesariamente tenga que haber
desencuentros. Pero, una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa. No sé si
me explico con la suficiente claridad.
Otra cuestión, que me saca de mis casillas, es el lastre de
las subvenciones. Algo que se ha convertido ya en una costumbre, pasando a
formar parte del panorama folclórico-festivo de este país, y que se repite cada
vez con más frecuencia. Siempre hay alguien al que se le ocurre organizar algún
evento, no importa de qué se trate: gastronómico, deportivo, cultural, de
ocio…, sin tener en cuenta que para ello es absolutamente necesario disponer de
medios económicos. Pero, no hay
problema ¿Para qué están las empresas,
las firmas comerciales, los ayuntamientos, las diputaciones…? Para subvencionar
todo lo que haga falta y más. Y así nos va. Porque luego, no hay dinero para
pagar puntualmente los salarios de los empleados de esas empresas y firmas
comerciales; los ayuntamientos, como tienen por costumbre, tardarán seis o más
meses en pagar las facturas de esas mismas empresas y firmas comerciales; y las
diputaciones, no pueden acometer obras de infraestructura, como asfaltar
carreteras, reparar viaductos, señalizar debidamente las autovías, etc. Porque
todo se lo han gastado, unas y otros, en subvencionar actividades innecesarias
e inútiles. Ahora bien, queda muy ”guay del Paraguay”, y da mucho prestigio,
que en los carteles anunciadores, en la prensa o en la radio, se haga la
mención correspondiente: Este evento ha sido patrocinado por “El Corte de
Mangas” o La firma comercial “El Orgullo de Albacete”
patrocina esta fiesta gastronómica. ¡Esto es Jauja!
Bueno, querido amigo, la verdad es que he tardado tiempo en
escribirte, pero, con esta retórica epistolar de hoy, creo que vas bien servido
por una buena temporada. Sin embargo, no te hagas ilusiones porque espero
volver pronto a la carga.
Un fuerte abrazo.
Robert
19 julio 2010
Amigo imaginario:
Ya se han apagado los ecos del Mundial de Fútbol de
Sudáfrica, donde nuestra selección -me refiero a la de España, naturalmente-
venció por un gol a cero a la selección de Holanda, en el minuto 116 del
partido (minuto 26 de la prórroga), proclamándose campeona del mundo. El mayor
éxito deportivo jamás logrado. Una gesta que quedará grabada para siempre en la
memoria de todos los aficionados. Y, también, en la de los que no lo son.
Ahora, inevitablemente, volvemos a la realidad de los
problemas cotidianos. Volvemos, también, a las continuas y encarnizadas
discrepancias entre el Gobierno y la oposición. Y, como no podía ser de otra
forma, en el reciente debate sobre el estado de la Nación, esas discrepancias
evidenciaron que los desencuentros entre ambos líderes no tienen marcha atrás.
Y, también, quedó patente el ansia de poder del jefe de la oposición, que,
siguiendo su habitual línea de comportamiento, hizo un gran alarde dialéctico
(verborrea de charlatán) sin aportar nada significativo. Pero, eso sí, demandó
abiertamente que el Ejecutivo convoque, cuanto antes, elecciones generales. Y
en eso estamos, amigo mío.
Dentro de unos días, el próximo mes de agosto, el Gobierno
se irá de vacaciones. Pero, a pesar de que la cifra de desempleados continúa
siendo escandalosa, y que la crisis todavía sobrevuela nuestras cabezas, gran
parte de los ciudadanos de este país también se irá -si no lo ha hecho ya- a
las playas, a tomar el sol; también de camping, a la montaña, para oxigenarse;
acudirá, cómo no, a las fiestas patronales de sus pueblos y ciudades; y se
gastará el dinero que no tiene -o, al menos, eso es lo que dice- en los
chiringuitos de playa o de montaña, en los múltiples y diversos eventos
gastronómicos, en cenas con los amigos... Es decir ¡A vivir que son dos días!
Pero, después de agosto, llegará septiembre. Y los problemas
que dejamos antes de irnos de vacaciones, seguirán estando ahí, agazapados,
esperándonos, y nos asaltarán sin piedad. Pero, como siempre, el fútbol será la
tabla de salvación. El deporte rey será
la panacea, el revulsivo, el antídoto que curará todos nuestros males. El
fútbol conseguirá que nos olvidemos de la crisis y de todo lo que, todavía,
está por llegar.
Y, por si fuera poco, el presidente del Gobierno, además de
otros problemas que descansan en los cajones de su mesa de despacho, tendrá que
enfrentarse a una convocatoria de huelga general (29 de septiembre); y,
también, a tres espinosos desafíos: la reforma laboral, la reforma de las
pensiones y, por último, la reforma fiscal. Una apretadísima e incómoda agenda,
que no le será fácil organizar. Y, mucho menos, resolver.
Cada día que pasa, amigo mío, la apatía y la indiferencia se
instalan con mayor fuerza en mi estado de ánimo. Los políticos en los que
confiaba, me han decepcionado. Los otros, aquellos de los que recelaba, ahora
me preocupan. Su ambición de poder es tan ostensible, que no dudan en negar lo
evidente con tal de lograr sus propósitos. Me refiero, naturalmente, a los
múltiples casos de corrupción -presuntos, dicen- que, debido a la frecuencia
con la que se producen, crean en mí una gran desconfianza que va en aumento
cada día.
La crisis que padecemos no es únicamente económica. Existe,
también, una preocupante crisis de valores: educación, justicia, convivencia…,
que produce un inevitable deterioro en la sociedad. Y eso, querido amigo, no es
nada saludable.
Unos y otros ¡qué puñeteros!, nos tienen contra las cuerdas.
No encontramos opciones claras. Nos hemos quedado sin alternativas en las que
poder confiar. ¡Estamos perdidos!
Un fuerte abrazo.
Robert
Amigo imaginario:
Las vacaciones, para quién las haya tenido, han tocado a su
fin; y, de nuevo, la vuelta al trabajo,
con el consiguiente síndrome post-vacacional, tratando de coger el ritmo, la
rutina, el equilibrio... La normalidad.
También, cómo no, el comienzo de un nuevo curso político,
con sus dimes y diretes. Con sus luchas intestinas -que no intestinales- y
zancadillas. Es decir, volver, también, a la rutina y a la ”normalidad”
a la que nos tienen acostumbrados.
Como ya sabrás, los sindicatos empiezan a calentar motores
de cara a la huelga general convocada para el próximo día 29 de este mes. Recientemente, en un acto multitudinario,
se han reunido en el Palacio de Vistalegre de Madrid, alrededor de dieciséis mil representantes sindicales
de todo el país. Pero, claro, es que son muchos los que viven del asunto
sindical. Y, en cierta medida, a costa de las arcas del Estado. Es decir, a
nuestras expensas.
Hablando de sindicalismo, amigo mío ¿por qué los sindicatos
no intervienen en las empresas de cuatro o cinco trabajadores? ¿Dónde están
cuando los obreros de esas empresas trabajan horas extraordinarias que no les
pagan? ¿Cómo consienten -porque saben que ocurre- que, ante una petición justa,
se le diga al obrero, en un inequívoco alarde de abuso de autoridad: si no te
interesa este trabajo, ya sabes dónde está la puerta? ¿Por qué están tan
indefensos? ¿Por qué los ignoran? Por la
sencilla razón de que esos cuatro o cinco trabajadores hacen poco ruido. O, tal
vez, ninguno. Y eso, en resultados publicitarios, no les resulta rentable a las
centrales sindicales. Esa es la razón.
De todos modos, querido amigo, considero que esta huelga no
va a resolver nada. Será, eso sí, una movilización con gran seguimiento. Y hará
mucho ruido, sin duda. Pero, en mi opinión, únicamente será una gran traca de
fuegos artificiales. Grandes pancartas reivindicativas y muchas banderas
sindicalistas ondeando sobre la multitud. Se gritarán, a través de los
megáfonos, consignas creadas para la ocasión. Y un mitin, con aclamación
estrepitosa, pondrá fin a una manifestación en contra de los recortes sociales
del Gobierno. Será una cortina de
humo. Nada más.
Cambiando de asunto, y como continuación de lo que te decía
en mi carta del pasado 7 de julio, vuelvo a criticar lo que nos va a costar a
los gallegos la visita del Papa: tres
millones de euros, dicen ahora. Lo sigo considerando un despilfarro. Como,
también, consideré un dispendio la nada despreciable cifra de treinta millones de pesetas que, cuando
el señor Fraga era presidente de la Xunta, le regalaron al cantante Julio
Iglesias para que promocionara el Xacobeo por el mundo. ¡Anda ya! ¡Pero, si el
Xacobeo se promociona solo, pardiez! Si
el Camino de Santiago se conoce desde la
Edad Media, coño. ¡Qué nos están contando!
Como dato curioso, se sabe que en la antigüedad, los peregrinos que llegaban del norte de Europa y
otros lugares, sabían -por experiencias propias o ajenas- lo peligroso que
resultaba entonces hacer el Camino. Por ello, antes de iniciar aquel incierto y
largo viaje, hacían testamento.
Volviendo a la cuestión inicial, el pasado día 2 de este mes -en el diario: La Voz de Galicia-
leí un artículo de Xosé Luis Barreiro Rivas (columnista del citado periódico y
profesor universitario), y es la primera vez, en muchos años, que no estoy de
acuerdo con él. Y lo lamento, sinceramente.
Escribe el señor Barreiro Rivas: “La inmensa mayoría de los
gallegos están convencidos de que los tres millones de euros que se van a
gastar en la visita del Papa no están justificados, y que, antes de enterrarlos
en solemnidades superfluas, sería mejor hacer depuradoras o guarderías...” “El mundo es muy viejo, y ya lo vio casi
todo. Y los fariseos siempre aparecen en los momentos más inoportunos...” En definitiva, nos está llamando hipócritas.
Es su opinión y la respeto. Pero,
naturalmente, no la comparto. Y no la comparto porque, continuando con su artículo,
dice: “Es la mentalidad cutre y cicatera que ya no recuerda que es Santiago
quien nos puso en el mapa del mundo…” “Es la ignorancia que no nos deja ver que
el Papa viene -además de a cumplir con su misión apostólica-
a hacernos un favor extraordinario…”Bueno, no discuto que le debamos a Santiago figurar en el mapamundi.
Pero, lo del favor extraordinario del Papa, es, cuando menos, discutible. Y lo
digo, porque su visita está prevista para el próximo 6 de noviembre. Es decir,
vendrá a “promocionar” el Ano Santo Xacobeo, once meses
después de haberse iniciado, cuando ya se esté extinguiendo. Porque, no debemos
olvidar que, un año, aunque sea “Santo”
y “Xacobeo”, sigue teniendo doce meses.
Por otra parte, el artículo en cuestión también dice: “Pero
al Papa no le va a extrañar nada este ataque de justicia y rigor presupuestario
que invade el Finisterre, porque más de mil veces habrá leído y meditado la
historia de la cena en casa de Lázaro que se narra en el Evangelio de Juan (12,
3-7): Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro,
ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. Y la casa se llenó del
olor del perfume. Dice Judas Iscariote…/… ¿por qué no se ha vendido este
perfume por trescientos denarios y se ha dado a los pobres? …/… Jesús dijo:
déjala, que lo guarde para el día de mi sepultura. Porque pobres siempre los
tendréis con vosotros; pero a mí no siempre me tendréis”.
Después de leer la referencia que el señor Barreiro Rivas
hace a este pasaje del Evangelio, me he quedado desconcertado. Es decir,
confuso. Porque, si bien es cierto que Jesús no hubo -ni habrá- más que uno,
los Papas se suceden unos a otros. Por otra parte, hoy no se puede comprender
cómo Jesús pudo haber dicho algo tan egocéntrico y falto de humildad. Pero,
bueno, estas disquisiciones las dejaremos para los teólogos -pues, se supone
que son los que saben de esto- aunque, dicho sea de paso, tampoco entre ellos
se ponen de acuerdo.
Amigo mío, con todo lo que llevo escrito en contra de la Iglesia y sus dignatarios,
por su aptitud ante ciertos aspectos y necesidades de la vida y de la sociedad
actual, creerás que soy un ateo o un apóstata convencido. Pero, no es así. Yo
soy creyente. Aunque, únicamente, soy practicante ocasional. Porque, querido y
paciente amigo, una cosa es la religión, y otra, muy distinta, la Iglesia y sus jerarcas. He
ahí la diferencia. Esto es lo que hay.
Un afectuoso abrazo.
Robert
27 noviembre 2010
Amigo imaginario:
¡Cuánto tiempo! Pero, claro, como todo lo que acontece es
tan repetitivo, tan agotador, a uno se le quitan las ganas de comentar nada.
Sin embargo, al hilo de lo que te decía en mi carta anterior, en relación con
la huelga general y con la visita del
Papa a Santiago de Compostela, quiero hacerte partícipe de mis particulares
reflexiones.
En lo que se refiere a la huelga del pasado día 29 de septiembre, me reafirmo en lo que dije:
que sería una traca de fuegos artificiales y una cortina de humo. Eso es lo que
considero que ha sido. Puesto que, servir, lo que se dice servir, no ha servido
absolutamente para nada. Porque, si somos realistas, convendrás conmigo en que
todo ha sido un gran montaje de las centrales sindicales -eso sí, con mucho
ruido-, de cara a la masa trabajadora que, como siempre, es la que sufre las
consecuencias de las desafortunadas decisiones de los Gobiernos, sean del color
que sean. Es decir, convocaron la huelga para contentar -yo diría, mejor, para
contener- a sus afiliados, en particular; y a los trabajadores, en general.
Porque, querido amigo, no olvidemos que el Gobierno subvenciona, con cantidades
nada despreciables, a las Federaciones Sindicales. Y esto, a mi modo de ver, no
es serio y resta credibilidad a cualquier acción supuestamente en favor de los
trabajadores. Puedo estar equivocado, naturalmente, pero es mi opinión y, como
tal, la asumo con todas las consecuencias.
En cuanto a la visita del Sumo Pontífice a la Ciudad del Apóstol, se han
publicado opiniones de todo tipo y para todos los gustos. Ahora bien,
mayoritariamente, el denominador común de todas ellas, tanto político como
eclesiástico, ha sido la gran rentabilidad económica que esta visita ha
supuesto para Galicia. Pero, curiosamente -lamentablemente, diría yo-, muy
pocos han considerado el carácter de misión apostólica que,
incuestionablemente, lleva intrínseca toda visita papal. Lo que viene a
demostrar, amigo mío, una vez más, que todo sucumbe al mercantilismo. Los
intereses económicos prevalecen sobre todo lo demás. Todo gira alrededor del
dinero. Y en la Iglesia ,
que también tiene sus debilidades, predomina el materialismo sobre la
espiritualidad. Ha sufrido una transmutación: dejó de ser una institución
mística para convertirse en una entidad de gran fortaleza económica. Sí,
paciente amigo, ya sé que sigo siendo muy crítico con la Iglesia Católica
a la que, por otra parte, pertenezco como creyente, aunque, por otras razones,
no como practicante. Por todo ello, como última reflexión, me pregunto si no
sería necesario -o conveniente- que, por segunda vez en la Historia , Jesús volviera
a expulsar a los mercaderes del Templo.
Estas son mis particulares reflexiones de las que te hablaba
al principio de esta carta. Y, naturalmente, espero que tú también pienses detenidamente, con seriedad, en todo ello.
Un fuerte abrazo, amigo mío.
Robert
19 diciembre 2010
Amigo imaginario:
¡Estoy indignado! Abro el periódico esta mañana y ¡zas!, me
da en toda la cara el siguiente titular: “La crisis no va con los ex
presidentes”. “Aznar y González tienen unos ingresos muy elevados, que van en
aumento cada año, como consejeros de empresas privadas, conferenciantes y
autores de libros”.
A la vista de lo anterior, querido amigo, no es extraño que
en el seno de los partidos políticos haya luchas intestinas, zancadillas,
traiciones… Desmesurada ambición de poder. Pues, además, una vez que dejan el
cargo, perciben durante dos años el 80% del sueldo -que puede considerarse
legítimo, naturalmente-, con carácter compensatorio. También, entre otras
actividades, pasan a formar parte de consejos de administración en empresas
privadas que, si bien es cierto que están dentro de la más absoluta legalidad,
les proporcionan unos ingresos muy sustanciosos. Y, si tuvieran un mínimo de
honestidad -o, mejor, de vergüenza-, renunciarían, por incompatibilidad, a determinados privilegios -coche oficial con
chófer, oficina, asistentes y transporte gratuito-, de los que disponen con
carácter vitalicio. Francamente, en un
país con más de 4 millones de parados,
muchos de ellos viviendo por debajo del umbral de la pobreza, considero que es
una descarada provocación. Pues, con los ingresos que perciben, además, por
conferencias, publicación de libros, etc. -todo ello muy lícito, sin duda-,
podrían costearse todos esos privilegios sin que su economía se resintiera. Sin
embargo, los ciudadanos de a pie -los de infantería-, tenemos que pagarlo todo,
absolutamente, sin excepción, euro sobre euro.
Como puedes ver, amigo mío, la crisis no nos afecta a todos
por igual ¡qué va! Siempre habrá privilegiados que no se enteren -incluso, que
se sorprendan- de que la situación económica de muchos ciudadanos es
preocupante, y, en algunos casos, escandalosamente alarmante. Pero, a los
mimados por la diosa fortuna, los apuros económicos de los demás se la traen
“al pairo”. Absolutamente.
Este año se va, sin pena ni gloria -con más pena que gloria,
diría yo-, y dejará paso al siguiente -que ya será el 2011-, en el que
tendremos los mismos problemas, las mismas preocupaciones, la misma puñetera
crisis, el incesante aumento del paro, y una larga e interminable serie de
circunstancias adversas, que prolongarán la agonía de este maltrecho país. Sin
embargo, querido amigo, el fútbol ¡qué bien! seguirá siendo, para muchos, el
bálsamo quitapenas que les hará olvidar, durante los noventa minutos que dura
un partido, que viven en un país que está, con carácter preocupante, al borde
de la quiebra… Y la noria, como no puede
ser de otra forma, seguirá girando.
Tal vez, mi actitud sea excesivamente pesimista. No lo
discuto. Sin embargo, siendo realistas, la situación no está como para echar
cohetes. Pero, seguiremos muy atentos, oteando el horizonte, a la espera de que
el viento sople a favor.
Un fuerte abrazo, paciente amigo.
Robert
Robert
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