31 Diciembre 2008
Amigo imaginario:
Hemos llegado al final de un
año que será recordado, especialmente, como el año de la crisis económica global. Pero ¡hemos
llegado! Y eso tiene que ser motivo más que suficiente para sentirse
razonablemente bien. Otros, tristemente, no lo han logrado. O no se lo han
permitido. Porque muchos de nosotros, en este año que se va, perdimos a algún
familiar o amigo. O, tal vez, a ambos.
Alguien dijo: “Por muy mal que
hayan ido las cosas, hay que pensar que podían haber ido mucho peor.” Amigo
mío, no se consuela el que no quiere. Pero, desde mi punto de vista, el 2008 ha sido un año de… (dejo
puntos suspensivos por respeto a ti, y me quedo con las ganas de escribir una
grosería).
En lo que se refiere a la
política ¡qué te voy a contar! Este ha sido un año muy duro para el Gobierno,
sobre todo en los últimos meses, puesto que la crisis ha originado que
numerosas empresas hayan presentado expedientes de regulación de empleo, y ello ha propiciado un alarmante aumento del
paro. De todos modos, como me he vuelto
muy escéptico, soy libre de pensar que muchas de esas empresas, al amparo de la
maldita crisis –y alegando ¡vete tú a saber qué motivos!-, han decidido
presentar los oportunos (inoportunos) expedientes de regulación -pasando sus
empleados a incrementar las listas del paro-, y aquí paz y después gloria.
También está la
descapitalización de los bancos y cajas -¡toma castaña!-, lo que ha supuesto un
gran esfuerzo económico para los gobiernos. Y una gran incertidumbre para los
pequeños ahorradores, totalmente ajenos a las estrategias financieras, que
veíamos peligrar los cuatro euros que tenemos ahorrados.
Y, ¡cómo no!, la lacra del
terrorismo, que de nuevo ha vuelto a dejar su huella asesina. ¡Cobardes!
Ocurrieron más cosas en este
2008 que se acaba. Por ejemplo, los
disturbios en Turquía después de que la policía matara a un joven, cuando
intentaba disolver una manifestación.
¡Qué te voy a contar de la
violencia de género! 72 mujeres han sido asesinadas este año por sus parejas o
ex parejas. Una cifra escalofriante y una verdadera lacra social. Luego están
la esclavitud, el hambre y las enfermedades en países del llamado Tercer Mundo. La inmigración, en la
que hombres, mujeres y niños, en una decisión desesperada, inician un
arriesgado peregrinaje que, lamentablemente, no siempre –o casi nunca- tiene un
final feliz.
Luego están las guerras
-comportamiento irracional del ser humano-, como demostración de fuerza y
supremacía, que se cobran miles de vidas inocentes. En los últimos cuatro días, la ofensiva
militar de Israel contra la
Franja de Gaza, se ha saldado con 380 muertos y 1.700 heridos
en ese territorio palestino. Y, de momento, no se vislumbra el final de estos
ataques despiadados, con misiles dirigidos hacia objetivos que se encuentran en
medio de una ciudad superpoblada de civiles -incluidos centros de enseñanza y
bloques de viviendas-, matando a hombres adultos, ancianos, mujeres y niños. La
verdad es que, en todas las guerras, ambos contendientes cometen excesos. Pero,
al que es atacado le asiste la obligación de defenderse -o rendirse- hasta las
últimas consecuencias. Y esa es una realidad incuestionable.
Otro asunto de cierta
envergadura, y de gran calado político en nuestro país, ha sido el nuevo modelo
de financiación autonómica que, sin duda alguna, requiere, por parte del
Gobierno, una notable habilidad político-financiera para lograr contentar a
todos.
Pero, sin duda, la noticia
estrella de este año 2008 que finaliza, y que eclipsó a todas las demás, ha
sido la elección del senador Barack
Obama como el próximo inquilino de la Casa Blanca, convirtiéndose así en el
primer presidente afroamericano en la historia de los Estados Unidos de
América.
Después de este somero repaso a
lo acontecido en este año bisiesto que agoniza, espero que el 2009 sea razonablemente mejor. Y mis deseos quedan condensados en el siguiente
decálogo:
01. Que remita la crisis económica y que disminuya el
paro.
02. Que la lacra de la violencia de género desaparezca
definitivamente.
03. Que las guerras dejen paso al entendimiento entre
los pueblos.
04. Que ETA se disuelva de una puñetera vez.
05. Que los empresarios se humanicen y respeten los
derechos de los trabajadores.
06. Que la Declaración Universal de los Derechos
Humanos sea algo más que un documento.
07. Que la esclavitud, las epidemias y el hambre, en
cualquier lugar del mundo, sean erradicadas y dejen de ser noticia.
08. Que la buena salud nos acompañe a todos.
09. Que no pasemos privaciones y podamos darnos un
homenaje de vez en cuando, aunque sea pequeño.
10. Que en el terreno afectivo-sentimental… ¡Dios
reparta suerte!
Y a ti, desconocido amigo,
sabes que te deseo lo mejor, y espero poder continuar esta relación epistolar
que mantengo contigo desde hace poco más de un año.
Un fortísimo abrazo y, a pesar
de la que está cayendo, Feliz Año Nuevo.
Robert
04 Enero 2009
Amigo imaginario:
Hoy, al abrir el periódico por
las páginas de opinión, me llamó la atención el titular: “Gorrón y cuenta
nueva”, correspondiente a un artículo, que he leído con natural curiosidad.
Decía así: “Están por todas
partes. Tienen más morro que un coche de lujo. Quieren ser los más ricos del
cementerio. Y, ahora con la crisis, quienes ya eran amarrados con el dinero no
sueltan un euro de más, ni por error. Se les conoce fácil a la hora de pagar.
Piden y piden, sin cortarse, y da la sensación de que invitan ellos hasta que
llega el instante de solicitar la cuenta. Es entonces cuando mejor se localiza
al gorrón y cuenta nueva hasta el siguiente incauto. Empiezan las disculpas.
Los hay que juran, apurados, que olvidaron ir al cajero. Y añaden que no tienen
problema, si es necesario, en recorrer cinco manzanas para sacar efectivo. Tú
le dices que da igual, que otro día. El otro día no llega nunca. Los hay que
ponen cara de sorpresa al abrir la cartera y descubrir que no tienen la
tarjeta. Tú les contestas que no pasa nada, que otra noche. Los hay que sólo
tienen un billete grande. El mismo billete grande que utilizan una y otra vez
para que siempre les salgan gratis las consumiciones. Y tú les sueltas: ‘Tranquilo,
ya pagarás en tu cumpleaños’ pensando que alguien tan agarrado seguro que
cumple el 29 de febrero para invitar menos. Los tiempos no están para
desangrarse económicamente, pero los cutres no cambian ni en fin de año.
Acechan a los manirrotos que saben que el dinero sólo sirve para disfrutarlo
antes de que se lo lleve el viento. ¿Quién te cambia euros en una tumba? Mejor
un gorrión al lado que un gorrón.”
Este artículo me trae a la
memoria, un chiste que yo solía contar,
hace ya algunos años; el cual me habían contado antes a mí, naturalmente. La
historia es la siguiente: Dos amigos
mexicanos se van de copas. Al terminar la primera ronda, el gorrón mete
la mano en el bolsillo, en claro ademán de pagar, pero haciéndose el remolón hasta
que el otro saca el dinero. Entonces el gorrón, a modo de falso reproche, le
dice: ¡No se me adelante, manito! ¡No se me adelante! Y continúan el periplo,
de tasca en tasca, repitiéndose el mismo ademán de llevar la mano al bolsillo,
pero sin soltar ni un solo peso, y exclamando de nuevo: ¡No se me adelante,
manito! ¡No se me adelante!
Cuando llevaban recorridas
media docena de tascas, el amigo, que ya estaba hasta el sombrero de pagar
todas las rondas, decidió demorarse en el pago de la siguiente. Así lo hizo, y
el gorrón, escenificando el mismo gesto de costumbre, al ver que el amigo esta
vez no sacaba el dinero, exclamó un tanto contrariado: ¡No se me adelante,
mano! ¡No se me adelante! ¡Pero tampoco se me retrase! (Imagínate estas
exclamaciones con el característico acento mexicano -acuérdate de “Cantinflas”,
por ejemplo-, y te resultará más gracioso).
Mañana será la noche mágica de
los Reyes Magos, que, sentados en sus dorados y deslumbrantes tronos, sobre
unas majestuosas carrozas, estarán presentes en todas las cabalgatas, de todas
las ciudades -pues, al ser magos, tienen el don de la ubicuidad, naturalmente-,
y así, Melchor, Gaspar y Baltasar, con todo su séquito, saludarán con
complacencia a todos los niños y niñas
que, con los ojos abiertos como platos, los contemplarán atónitos, ilusionados
y también ¡cómo no!, sobre todo los más pequeños, algo asustados.
Todos hemos pasado por esa
edad, ¡maravillosa edad de la inocencia!, amigo mío, en la que todo era bondad
y ternura. Luego, con el paso de los años, con infinita desilusión, se pierde
aquella inocencia encantadora y nos volvemos egoístas –a veces, malvados-. En
ocasiones, también crueles; tratando de ocultar que, en el fondo, somos débiles
y vulnerables. Pero nos hacemos los duros, como queriendo demostrar que somos
muy “machos” -por aquello del ¡qué dirán!-, cuando la realidad es que nos
volvemos imbéciles. ¡Una verdadera pena!
Más tarde, sobre todo en la
madurez, nos vamos serenando y vemos las cosas con mayor objetividad. Nos
volvemos más prudentes –no todos, ciertamente- y dejamos de dar importancia a
una serie de cosas que, en realidad, son triviales, fútiles... insustanciales.
Llegamos a tener la capacidad de valorar todo -o casi todo- en su justa medida.
Aunque, en algún momento, ciertamente, podemos llegar a comportarnos con
asombrosa inmadurez. Y, cuando reflexionamos sobre ello, nos avergonzamos
interiormente; pero no queremos reconocerlo. Nos volvemos infantiles y
caprichosos, y nos damos cuenta; pero seguimos adelante con nuestra tozudez.
Somos así de obstinados. En el fondo, independientemente de la edad que
tengamos, nunca dejamos de ser niños.
Bueno, paciente amigo, empecé
hablando de los Reyes Magos y de la inocencia de los niños, y terminé
filosofando sobre la madurez del hombre y sus pautas de comportamiento. Soy
incorregible. Empiezo a darle a la tecla, con decisión temeraria, y me arrojo
al vacío lingüístico sin saber como voy a terminar. Algo así como el que se sube a una cumbre
nevada, se calza los esquíes y, sin tener la menor idea, se lanza cuesta abajo
a toda velocidad. Lo que yo denomino: “inconsciencia aventurera.”
Recibe un fuerte abrazo.
Robert
17 Enero 2009
Amigo imaginario:
Superada la quincena del primer
mes del año, continúa la masacre en Gaza.
Los continuos ataques del ejército israelí, que no respeta ni las sedes
de la ONU –a
pesar de que estaban perfectamente señalizadas-, siguen ocasionando decenas de
muertes de civiles: hombres, mujeres y niños. Familias enteras perecen en esta
guerra que parece no tener fin. Ayer mismo, una madre y sus cinco hijos
murieron a causa de los disparos de un tanque israelí. Y así un día y otro.
Esta locura, amigo mío, es consecuencia del odio ancestral entre judíos y
palestinos. Israel y Palestina, que me retrotraen a mis primeros años de
colegio -en los que estudiaba Historia Sagrada-, están condenados a entenderse
o aniquilarse entre sí, si Dios no lo remedia.
Como puedes ver, desconocido
amigo, el mundo sigue revuelto y nada hace presagiar una pronta solución. Como
me decía mi abuela, y de esto han transcurrido más de cincuenta años: “Loco
estaba el mundo cien años atrás, loco lo encontramos y loco seguirá”.
Te supongo enterado -imposible
abstraerse ante tanto bombardeo informativo- de que el próximo martes día 20,
Barack Obama jurará su cargo como cuadragésimo cuarto presidente de los Estados
Unidos. Y le espera una ardua tarea: sacar a su país de una crisis económica
sin precedentes desde 1930 , poner fin a dos guerras abiertas -Irak y
Afganistán-, el conflicto en Oriente Medio -Israel y Palestina-, la crisis
nuclear con Irán, las tensas relaciones con Rusia…Y otros problemas heredados
de su predecesor George W. Bush -sanidad, educación e inmigración-, que,
sin duda, ha sido el peor presidente de
la historia de los Estados Unidos.
Por todo ello, el señor Obama
va a estar sometido, durante mucho tiempo, a una gran presión. Y, como escribió
hace unas semanas Paul Kennedy, director del Instituto de Estudios sobre
Seguridad Internacional de Yale: “Obama no podrá satisfacer todas las
esperanzas que han depositado en él todos los estadounidenses alegres y
ansiosos y todas las multitudes de otros países, igualmente ansiosos”. En este
sentido, el propio Obama dijo en una de sus últimas entrevistas: “Quiero ser
realista: no podremos hacer todo lo que prometimos con el ritmo que habíamos
esperado”.
Toda esta información, como
puedes comprender, la he ido sacando de la prensa diaria que, a la vista de
tanto acontecimiento, últimamente está muy nutrida.
Amigo mío, la actualidad manda y
de ella tenemos que hablar. Espero que en la próxima carta no me sienta
obligado a seguir haciendo comentarios políticos, aunque todo depende de la
actualidad más inmediata. Pues, para bien o para mal, nos encontramos inmersos
en precampaña electoral en Galicia.
Un fuerte abrazo.
Robert
21 Enero 2009
Amigo imaginario:
¡Ayer fue el gran día! El mundo
entero estuvo pendiente de la ceremonia de juramento de Barack Obama como
presidente de los Estados Unidos de América. Fue una jornada histórica, en la
que más de dos millones de personas, soportando un frío casi polar, asistieron
en directo a este acontecimiento extraordinario. Y, entre aquella multitud,
como no podía ser de otra forma, había muchos afroamericanos que quisieron
presenciar cómo se cumplía el sueño de Martin Luther King.
Independientemente de toda la
pompa protocolaria que rodeó la ceremonia –incluido el himno interpretado por la
legendaria Aretha Franklin-, lo realmente importante y de gran trascendencia,
sin duda, ha sido el tan esperado discurso del flamante presidente. De este
discurso, que es una manifiesta declaración de intenciones, la prensa destaca
las mejores frases:
“Estamos reunidos porque hemos
elegido la esperanza sobre el miedo; la unidad de propósito sobre el conflicto y
la discordia”.
“Seguimos siendo una nación
joven, pero ha llegado el momento de dejar a un lado las chiquilladas. Ha
llegado el momento de reafirmar nuestro espíritu permanente, elegir nuestra
historia mejor”.
“Ellos, los pioneros,
concibieron América como algo más grande que la suma de nuestras ambiciones
individuales”.
“Nuestro poder crece a través
de su uso prudente; nuestra seguridad emana de la justicia de nuestra causa”.
“Buscamos una nueva dirección
hacia delante con el mundo con el mundo musulmán, basada en el interés mutuo y
en el mutuo respeto”.
Yo, amigo mío, destacaría
también las primeras palabras de este discurso memorable: “Conciudadanos, estoy
aquí con humildad frente a la tarea que tenemos ante nosotros…”
Barack Obama, haciendo una discreta
mención a su condición de afroamericano, recordó que es hijo de un hombre que
hace sesenta años no hubiera podido entrar en un restaurante de Washington.
Ahora, una vez apagados los
ecos de este acontecimiento memorable, el nuevo presidente tiene ante sí un
largo y difícil camino por recorrer.
Esperemos, por el bien de todos -por el bien del mundo entero-, que la
humildad, la prudencia, la justicia y el respeto a las leyes, a las
instituciones y a los organismos internacionales, sean sus inseparables
compañeros de viaje.
Te decía en mi carta anterior,
sufrido amigo, que esperaba no verme obligado a seguir haciendo comentarios
políticos en la próxima carta. ¡Qué ingenuo soy! No hay posibilidad alguna de eludir la
avalancha informativa de los últimos días -me refiero a la información
política, naturalmente-, porque, con los ojos puestos en Estados Unidos y
Oriente Medio, todos los medios -incluido Internet-, han multiplicado sus
esfuerzos para poder ofrecer la última hora de los acontecimientos.
Lo que más me ha indignado,
porque considero que es frivolizar un acontecimiento tan relevante como la
ceremonia de juramento del nuevo presidente de la nación más poderosa del
planeta, han sido las opiniones divergentes, sobre el color del vestido de la primera
dama, Michelle Obama, en dos conocidos programas de radio. Unos opinaban que
era de color amarillo limón. Otros que se trataba de color pistacho. El
conductor del programa, que parecía el dorado de las burbujas de Freixenet. Y,
finalmente, una comentarista de moda, dijo que se trataba, sin duda, de un
amarillo mimosa, de acuerdo con la carta internacional de colores “Pantone”.
¡Qué pérdida de tiempo! ¿Cómo
puede haber tantas opiniones diferentes sobre el color de un vestido, y no
llegar a ningún acuerdo? ¿Qué trascendencia puede tener un detalle tan
irrelevante, comparado con el gran acontecimiento que se estaba viviendo? ¿Cómo
es posible que pululen por las tertulias radiofónicas y televisivas, personajes
a los que se les paga por opinar -risas sarcásticas incluidas- sobre cuestiones
tan triviales, frívolas e
insustanciales? ¿Cómo es posible que prestemos atención a tanta mediocridad?
¿Cómo es posible?
Otra cuestión, que también
originó otro comentario irónico, fue los dos “gallos” que, al parecer, se le
escaparon a la cantante Aretha Franklin. En mi opinión, por respeto a su edad y
a su categoría indiscutible como intérprete de soul -apodada “Lady Soul” o
también “Queen of Soul”-, este comentarista tendría que haberse callado;
teniendo en cuenta, además, la fría mañana de ayer en Washington. Lo dicho,
¿cómo es posible?
Lamento profundamente que
tengas que soportar mi rabia, volcada en las cartas que te escribo
regularmente, pero es tal mi indignación ante comportamientos tan
superficiales, que no puedo reprimirme. De lo contrario, tendría que asomarme a
la ventana -o salir a la calle- y manifestar a gritos mí irritación. Pero,
naturalmente, ese sería un comportamiento ¡tan poco civilizado! -demencial,
diría yo-, que acabaría, sin duda, enfundado en una camisa de fuerza. Por ello,
amigo mío, prefiero manifestarlo
poniendo negro sobre blanco, por considerarlo más prudente y saludable.
Hoy me he extendido más de lo
habitual, pero los acontecimientos y los comentarios se imponen a cualquier
limitación de tiempo o espacio.
Recibe un fuerte abrazo y mi
agradecimiento por tu paciencia.
Robert
18 Marzo 2009
Amigo imaginario:
Hoy aparece en la prensa, la
campaña que la
Conferencia Episcopal Española está
llevando a cabo en contra del aborto y de la manipulación de células
madre, recurriendo a vallas
publicitarias, carteles y folletos. En ellos se puede ver a un cachorro
de lince con el sello de “protegido”, al
lado de un risueño bebé gateando, sobre el que se lee “¿Y yo?.. ¡Protege mi
vida!”.
El afán de notoriedad de la
jerarquía eclesiástica, está llegando a unos límites realmente preocupantes. Y
digo esto, amigo mío, porque, en cierto modo, así empezó la Inquisición,
oponiéndose a los avances de la ciencia médica y de la astronomía, por citar dos
ejemplos, juzgando con excesiva severidad a sus protagonistas que fueron
condenados a morir en la hoguera. Porque, los inquisidores, creían estar por
encima del bien y del mal, y se consideraban los únicos que, legítimamente,
estaban en posesión de la verdad. Su verdad.
Algo parecido está ocurriendo
con la
Conferencia Episcopal -salvando las distancias,
naturalmente-, que arremete contra todo descubrimiento que suponga un avance para paliar los devastadores
efectos de ciertas enfermedades; y se oponen, enérgicamente, a la manipulación
de células madre para erradicar la transmisión de enfermedades congénitas.
Avances, todos ellos, fruto de arduas investigaciones orientadas a mejorar la
calidad de vida de las personas. Sin ir
más lejos, por poner un ejemplo reciente, la manipulación genética de células
embrionarias posibilitó el nacimiento de un niño, con cuyo cordón umbilical fue
posible salvar la vida de su hermano gravemente enfermo. Y esto debe de ser
considerado y reconocido, por parte de la Conferencia Episcopal
Española, como una apuesta, valiente y decidida, a favor de la vida. De no
hacerlo así, en mi opinión, sería una contradicción y estaría bajo sospecha.
Así las cosas, por si no fuera
suficiente, ahora el Papa, con motivo de su primer viaje al continente
africano, declara que “el uso del preservativo no soluciona el problema del
sida, sino que lo agrava”. Efectivamente, el preservativo no es la panacea,
pero contribuye a evitar nuevos contagios a través del acto sexual, y evitará,
en gran medida, transmitir el virus con nuevos embarazos. Me niego, rotundamente, a admitir que el uso del condón vaya a
agravar esta devastadora pandemia. Considero que el Pontífice, con todo el
respeto que merece, ha hecho unas declaraciones muy desafortunadas. No estaría
de más que rectificara, y pidiera perdón a los más de cinco millones de
sudafricanos afectados por el virus.
Amigo mío, a la vista de estas
y otras declaraciones de los dignatarios de la Iglesia Católica ,
relacionadas con la sexualidad, deduzco que las enfermedades de transmisión
sexual -como, por ejemplo, el sida-, no les preocupa especialmente. Lo que
realmente les inquieta es la práctica de las relaciones sexuales. Están
obsesionados con el sexo. ¿Por qué será?
Estoy seguro de que, en fechas
sucesivas, se seguirá hablando de este asunto. Te mantendré informado.
Recibe un fuerte abrazo.
Robert
01 Mayo 2009
Amigo imaginario:
Hemos dejado atrás el mes de
Abril, con su carga de acontecimientos: Renovación ministerial en el Gobierno
de España, nuevo presidente de la Xunta de Galicia, nuevo presidente del País
Vasco, juicio por el asunto de las identificaciones de las víctimas del Yak-42,
visita a España del presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, y su esposa; y, por
último, como indeseable compañero de viaje, la gripe A(H1N1) -inicialmente denominada gripe porcina-, que
la OMS ya le ha otorgado el grado 5, convirtiéndose en pandemia.
En lo que se refiere a la gripe
A, independientemente de las medidas preventivas: mascarillas, guantes y máxima
higiene, considero que sería necesario -tal vez, imprescindible- establecer un
protocolo de aislamiento preventivo para todos los viajeros procedentes de
México, durante un período de tiempo que, naturalmente, determinarían las
autoridades sanitarias. De esta forma se evitarían, en gran medida, contagios
innecesarios. Seguiremos, con la natural preocupación, el desarrollo de esta
enfermedad vírica que, además de las víctimas que puede dejar por el camino -y
este es el hecho más lamentable-, complicará, todavía más, la crisis global que
estamos padeciendo.
Cambiando de asunto, amigo mío,
hoy es 1º de Mayo, día de manifestaciones sindicales reivindicativas. Consignas
a voz en grito, reclamando lo de siempre: pleno empleo, no al abaratamiento del
despido, salarios dignos… Las frases que saben que gustan a todos,
políticamente correctas, y poco más. Todo un espectáculo callejero. Al final,
discursos que se repiten año tras año. Lectura de manifiestos, mucha oratoria…,
pura demagogia.
En mi opinión, las
Organizaciones Sindicales han de ser los interlocutores válidos entre los
trabajadores y la patronal. Han de ser los negociadores que, con planteamientos
razonables -y razonados-, exijan a la patronal unos salarios dignos y los
medios necesarios para garantizar la seguridad del trabajador. Exigir, también,
la abolición de la precariedad en los contratos y que la cuenta de resultados,
cuando refleje menos ganancias -que no pérdidas-, generalmente por razones
coyunturales, no condicione la continuidad de los puestos de trabajo. Porque,
cuando las ganancias disminuyen, la reacción sistemática de la empresa es
despedir al trabajador. Sin embargo, cuando las ganancias aumentan -salvo
honrosas excepciones, que las hay-, el empresario no tiene en cuenta al
trabajador que propició el aumento de esas ganancias.
Al mismo tiempo, los sindicatos
también tendrían que exigir la prohibición de los contratos blindados de
algunos ejecutivos, que, requeridos por las empresas para mejorar los
resultados -o reflotarlas-, terminan hundiéndolas definitivamente, dejando a
los empleados en la puñetera calle; y ellos, con una sonrisa de oreja a oreja,
se van con una pasta gansa. Lo razonable, creo yo, sería que,
independientemente del salario fijado en el contrato, pactaran un complemento,
que estaría condicionado, “sine qua non”, a los resultados positivos de su
gestión.
Finalmente, si el resultado de
las negociaciones con la patronal es negativo, el siguiente paso será ponerlo
en conocimiento del Gobierno, para que actúe como mediador en el contencioso, y
haga valer su autoridad, siempre dentro de un marco legal y objetivo,
naturalmente, que satisfaga a ambas partes.
Considero, también, querido
amigo, que en las pequeñas empresas -con un máximo de diez empleados-, a las
que los sindicatos ni se acercan, los trabajadores están absolutamente a merced
del empresario, el cual puede ser una persona honesta, responsable y
considerada. Pero también puede ser un tirano explotador. Y estos trabajadores,
sin nadie que los defienda, no tienen la oportunidad de protestar -y mucho
menos de exigir-, porque saben que, automáticamente, les indicarán en que
dirección está la puerta de salida.
Esta es mi particular visión
del asunto laboral-sindicalista, y espero que la tuya se le aproxime, aunque
sea levemente.
Como de costumbre, recibe un
fuerte abrazo.
Robert
18 Mayo 2009
Amigo imaginario:
Todavía resuenan los ecos del
debate sobre el estado de la nación. Sin embargo, los actores -me refiero a los
señores Zapatero y Rajoy- han vuelto a dar el mismo espectáculo: las
acusaciones y los reproches se han convertido en el pertinaz y recurrente
argumento de los últimos cinco años. Los mismos gestos a los que nos tienen
acostumbrados. Pero, lamentablemente, da la impresión de que lo realmente
importante, en este tipo de confrontaciones, es descubrir quién ha resultado
vencedor. Todo lo demás -las propuestas, las medidas adoptadas, o por adoptar,
y los datos más o menos preocupantes sobre la crisis global que nos está
asfixiando-, pasa a un segundo plano. La cuestión es discernir quién ganó.
Amigo mío, espero que estés de
acuerdo conmigo en que, en los enfrentamientos verbales entre líderes
políticos, los únicos que ganan o pierden son los ciudadanos. El futuro de la
ciudadanía, depende, en gran medida, del comportamiento, casi siempre
cuestionable, de los políticos. Y de sus decisiones, no siempre
afortunadas. Por ello, cuando se habla
de ganador o perdedor, como si se tratara de un combate de boxeo ¡qué
estupidez!, la sociedad siempre acaba pagando los platos rotos. O, tal vez, la
vajilla completa.
A grandes rasgos, yo definiría
el debate sobre el estado de la nación como un cuerpo a cuerpo dialéctico, en
el que el señor Rajoy -presidente del Partido Popular-, hizo gala de su
elocuencia retórica, pero sin aportar absolutamente nada. Y, por su parte, el
señor Zapatero -presidente del Gobierno-, a pesar de sus limitadas cualidades
dialécticas, que son más que evidentes, hizo una amplia exposición de medidas
orientadas a paliar la crisis económica, concretó propuestas de índole diversa
-aunque algunas estaban, claramente, cogidas con alfileres; ni siquiera
hilvanadas- y, también, aportó datos y porcentajes que no alcanzamos a
comprender la gran mayoría de los ciudadanos. Sin embargo, como es
comprensible, las medidas y propuestas del Gobierno no tendrán resultados
inmediatos. Habrá que esperar.
Querido amigo, conociéndote, sé
que tienes tu propia versión de los hechos. Y, también, creo adivinar que no
coincide con la que yo he expuesto en esta carta. Pero esa es la grandeza de la
libertad de pensamiento.
Un fortísimo abrazo.
Robert
27 Mayo 2009
Amigo imaginario:
Hoy es un día muy esperado por
los aficionados del F.C. Barcelona. Esta tarde-noche, como supongo que sabrás,
se enfrentará, en el Estadio Olímpico de Roma, al Manchester United, en la
final de la Champions League. Será a las nueve menos cuarto, y en este momento
son las siete y media, todavía. Es decir, dentro de una hora y media dará
comienzo el partido. Al final de esta carta te diré cual ha sido el resultado del
que se puede denominar, sin ninguna duda, el partido del año.
Reconozco que soy un aficionado
“descafeinado”, pues no suelo ver los partidos completos. No obstante, hoy veré
todo el encuentro, sin pestañear, de principio a fin. La ocasión lo merece. Y el
Barça, también.
Nunca te he comentado, amigo
mío, por qué el Barça es mi equipo de fútbol favorito. Esta es la historia:
Tendría yo15 años, más o menos, cuando fui a ver la película “Los ases buscan
la paz”, basada en la vida de Ladislao Kubala. Este film narra las vicisitudes
de este gran futbolista, desde que salió de Budapest (Hungría) -su ciudad de
nacimiento, el 10 de junio de 1927-, hasta que llega a España, en 1950. El 15
de junio de ese mismo año, a la edad de 23 años, firmaba contrato con el F.C.
Barcelona, siendo director técnico Josep Samitier.
Al salir de ver la película,
decidí que Kubala sería mi ídolo futbolístico indiscutible; y el Barça, el
único equipo de fútbol del que sería partidario incondicional.
Algo parecido me había ocurrido anteriormente
con el baloncesto: Se proyectaba una película protagonizada por los Harlem
Globetrotters, y me entusiasmó tanto su peculiar manera de jugar, los
malabarismos que hacían con el balón y las acrobacias en sus tiros a la
canasta, que al día siguiente me inscribí en uno de los tres equipos con mayor
relevancia de mi ciudad, que buscaba jugadores para su equipo juvenil. Así que,
con moderado éxito, jugué dos temporadas en el puesto de alero, y destaqué como
encestador. El baloncesto y la natación, fueron los deportes que practiqué con
mayor acierto.
En lo que al fútbol se refiere,
sólo pude jugar de portero -no tenía cualidades para llevar el balón en los
pies- y lo hacía razonablemente bien. Pero, en un partido de fin de curso, el
lanzamiento de un penalti fue determinante para que abandonara,
definitivamente, la portería y la práctica de este deporte. El lanzamiento,
potente y con mala intención, hizo que el balón fuese dirigido, directamente, a
la altura de mis testículos. Estaba atento y preparado para recibir el
esférico. Paré el lanzamiento, pero los guantes estaban húmedos y tenían arenas
adheridas -había llovido y el terreno de juego era de tierra-, así que el
balón, debido a la potencia con que había sido lanzado, se escurrió entre los
guantes e impactó, con precisión balística, en la zona sensible mencionada. El
dolor fue tan intenso -aún me duele sólo de pensarlo- que me quedé sin
respiración. Ahí terminó mi aventura futbolística.
Querido amigo, lo prometido es
deuda: ¡Ha ganado el Barça!, por dos goles a cero (2-0). No puedo ocultar mi
alegría, tengo que confesarlo, porque este equipo ha ganado este año: Liga,
Copa del Rey y Copa de Europa. Su calidad de juego, incuestionable, es admirada
en todo el mundo. Ganó el F.C. Barcelona. Ganó el mejor. Y su afición, también.
¡Baaaaarça!
Con toda la emoción…, un fuerte
abrazo.
Robert
31 Mayo 2009
Amigo imaginario:
Otro mes que se va, pero no en
silencio. El arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, ha puesto la nota
discordante -también, disonante, desafinada, inarmónica…- en un asunto que, por
su contenido, debería de tratarse con extrema prudencia. Pero monseñor
Cañizares, cardenal prefecto de la Congregación por el Culto Divino y la Disciplina de los
Sacramentos -¡coño, qué rimbombante!-, en un alarde de inspiración -no divina,
espero-, ha manifestado que: “no es comparable el caso de los abusos a menores
en Irlanda con el aborto, porque el primero afecta a unos cuantos colegios y el
segundo supone que más de 40 millones de seres humanos se han destruido
legalmente”. Y se quedó tan ancho.
Como puedes ver, amigo mío, la
incontinencia verbal de algunos miembros de la jerarquía de la Iglesia, tan
pródiga en los últimos tiempos, ha generado en la sociedad, católica o no, un
dilema moral desconcertante. Porque la pederastia no sólo es un abuso sexual
cometido con niños, sino un hecho delictivo grave, sin excusa atenuante, que
merece un castigo ejemplar. Y no es suficiente con pedir perdón.
Declaraciones como las de
monseñor, consentidas por la Iglesia, propician que sintamos cierta
animadversión hacia lo eclesiástico; y ello puede crear un conflicto de
obediencia y disciplina, empañando la abnegada labor pastoral y caritativa de
tantos sacerdotes que, conociendo a pie de calle -en sus parroquias- la realidad
de los que sufren, ayudan a mitigar las necesidades tanto materiales como
espirituales. Es decir: las del cuerpo, que son muchas; y las del alma, que
también. Todo lo demás son monsergas cardenalicias.
Como le dijo don Quijote a
Sancho Panza: “Amigo Sancho, con la
Iglesia hemos topado”.
Un fuerte abrazo.
Robert
07 Junio 2009
Amigo imaginario:
Hoy, cumpliendo con mi deber de
ciudadano, he ido a votar. Las elecciones europeas, como tu sabes, no suscitan
mucho interés entre la ciudadanía; sobre todo, después de la deplorable campaña
que han escenificado nuestros políticos. Ha sido un cúmulo de despropósitos, y
una verdadera vergüenza. Por eso, amigo mío, estuve dudando: si voto, además de
ejercer un derecho, puedo contribuir -o intentarlo, al menos- a mejorar las
cosas; y si me abstengo, mi contribución será nula -además de favorecer a
quienes no lo merecen-, y no tendré luego ningún derecho a quejarme, ni a
protestar. Cierto es, sin embargo, que
las quejas y las protestas, tampoco servirían de mucho. Pero, bueno, la
decisión final, a pesar de la lluvia, ha sido ir a votar. Y creo que hice lo
correcto. Espero, querido amigo, que también tú hayas ido a depositar tu voto.
Estas elecciones me causan una
incertidumbre que no había sentido en anteriores convocatorias; y tal vez sea
debido a la incoherente -también, descarada- campaña que nos han ofrecido, y
que, me temo, influirá, muy negativamente, en el ánimo de los ciudadanos para
acercarse a las urnas. De todos modos, esta misma noche conoceremos los resultados.
Aunque, sean cuales sean esos resultados, no creo que vayan a cambiar
sustancialmente nuestras vidas.
No me resigno a enviarte esta
carta, sin saber qué partido ha resultado vencedor. Por ello, esperaré a
conocer el resultado del escrutinio; y la terminaré, aunque sea de madrugada,
comentándote mis impresiones al respecto. ¡Qué noche me espera!
……
Bueno, no es necesario que
demore demasiado la hora de irme a la cama. Son las diez y media de la
noche, y ya se conoce el resultado
definitivo: el ganador de las Elecciones Europeas 2009 es el Partido
Popular.
¡Enhorabuena! Porque, a pesar
de tu hermetismo, sé que eres simpatizante de esa formación política. Estoy
casi seguro de que tenemos, también, otras preferencias antagónicas. Sin
embargo, espero que ello no impida continuar con nuestra amistad epistolar.
Dicho esto, te confieso que no
me ha sorprendido el resultado de estas elecciones. Tenemos lo que merecemos.
La campaña fue de lo más frustrante: no nos hablaron de Europa y de sus
posibilidades. Los casos de presunta corrupción
-todavía no hay sentencias- son un escándalo y una vergüenza. El
capitalismo, salvaje e irracional, ha provocado la crisis que estamos
padeciendo... ¡Y ganan las elecciones! Está visto que nos va la marcha. Y digo
esto, amigo mío, porque sigue estando en mi memoria el aplastante resultado
favorable al PP, en las elecciones municipales de 2003 en Galicia, después de
la catástrofe del petrolero “Prestige”.
Y, curiosamente, en los ayuntamientos de las zonas más afectadas.
Porque, llegado el momento de pasar por las urnas, ya nadie se acordaba de las
mentiras, los engaños y el abandono que padecieron, por la desidia de un
Gobierno autonómico en manos del PP. Ya nadie recordaba el negro y viscoso
“chapapote”, que había teñido de negro destino el mar, las playas y rocas del
litoral, porque las indemnizaciones a discreción les habían borrado la memoria.
Dice un Proverbio chino: “Cuando el dinero habla, la verdad calla”. Por este y
otros motivos, estimado amigo, exclamo con amarga tristeza: ¡tenemos lo que
merecemos! Ahora bien, mírese por donde se mire, este país necesita con
urgencia una formación política centrista; porque, como tú sabes, en el centro
está el equilibrio, la equidistancia y la moderación.
Por hoy no te doy más la lata,
que ya está bien de monserga, y me voy a dormir. Tal vez, a soñar.
Un abrazo afectuoso.
Robert
12 Junio 2009
Amigo imaginario:
Han transcurrido sólo cinco
días desde la última carta, pero los recientes acontecimientos me superan y
tengo que comentártelos para desahogarme.
Ayer todos los medios dieron la
noticia: “El Real Madrid paga 94 millones de euros al Manchester United por el
traspaso del jugador portugués Cristiano Ronaldo”. ¡Hala! Alegría, que esto es
Jauja. Si ya lo decía aquel eslogan de antaño: Spain is different (España es
diferente). Y tanto que lo es, amigo mío. Porque no deja de ser una locura, una
inmoralidad y una provocación, que se despilfarre una suma de escándalo para
conseguir a un jugador de fútbol. Un derroche que, independientemente de la
crisis económica que está atravesando este país, es una insolente demostración
de poder del actual presidente de este club de fútbol. No importa que tengamos
más de 4 millones de parados. No importa que decenas -tal vez, centenares- de
empresas tengan que cerrar sus puertas, asfixiadas por las deudas contraídas
con la Seguridad
Social y con la Agencia Tributaria , dejando en la calle a
millares de trabajadores. Sin embargo, a los clubes de fútbol se les permite
seguir engrosando las deudas, hasta el infinito -con la misma Seguridad Social
y con la misma Agencia Tributaria-, sin que nadie se inmute, mirando hacia otro
lado, y ¡que siga la fiesta! Una vergüenza, amigo mío. Una verdadera vergüenza.
Al hilo de todo esto, me hago
la siguiente reflexión: si el salario de estos personajes es tan elevado, los
qué entienden del asunto dicen que puede llegar a ser de1.000 euros la hora -¡ojo!, no la hora trabajada,
sino la hora del día; es decir, también cuando duermen, que no deja de ser,
además de un pastón, también una inmoralidad-, si cotizaran a la Seguridad Social
y a la Agencia
Tributaria -léase Hacienda-, las arcas del Estado ingresarían
una cantidad muy respetable. Pero no,
amigo mío, estas estrellas del balompié exigen cobrar su astronómico sueldo
libre de impuestos (neto). Lo que quiere decir, que el club que les paga
tendría la obligación de abonar al Estado las cantidades retenidas, en función
del importe íntegro (bruto) que le correspondería cobrar al jugador. Pero,
paradójicamente, el club no ingresa cantidad alguna, con lo cual la deuda de
éste con el Erario público, es cada vez mayor. De este modo, Hacienda, como
cualquier entidad bancaria, permite a los clubes de fútbol el aplazamiento del
pago de la deuda, en base a unos intereses que se incrementarán hasta el
infinito, pero sabiendo de antemano que nunca se llegarán a saldar: ni el
capital, ni los réditos. Y… suma y sigue.
Por tanto, si mi reflexión no
es errónea, llegamos a la siguiente conclusión: Si estos jugadores de élite no
pagan impuestos por lo que cobran, y los clubes (la patronal) tampoco ingresan
las retenciones por lo que les pagan, ¿quiénes son los que con sus impuestos
alimentan las arcas del Estado que, sin embargo, cada vez están más flacas? La
respuesta es muy sencilla: todos los ciudadanos anónimos, con salarios o
pensiones de risa -quiero decir, de asco-, a los que Hacienda les controla
hasta el aire que respiran. Es decir, todos nosotros.
Dicho esto, espero que, en lo
sucesivo, el Gobierno tome cartas en el asunto y establezca un límite legal que
frene estos excesos.
Otra información que quería
comentarte, y que he leído en la prensa de hoy, tenía el siguiente titular:
“Denuncian que el PP llenó un mitin ofreciendo trabajo a inmigrantes”. Y
continuaba, diciendo: “El Centro Integral de Inmigrantes Latinoamericanos
denunció ayer, según informa el diario Levante, un supuesto fraude a 39
familias de inmigrantes residentes en Castelló a las cuales se les prometió un
puesto de trabajo -que nunca llegó- con la condición de acudir al mitin
electoral que celebró el PP el pasado martes 2 de junio en la plaza de toros de
Valencia”.
Bueno, querido amigo, las
maniobras orquestales a las que recurren los partidos políticos en las campañas
electorales son vergonzosas y deplorables. Si esta información es cierta, les
prometieron trabajo a los cabezas de familia, dispusieron autobuses para
trasladar a estas familias -casi un centenar de inmigrantes- y a los
simpatizantes, en viaje de ida y vuelta; las acomodaron en el lugar que les
tenían reservado en el mitin, y una vez terminado… adiós muy buenas.
Para dedicarse a la política
hay que estar hecho de una pasta especial. Los sentimientos no cuentan. Los escrúpulos, tampoco. Todo
vale, con tal de lograr los objetivos prefijados. Lo importante es conseguir
votos. Como yo siempre digo: la política, para los políticos.
Un abrazo afectuoso.
Robert
20 Junio 2009
Amigo imaginario:
Hace algún tiempo, no puedo
precisar cuánto, leí un artículo titulado “Saber vivir”, que me impresionó agradablemente,
y se convirtió en mi guía de comportamiento. Se trata, a mi modo de ver, de una
lección magistral de actitud ante la vida. Es una reflexión tan profunda, que
no puede dejar a nadie indiferente. Por ello, querido amigo, quiero compartir
contigo este pensamiento filosófico, que es, sin duda, la incuestionable
realidad de la vida. Dice así:
Un profesor, delante de los alumnos de su
clase de filosofía, sin decir una palabra, cogió un bote grande de vidrio y
procedió a llenarlo con pelotas de golf. Después preguntó a los estudiantes si
el bote estaba lleno. Los estudiantes estuvieron de acuerdo en decir que sí.
El profesor cogió una caja llena de
perdigones y la vació dentro del bote. Estos llenaron los espacios vacíos que
quedaban entre las pelotas de golf. El profesor volvió a preguntar de nuevo a
los estudiantes si el bote estaba lleno, y ellos volvieron a contestar que sí.
Después el profesor cogió una caja con
arena y la vació dentro del bote. Por supuesto que la arena llenó todos los
espacios vacíos y el profesor volvió a preguntar de nuevo si el bote estaba
lleno. En esta ocasión los estudiantes le respondieron con un sí unánime y
rotundo.
El profesor, rápidamente, añadió dos tazas
de café al contenido del bote y, efectivamente, llenó todos los espacios vacíos
entre la arena. Los estudiantes reían. Cuando la risa se fue apagando, el
profesor les dijo:
“Quiero que os fijéis en que este bote
representa la vida. Las pelotas de golf son las cosas importantes, como la
familia, los hijos, la salud, los amigos, el amor, cosas que te apasionan. Son
cosas que, aunque perdiéramos el resto y sólo nos quedasen estas, vuestras
vidas aún estarían llenas.
Los perdigones son las otras cosas que nos
importan, como el trabajo, la casa, el coche… La arena es el resto de las
pequeñas cosas.
Si primero pusiéramos la arena en el bote,
no habría espacio para los perdigones, ni para las pelotas de golf. Lo mismo
sucede con la vida. Si utilizáramos todo nuestros tiempo y energía en las cosas
pequeñas, no tendríamos nunca lugar para las cosas realmente importantes.
Prestad, pues, atención a las cosas que son cruciales para vuestra felicidad.
Juega con tus hijos, concédete tiempo para
ir al médico, ve con tu pareja a cenar, practica tu deporte o afición favorita.
Siempre habrá tiempo para limpiar la casa, para reparar la llave del agua.
Ocúpate primero de las pelotas de golf, de las cosas que realmente te importan.
Establece tus prioridades. El resto es arena”.
Uno de los estudiantes levantó la mano y
le preguntó qué representaba el café. El profesor sonrió y le dijo:
“Me encanta que me hagas esa
pregunta”. El café es para demostrar que, aunque tu vida te parezca llena,
siempre hay un lugar para dos tazas de café con un amigo”.
Espero que su lectura te haya
entusiasmado tanto como a mí. Y deseo, también, que consigas aplicarlo en tu
caminar por la vida, procurando siempre establecer un orden de prioridades,
sabiendo separar lo necesario de lo superfluo. Porque, amigo mío, aprender a
relativizar las cosas, otorgando importancia a lo que realmente la tiene, es
fundamental para comprender la diferencia entre las pelotas de golf y la arena.
Amigo mío, en la madrugada de
ayer día19 -a las 01:15 horas- falleció en Anantapur (India) Vicente Ferrer, a
la edad de 89 años. Según la nota de prensa de su Fundación, serias
complicaciones respiratorias y cardíacas, como consecuencia del accidente
bascular cerebral que sufrió el pasado 19 de marzo, han sido las causas de su
fallecimiento.
Como sabrás, este gran
humanista, nacido en Barcelona, dedicó más de 50 años de su vida a la ardua
tarea de ayudar a los más desfavorecidos. Se enfrentó a los poderosos en contra
de la discriminación, el sufrimiento y la pobreza. Vicente Ferrer, que llegó a
la India en 1952 siendo misionero
jesuita, realizó una titánica labor humanitaria a favor de las castas más
despreciadas del país. En 1969 abandona
la Compañía de Jesús y crea, junto a la que más tarde sería su esposa -la
periodista británica Anne Perry-, la
Fundación Vicente Ferrer en Anantapur.
Entrando en su página Web, se
puede ver -a través de videos, fotografías e información diversa- el
extraordinario proyecto de desarrollo integral centrado en seis áreas de
trabajo: educación, vivienda, mujer, sanidad, ecología y personas con
discapacidad.
En la nota de prensa que
difundió la Fundación
que lleva su nombre, informando sobre el fallecimiento, se puede leer, entre
otras cosas: “La
Fundación Vicente Ferrer (FVF) es una ONGD comprometida con
el proceso de transformación de una de las zonas más pobres de la India , Anantapur, y de las
comunidades más excluidas del planeta, los dálits o intocables, los grupos tribales y las
backward castes. Actualmente su trabajo llega a 2287 pueblos, beneficiando a
más de dos millones y medio de personas”.
Después de todo esto, querido
amigo, poco más se puede añadir. Sin embargo, espero que la jerarquía de la Iglesia Católica ,
representada por la
Conferencia Episcopal -que, por cierto, no ha dicho ni una
palabra sobre el fallecimiento de Vicente Ferrer, a pesar de lo que les gusta,
últimamente, hacer declaraciones de todo tipo-, considere la ejemplaridad de
esta vida dedicada a los más necesitados, como un acto incuestionable de
manifiesta caridad cristiana. Aunque, pensándolo bien, tampoco será necesario.
Nosotros siempre le recordaremos. Descanse en paz, Vicente Ferrer.
Un fuerte abrazo.
Robert
27 junio 2009
Amigo imaginario:
Si en mi carta anterior
transcribía el artículo “Saber vivir”, que espero te haya resultado interesante,
hoy reproduzco el que lleva por título “Juventud”, que ocupó un lugar
preferente sobre mi mesa de trabajo, debidamente enmarcado, durante varios
años. Y reza así:
“La juventud no es una época de
la vida, es un estado de la mente; es un temperamento de la voluntad, una
cualidad de la imaginación, el vigor de las emociones, el predominio del valor
sobre la timidez, del apetito aventurero sobre la comodidad.
Nadie envejece por el mero
hecho de vivir cierto número de años; los humanos envejecen por desertar de sus
ideales; los años arrugan la piel, pero la falta de entusiasmo arruga el alma.
El pesar, la duda, la propia desconfianza, el temor y la desesperanza,
representan esos largos años que doblegan la cabeza y hacen que el espíritu
vaya al polvo.
Igual a los setenta que a los
dieciséis, existe en el corazón de todo ser el amor por lo admirable, la dulce
admiración por las estrellas y por las cosas y pensamientos que brillan como
las estrellas; el valeroso desafío a los acontecimientos, el infalible apetito
infantil por lo que ha de venir después y el goce del juego de la vida.
Eres tan joven como lo sea tu
fe y tan viejo como lo sea tu duda; tan joven como tu confianza en ti mismo y
tan viejo como tu temor; tan joven como tu esperanza y tan viejo como tu
desesperación.
Mientras tu corazón sea capaz
de recibir los mensajes de la belleza, del ánimo, del valor, de la grandeza y
del poder de la tierra, del hombre y del infinito, serás joven.
Cuando los cables mensajeros se
hayan caído y todo dentro de tu corazón se haya cubierto con las nieves del
pesimismo y los hielos del cinismo, será entonces cuando verdaderamente habrás
envejecido y quiera el Señor tener piedad de tu alma”.
Bueno, amigo mío, después de
leer algo así, uno se queda pensativo, meditabundo y, tal vez, seriamente
preocupado. Un escrito como este te lleva a la reflexión más profunda. Cada
párrafo es una invitación al entusiasmo, a la curiosidad, al optimismo… Una
invitación a la vida. Los que tenemos
cierta edad -bastante edad, diría yo-, y hemos compartido las mismas, o
parecidas, circunstancias profesionales, echamos la vista atrás y nos damos
cuenta del gran sacrificio, personal y familiar, que ha supuesto en nuestras
vidas la excesiva dedicación a un
trabajo estresante, que no dejaba tiempo ni espacio suficientes para
realizarnos como personas. Y, probablemente -estoy absolutamente seguro-, ese
ha sido el motivo por el cual, en aquel momento, nos sentíamos vacíos de
sensaciones. La indiferencia se había instalado en nuestras vidas de una
manera, francamente, preocupante. Pero, afortunadamente, la jubilación nos ha
rescatado de las garras del estrés profesional.
Aunque dice el refrán: “Nunca
es tarde si la dicha es buena”, no es menos cierto que, para poder aplicar la
filosofía de “Juventud”, las circunstancias han de ser propicias. Y no siempre
lo son. Sin embargo, tener una actitud optimista, aún en circunstancias
adversas, puede contribuir, en gran medida, a mejorar la situación y, a su vez,
el estado de ánimo. Aunque, en honor a la verdad, no resulta tarea fácil.
En fin, amigo mío, haz lo que
puedas en relación con este asunto; y, sin duda, te sentirás más feliz.
Recibe, como siempre, un fuerte
abrazo.
Robert
5 julio 2009
Amigo imaginario:
Leyendo la prensa estos días,
me doy de bruces con una información que me deja desconcertado. Se trata, ni
más ni menos, de que las cajas de ahorro proponen prolongar la vida laboral
hasta los 70 años, como solución para mejorar la tan maltrecha economía del
país.
Se puede comprender, naturalmente,
que un trabajador a los 65 años, todavía está en plenas facultades para
desarrollar su trabajo con absoluta garantía. Pero, ojo, depende de la persona
y, sobre todo, del trabajo que realice. Porque las circunstancias y las
situaciones son diversas. Hay profesiones que requieren un gran esfuerzo
físico, por lo que prolongar la edad laboral no es recomendable, ni
conveniente. Del mismo modo, también existen profesiones en las que el esfuerzo
intelectual, en condiciones muy estresantes, no está al alcance de cualquier
edad.
Dicho esto, amigo mío,
considero que la actual legislación contempla de manera razonable, los dos
supuestos: jubilación a los 65 años o prolongación voluntaria de la vida
laboral. Es decir que, cumplida la edad reglamentaria, el trabajador puede
jubilarse y pasar a la situación de pensionista
o, por el contrario, si prefiere continuar en activo, siempre que no
exista ninguna causa física, sicológica o intelectual que lo desaconseje, la
ley se lo permite con total garantía. ¿Qué se consigue con esto? Sencillamente,
que los jóvenes tengan acceso a un puesto de trabajo, y que aquellos que lo
deseen, puedan continuar sintiéndose útiles ejerciendo su profesión. De esta forma, tanto los nuevos empleados
como los que continúen trabajando después de los 65 años, contribuirán a sanear
las arcas del Estado con sus cotizaciones. Así es cómo yo lo veo, querido
amigo, y me gustaría conocer tu punto de vista. De todos modos, como te
conozco, con tal de llevar la contraria, dirás que la obligación de continuar
hasta los 70 años es muy razonable. Y yo, continuaré discrepando.
Imagínate, por ejemplo, a un
soldador de estructuras metálicas de naves industriales, subiendo a las cerchas
desde que tenía 14 años, soportando temperaturas extremas año tras año;
pegándose unos madrugones de padre y señor mío, todos los días de su vida;
soportando con resignación franciscana las broncas de un jefe ¡maldita sea!,
que nunca está satisfecho; conformándose ¡qué remedio!, con una semana de
vacaciones al año, y para eso en Navidades. Y llega, ¡al fin!, a los 65 años
-de los que 49 los pasó trabajando como un desgraciado-, con la vista hecha
unos zorros por la excesiva exposición a los rayos ultravioleta del arco
voltaico, y harto, ¡empachado!, de aguantar a un jefe que lo trajo siempre por
la calle de la amargura, y le dicen -el jefe del Gobierno, el ministro de
Trabajo o el Sursum corda- que tiene que
continuar trabajando hasta los 70 años, porque las arcas del Estado están algo
flacuchas. Entonces este hombre, que esperaba ansioso la jubilación para poder,
de una puñetera vez, dedicarle tiempo a su familia, pasear por el parque con
sus nietos y jugar, de vez en cuando, a la petanca con los amigos, mirará de
frente al presidente del Gobierno, al ministro de Trabajo y al Sursum corda, y
haciendo un gesto conocido comúnmente como “corte de mangas”, les dirá, con
toda la razón del mundo, ¡tararí que te vi!
Amigo mío, supongo que este
asunto volverá a ser, sin duda, uno de los temas de las próximas cartas, y
espero poder hacerte cambiar de opinión.
Recibe un fuerte abrazo.
Robert
27 julio 2009
Amigo imaginario:
Ya sé que han transcurrido más
de veinte días desde mi última carta ¡no pongas esa cara de enfado! Te explico
el motivo de este retraso; aunque no trato de justificarme, en modo alguno.
Esto es lo que ocurrió:
El matrimonio amigo del que ya
te hablé en otra ocasión, me comentó que se había creado un blog en nuestra
ciudad, con la pretensión de que participe el mayor número de personas
-aportando fotografías antiguas de calles y barrios de la ciudad, de familias,
de amigos, de acontecimientos deportivos y musicales,…- haciendo comentarios
alusivos a las fotografías publicadas, así como de las vivencias personales,
individuales o colectivas, que puedan tener algún interés histórico-documental.
Y yo, tímidamente, entré en ese lugar de encuentro que desconocía. No te puedes
imaginar, amigo mío, la cantidad de personas que intervenimos con nuestros
comentarios; opinamos sobre tal o cual fotografía, aportando recuerdos y vivencias;
nos corregimos mutuamente, pues no siempre acertamos en nuestras precisiones;
surgen polémicas, algunas con cierta crispación, que siempre se resuelven
amigablemente.
Como puedes suponer, querido
amigo, este foro -Arquivo da Memoria Social (Archivo de la Memoria Social)- es
muy absorbente y hay que dedicarle mucho tiempo. No me quejo, en absoluto, todo
lo contrario. Tengo la posibilidad de intercambiar comentarios y opiniones,
incluso con amigos y conocidos a los que no veo desde hace más de cuarenta
años. Este blog ha sido todo un descubrimiento. Estoy encantado.
Espero que comprendas mi
entusiasmo, y te ruego que me disculpes si tardo más de lo habitual en
escribirte.
Por lo demás, al encontrarnos
en período vacacional, la cuestión política está monopolizada por el caso
Gürtel, por supuesta corrupción, que se encuentra en manos del Tribunal Supremo
a la espera de sentencia. Y poco más.
Recibe un fuerte abrazo.
Robert
02 septiembre 2009
Amigo imaginario:
Ha transcurrido más de un mes
desde mi última carta. Lo sé, lo sé; pero no es que me haya olvidadote ti, como
puedas pensar. No se trata de eso, puedes estar seguro. Lo único que ha
ocurrido, como en otras ocasiones, es que estuve muy ocupado. ¡Es la pura
verdad! Bueno, también es cierto que le
he dedicado algún tiempo al blog del que te he hablado en mi carta anterior. Lo
reconozco, pero no ha sido ese el motivo de mi demora. Simplemente, se me
acumuló el trabajo; y todavía voy con un poco de retraso, por falta de datos
que no me proporcionan a su debido tiempo. Eso es todo, amigo mío.
Ahora, después del período
vacacional, empieza el nuevo curso político, con los problemas que arrastramos
del anterior: la crisis económica, el paro -que se incrementa día a día-, el
terrorismo, las supuestas escuchas telefónicas a cargos del Partido Popular,
subvenciones a los parados que ya no perciben la prestación por desempleo,
inminente subida de los impuestos… ¡Qué te voy a contar! Y lo más preocupante,
la omnipresencia de la gripe A, que continúa cobrándose víctimas. Y el
Ministerio de Sanidad, en estrecha colaboración con la Comisión de Salud
Pública, siguiendo las recomendaciones de la Unión Europea y de la Organización Mundial
de la Salud ,
trata de establecer los grupos de riesgo para que en otoño, una vez que se
disponga de las correspondientes vacunas y hayan sido autorizadas por la Agencia Europea
del Medicamento, se pueda proceder a la vacunación progresiva de la población
de riesgo. En principio, según publica la prensa de ayer, los “vacunables” sumarían
entre el 15 y el 20% de la población. No obstante, según la información que me
ha llegado, existirá una reserva adicional que garantice las vacunas que hagan
falta para toda la población necesaria.
Como puedes ver, amigo mío,
existe una gran preocupación por esta nueva gripe, y la alarma social va
tomando forma. Por otra parte, la Organización
Médica Colegial (OMC) quiere transmitir serenidad a la población para
que no se deje influir por el afán de protagonismo de los políticos. La gripe
A, dice esta organización, es más contagiosa que la estacional de todos los
inviernos, pero también es más benigna y su mortalidad es menor. Los médicos
desean calmar a una sociedad gratuitamente angustiada.
Después de leer las
informaciones que van apareciendo, día a día, en la prensa, en la radio y en la
televisión. Después de enterarte de que existen tantos organismos dedicados a
la salud. Después de oír a los políticos, a los expertos epidemiólogos y a los
investigadores del asunto médico, uno ya no está tan alarmado, ni tan
preocupado, ni tan angustiado, ni tan intranquilo, ni tan asustado. Uno está
¡desconcertado! Porque las informaciones son tan contradictorias, y tan
ambiguas, que llegas a la preocupante conclusión de que nadie sabe por dónde
anda, y que están dando palos de ciego continuamente. Aunque, en honor a la
verdad, sospecho que más de uno debe de estar frotándose las manos pensando en
el que puede ser el negocio del siglo. O, por lo menos, el negocio de su
vida. Dios, como siempre, será el que
tenga la última palabra.
Amigo mío, cambiando
radicalmente de tema, he leído en La
Voz de Galicia del pasado día 31 de agosto, un artículo de
opinión, firmado por José Ramón Amor Pan, titulado ‘La leche’, que refleja la
realidad más actual, con una gran dosis de sentido común. Decía así:
“Ordenando papeles viejos, una
tarea muy apropiada para las vacaciones, me encontré ayer con una vieja viñeta
del genial Mingote que, me parece a mí, viene que ni pintada para los tiempos
que corren. En la viñeta en cuestión se ve a un escuálido niño africano
abrazado a su todavía más escuálida madre, mientras ésta le susurra con las
escasas fuerzas que le quedan: ‘En el primer mundo no saben qué hacer con los
excedentes de carne, de leche, de cereales… Ya ves, hijo, que los alimentos son
un problema en todas partes’. Trágica y dramática ironía. Y uno se pregunta si,
lo mismo que nuestro Gobierno concede ayudas para comprar coches (y, de esta
manera, contribuir a reactivar el sector automovilístico), ¿no se podría
comprar leche a nuestros productores gallegos a un precio justo y enviarla al
Tercer Mundo en el que tantos y tantos millones de seres humanos pasan absoluta
necesidad? Eso sí, con la debida seriedad y organización, que garantice la
efectividad de la acción solidaria. ¿No les parece que mataríamos dos pájaros
de un tiro, incluso tres (porque el transporte marítimo tampoco anda muy
boyante que digamos)? Pienso, por ejemplo, en la Perla del Caribe, mi querida
Cuba, en donde en estos momentos es ya una tarea ímproba, incluso teniendo
dólares, conseguir algo de leche y queso para ancianos y niños. Y no me vengan
con que eso podría introducir disfunciones en el desarrollo económico del país
receptor porque, por mucho que se empeñen los señores de la revolución, las
tierras cubanas nunca van a producir pastizales que garanticen una óptima
producción láctea”.
Esta es la triste realidad de
la vida, querido amigo. De una vida marcada únicamente por intereses
económicos. Y, mientras en otras latitudes millones de seres humanos mueren de
hambre y de sed, aquí nos permitimos vaciar en las alcantarillas miles de
litros de leche, arrojar al suelo toneladas de fruta, dejar que se pudran
alimentos básicos y desperdiciar miles, tal vez millones, de litros de agua,
por deficiencias en las conducciones. Es triste, muy triste, pensar que, con todo lo que despreciamos con total
indiferencia, se podría evitar, en gran medida, tanto sufrimiento inútil, tanta
enfermedad y tanta muerte. Algún día nos pedirán cuentas, pero el mal ya está
hecho.
He tardado en escribirte, es
cierto, pero hoy creo haber cumplido ampliamente con mi compromiso epistolar.
Un fuerte abrazo, amigo mío.
Robert
16 septiembre 2009
Amigo imaginario:
¡En qué país vivimos! Con los
serios problemas que tenemos: crisis económica,
paro, subida de impuestos…, que nos están asfixiando, y ¡qué vergüenza!,
parece que lo único que le preocupa a algunas cadenas de televisión y, para
colmo, a un importante periódico de tirada nacional -que sacó la noticia en
portada-, es el escandaloso asunto de la ¿señora? Belén Esteban y su hija
Andrea ¡pobre niña!, que tiene revolucionado el patio nacional. Recordarás, amigo mío, que te había hablado
de ella en otra carta, en la que te decía que se trataba de la ex novia de
Jesulín de Ubrique, y madre de su primera hija, como únicos “méritos” a
destacar. Y, desde hace algún tiempo, está de comentarista ¡hay que
fastidiarse!, en un repugnante y nauseabundo programa de televisión. Todo un
personaje mediático, que tiene mucho tirón y muy poca vergüenza. Ella se saca
una pasta gansa, con las entrevistas televisivas y las exclusivas en las
revistas de cotilleo, y los medios consiguen aumentar sus índices de audiencia
y vender ejemplares a porrillo. Y, para más recochineo, le han otorgado el
“título” de “princesa del pueblo” ¡hay que jod…! Todo un alarde de cultura
barriobajera, de mala educación y de náusea vomitiva.
Pero este país, el nuestro de
toda la vida, adolece de otras cuestiones que, poco a poco, van tomando forma:
las prohibiciones. La información sobre este asunto la he sacado de un artículo
del conocido locutor y periodista, Carlos Herrera.
Bueno, a ver si consigo
explicarlo con claridad: Según nos dice la señora Ministra de Sanidad, ya no se
va a permitir fumar en las zonas acotadas para ello en los restaurantes. En las
playas, también quieren que no se fume y que desaparezcan los chiringuitos. Al
parecer, la próxima temporada no será posible beber una cerveza en algunas
playas españolas. Las valencianas están en ello. ¿Es comparable la prohibición
de beber alcohol en la calle -léase botellón- con la de beberse una cerveza o
un tinto de verano debajo de una sombrilla playera? En el sur de Tenerife van a
prohibir, si no lo han hecho ya, hacer castillos de arena en la playa. Del
mismo modo, fumar en las playas está a punto de prohibirse en muchas de ellas,
aunque usted recoja las colillas en una lata, de refresco, naturalmente. Una
normativa valenciana, prohíbe colocar una sombrilla a menos de seis metros de
la orilla. Y, díganme: ¿dónde está la orilla? ¿Hemos de llevar el metro de casa
o nos lo alquilan a pie de playa, a modo de impuesto municipal, con fines
claramente recaudatorios?
En Almuñécar (Granada), queda
prohibido escuchar música en sus playas. Habrá que conformarse con el sonido de
las olas, el murmullo de los bañistas o con los gritos de las madres
diciéndoles a sus hijos que no se metan en el agua, todavía, que aún no han
hecho la digestión. ¡Menuda coña marinera! Nunca mejor dicho.
En Ciudad Real, según pude leer
en el citado artículo, acaban de aprobar una ordenanza municipal por la que
será multado todo ciudadano que corra por la calle. Pregunto: ¿existe una
velocidad máxima? De ser así ¿tendrán que llevar los ciudadanos un velocímetro?
¿Quién controlará la velocidad a la que corren los viandantes? ¿Cómo y con qué?
¡Cuánta estupidez!
A este paso, querido amigo,
vamos a necesitar un manual para saber lo que no podemos hacer, por estar
prohibido, en los restaurantes, en las playas y en las calles de nuestras
ciudades. Es decir, algo así como: ‘Código de Tránsito’, basado en el ‘Código
de Circulación’, en el que estén recopiladas todas estas prohibiciones absurdas
-y algunas más que se les ocurrirán a los “iluminados” de turno-, para que nos acordemos de la madre que los
par… a todos ellos.
Por hoy, sufrido amigo, creo
que ya escribí lo suficiente como para que estés un buen rato entretenido.
Un fuerte abrazo.
Robert
08 octubre 2009
Amigo imaginario:
Continuamos con el país patas
arriba: los pesqueros españoles que faenan en el océano Índico están a merced
de los piratas somalíes. Los fabricantes de automóviles deciden cerrar sus
centros productivos o reducir sus plantillas. Los productores de leche se
movilizan en demanda de un mercado que garantice la estabilidad de los precios.
El caso Gürtel, que huele a cloaca desde
el principio, puede llegar a ser un obstáculo para Mariano Rajoy en su largo
camino hacia la Moncloa... O, tal vez, no.
Decididamente, tenemos el casco del buque como
un colador, y el riesgo de hundimiento es mayor cada día. Y lo peor de todo, lo
más preocupante, es que no habrá botes salvavidas para todos. ¡Qué vergüenza de
país! ¡Qué vergüenza de políticos! ¡Qué vergüenza de esta España de toros y
pandereta!
¿Cómo es posible, amigo mío,
que la Armada
no pueda proteger a nuestros pesqueros? Si éstos están dispersos, porque
necesitan espacio para faenar, habrá que disponer, obviando trámites y
protocolos innecesarios, de los recursos militares que tenemos. Estamos
hablando de ciudadanos españoles, que trabajan en barcos de pesca españoles. Y
no olvidemos que cada uno de estos barcos es una porción de territorio español.
No estoy en contra de la política de ayuda a ciudadanos de países en vías de
desarrollo. Pero, oigan, sin descuidar nuestros propios intereses.
Y, ¿qué me dices de la
vergüenza torera de los precios de miseria que les pagan las centrales lecheras
a los productores, en cuyas explotaciones invirtieron sus ahorros, sus créditos
bancarios y su vida? Querido amigo, cuando lo que te pagan por el litro de
leche, no te llega para alimentar a las vacas que la producen, sólo te queda el
camino de la protesta, de la movilización y de la huelga. No se puede consentir
que los poderosos engorden sus cuentas bancarias -a base de incrementar los
márgenes comerciales-, exprimiendo, todavía más, la ya muy debilitada economía
de los granjeros.
En lo que se refiere al tan
traído y llevado caso Gürtel, ¡qué te voy a decir! Financiación irregular de
campañas electorales del Partido Popular, blanqueo de dinero, fortunas en el
extranjero fuera del control de la
Justicia española, pago de comisiones ilegales… Y, como traca
final, al leer los miles de folios del sumario -según se puede leer en la prensa de
hoy-, surge la sorpresa: el cabecilla de la trama corrupta, ofrecía, entre su
cadena de regalos y favores, un servicio de chicas de compañía a destacados
políticos madrileños del PP. ¡Para que te fíes de la derecha política! Y luego,
seguramente los podremos ver en manifestaciones contra el aborto, a favor de la
familia, en procesiones de Semana Santa… ¡Hipócritas! Pero, como no podía ser
de otra forma, hay que respetar la presunción de inocencia.
Amigo mío, que los
acontecimientos no te quiten el sueño y te permitan dormir como un lirón.
Un fuerte abrazo.
Robert
14 octubre 2009
Amigo imaginario:
En la prensa de hoy, en
portada, se pueden ver, a nuestro presidente, Rodríguez Zapatero, y al de los
Estados Unidos, Barack Obama, en una imagen muy distendida, en el Despacho Oval
de la Casa Blanca.
Ya en páginas interiores, fotografía de ambos mandatarios durante la reunión
que mantuvieron en el emblemático Despacho, acompañados de las correspondientes
traductoras, en la que Obama hace un
gesto con las manos, a modo de explicación, dirigiéndose a nuestro presidente.
Amigo mío, ya tenemos las fotos
que algunos imbéciles decían que echaban en falta; y ahora que existen, esos
mismos críticos, cuentistas inconformistas, las obviarán, sin tomarlas en
consideración, y dirán que Aznar ya había estado con Bill Clinton y con George
W. Bush. Pero no dirán que de su amistad con este último, junto al británico
Tony Blair, nos vimos inmersos en la invasión de Irak, al margen de las
Naciones Unidas, que continuamos sin saber a quién benefició. Sin embargo, sí
sabemos a quiénes perjudicó. Y mucho. Tampoco dirán que, a cambio de aquella sumisa y humillante
amistad, el señor Aznar resultó muy beneficiado a título personal. Pero,
querido amigo, la política -para ciertos políticos-, es un medio para conseguir
un fin. Y ya conoces el dicho: ‘ El fin justifica los medios’. Y así nos va.
Personalmente, considero que
este encuentro con Barack Obama en la Casa Blanca, es el comienzo de una nueva
era en las relaciones entre España y EE.UU., que nos llevará, sin duda, a
estrechar lazos de amistad, de colaboración y de buen entendimiento. Y,
también, de inversiones que beneficiarán a ambos países.
Querido amigo, espero y deseo
que, por el bien de todos -también del tuyo-, se cumplan mis consideraciones.
Un fuerte abrazo, y que los
astros te sean propicios.
Robert
01 noviembre 2009
Amigo imaginario:
Continuamos con los casos de
corrupción. Salen como setas en época de lluvias. Los políticos son los
verdaderos protagonistas de esta película de policías y ladrones. Sospecho, sin
embargo, que esto es sólo una pequeña parte de lo que se esconde debajo de las
alfombras del panorama político. Es decir, que sólo vemos la punta del iceberg.
Está visto, amigo mío, que los chorizos no están únicamente en las
charcuterías. Da lo mismo que se trate de un concejal, que de un alcalde o de
un presidente de una comunidad autónoma; al final, todos están cortados por el
mismo patrón. Y lo que es peor: están en la política para hacerse ricos, cuanto
más mejor, en el menor tiempo posible.
De todos modos, no podemos -ni
debemos- juzgar al todo por la parte. Es decir, no podemos aseverar que todos
los políticos son unos corruptos. Ni mucho menos. Ahora bien, la frecuencia con
la que se están destapando nuevos casos, nos hace pensar que, tal vez, lo que creíamos excepcional,
resulta que era una práctica habitual; y que, en nuestra ignorancia, hemos
venido aceptando con total normalidad. Y eso, desconocido amigo, sería un
desmesurado engaño que no podemos consentir.
Todo lo que está ocurriendo
¡maldita sea!, viene a demostrar que existen muchas fisuras en las
administraciones públicas. Muchas acciones, no siempre justificadas, que se
escapan al control de los responsables correspondientes, por pura desidia,
dejando que las irregularidades continúen considerándose algo normal e inevitable,
sin importarles lo más mínimo los posibles perjuicios que puedan causar a
terceras personas. Es repugnante. Una verdadera vergüenza.
Otra cuestión, no menos
preocupante, es la situación en la que se encuentran científicos acreditados,
que están o estarán pronto en situación de parados, por falta de recursos de la
Universidad gallega. Únicamente la Universidad de Santiago, de momento,
garantiza la estabilidad de sus investigadores.
Han renunciado a trabajos
cualificados en el extranjero tras ser reclamados por Galicia, con la promesa
de un retorno con futuro si superaban todas las evaluaciones. Todo ha sido un
compromiso vacío, sin fundamento. Algunos, con edades comprendidas entre
35 y 40 años, que se formaron en Estados
Unidos, Irlanda, Alemania o Italia, se encuentran ahora, con familia y
plenamente establecidos, que tienen que pensar en volver a preparar las
maletas, suponiendo que, nuevamente, alguna Universidad esté interesada y los contrate. Como dice una de las
investigadoras, que antes trabajó en California: “El mensaje que manda la Universidad a los
nuevos investigadores es licénciate y márchate. Y, si te va bien, no vuelvas”.
Como puedes ver, amigo mío,
todo está tan mal planificado y abandonado a la improvisación, que te entran
unas ganas irrefrenables de irte de este país de cantamañanas impresentables.
Querido amigo, esperemos que se
imponga pronto la cordura y vengan tiempos mejores.
Un fuerte abrazo.
Robert
17 noviembre 2009
Amigo imaginario:
Seguimos oyendo -que no es lo
mismo que escuchando- las mismas consignas, los mismos mensajes… Las mismas, y
reiterativas, monsergas.
En la prensa de ayer lunes, con
motivo de la clausura de la Convención Nacional del PP en Barcelona, del
pasado domingo, se pueden leer los siguientes mensajes de Mariano Rajoy: “Sólo
existe una alternativa al Gobierno actual. Somos nosotros, estamos aquí”.
“Estamos en condiciones de gobernar este país ahora mismo, si los españoles así
lo decidieran”. “Tenemos ideas, propuestas y equipos. No somos una hipótesis de
futuro sino una realidad presente”. “Somos la opción que hoy ya prefieren
claramente la mayoría de nuestros conciudadanos”. “El nuestro no es un proyecto
para unos pocos entusiastas sino que aspira a representar al más amplio
conjunto de las clases medias y trabajadoras de España”.
Como puedes ver, amigo mío,
todo lo anterior es más de lo mismo: ¡Somos los mejores! ¡Somos los únicos!
¡Somos… la leche! Ahora bien, si algún día llegan a gobernar -y de eso no tengo
la menor duda-, harán lo que buenamente puedan -tal vez, lo que quieran- o lo
que las circunstancias, no siempre favorables, les permitan. Igual que los que
les hayan precedido. Aunque, por mucho que nos duela, hemos de respetar la
igualdad de oportunidades. Y no hay que darle más vueltas, no vaya a ser que
acabemos todos mareados.
Tengo que reconocer, no
obstante, que el señor Rajoy, como no lo había hecho hasta ahora, se pronunció
abiertamente en contra de los corruptos, enviando los siguientes mensajes: “La
limpieza en la vida pública es una exigencia moral”. “La actividad política es un compromiso
voluntario y quien lo abraza debe mantener una actitud ejemplar”. Reivindicó la
actuación de miles de servidores públicos, de uno u otro partido, que han dado ejemplo
de abnegación, trabajo y sacrificio. Y añadió: “No todos somos iguales”.
Silencioso y paciente amigo, al
hilo de lo que te he comentado, permíteme que cite dos frases que considero muy
oportunas:
“La política es el arte de
buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después
los remedios equivocados”.
Groucho Marx.
“Un político piensa en las
próximas elecciones; un estadista en la próxima generación”.
James F. Clarke.
Espero que el contenido de esta
carta no te provoque preocupación ni desasosiego. Únicamente pretendo que te
haga reflexionar, profundamente, sobre tus convicciones políticas.
Un fuerte abrazo.
Robert
18 noviembre 2009
Amigo imaginario:
No he podido resistir la
tentación de escribirte de nuevo. Y eso que la última carta la escribí ayer.
Pero, yo soy así: imprevisible. Lo mismo tardo dos meses en escribirte, como lo
hago al día siguiente. Sin embargo, amigo mío -tú lo sabes, sobradamente-, todo
depende de los acontecimientos, que, algunas veces -como en este caso-, se
precipitan. Me refiero, naturalmente, a la liberación del atunero vasco
‘Alakrana’ y sus 36 tripulantes, todos
sanos y salvos.
Después de 47 días angustiosos
-con el corazón en un puño, esperando lo peor-, la alegría de las familias de
los tripulantes, abrazándose, visiblemente emocionadas, es la imagen que mejor
define su radiante estado de ánimo. Este feliz desenlace ha sido posible
gracias al esfuerzo del Gobierno, de la Diplomacia española, de los agentes del CNI y del
armador del buque, en perfecta coordinación. Y, cómo no, a la discreción de las
esposas de los secuestrados, después de haber sido citadas en la Moncloa por el presidente
del Gobierno.
Todas las fuerzas políticas se
congratularon por la liberación del ‘Alakrana’ sin que hubiera que lamentar
víctimas. Declaraciones amables y amplias sonrisas para salir en la foto. Pura
y repugnante demagogia. Pero -y permíteme, querido amigo, que empiece a
cabrearme-, advirtieron que le pedirían explicaciones al Ejecutivo -y así lo
han hecho hoy- por el pago del rescate a los piratas somalíes: 2,3 millones de
euros. Y mi cabreo, como puedes comprender, lo justifica la hipocresía, sobre
todo del Partido Popular. Por una parte, manifiesta alegrarse por el éxito de
la operación; por otra, sin embargo, censura el pago del rescate. ¿En qué
quedamos? ¿A qué estamos jugando? Personalmente, considero que lo importante,
lo que debe prevalecer por encima de todo, es la vida de las personas. Sin
discusión. Y, si para ello hay que
pagar, se paga lo que sea necesario.
Porque en situaciones como esta, y no en otras que prefiero omitir, el fin ¡sí!
justifica los medios. Ahora bien, a continuación hay que perseguir a los
extorsionistas -o secuestradores-, como delincuentes que son, para capturarlos
y recuperar el importe del rescate, utilizando los medios, y también los
métodos, que sean necesarios. Esta es mi opinión, acertada o equivocada. Pero
es la que tengo al respecto. Y la asumo con todas las consecuencias.
Otra de las cuestiones de
debate -que, sin duda, deberá de salir a la luz-, es si el importe del rescate
lo pagó el armador del buque, a través de un seguro que tiene contratado, o,
por el contrario, lo pagó el Gobierno. Es decir, todos nosotros. Estaremos
atentos.
Espero que ahora comprendas por
qué consideré necesario escribirte tan pronto. Hay noticias y comentarios que
no admiten demora; y los amigos, entre otras cosas, están para comunicarse.
Recibe un fortísimo abrazo.
Robert
24 diciembre 2009
Amigo imaginario:
Hoy es Nochebuena. Una noche
mágica. Ya sabes: cena familiar, larga sobremesa, villancicos, buenos deseos,
los niños que empiezan a bostezar y que, finalmente, se duermen… Todo repetido,
año tras año, invariablemente.
Me dirás que no debo ser tan
pesimista. Que mi actitud ante la vida es equivocada… Tal vez tengas razón. Soy
consciente de que no se puede vivir de recuerdos, anclado en el pasado.
Comprendo que es necesario vivir el presente, aunque siempre con la mirada
puesta en el futuro. Sin embargo, no resulta fácil desprenderse de la carga
emocional acumulada.
La próxima semana, querido
amigo, será la última del mes y, también, del año. De este año 2009 que termina -dejémosle que se vaya de una
puñetera vez-, durante el cual hemos tenido casi de todo: corrupción política,
protestas eclesiásticas -la Conferencia Episcopal Española hizo horas
extraordinarias para poder protestar por todo lo que se movía-, gripe A, y,
sobre todo, la crisis económica, que nos sigue causando muchos dolores de
cabeza. Y, sobre todo, mucha preocupación.
Otra compañía aérea -Air Comet-
que quiebra, dejando a 650 trabajadores sin empleo y a más de 6.000 pasajeros
en tierra. Habían adquirido los billetes con mucha antelación, al objeto de
asegurarse el vuelo en estas conflictivas fechas navideñas, a Buenos Aires,
Lima, Quito y Bogotá. Al final, como siempre, el ministerio de Fomento -es
decir, el Estado; es decir, los contribuyentes- tiene que hacerse cargo de esos
pasajeros y facilitarles los vuelos correspondientes. Total, unos nada
despreciables 6,3 millones de euros, de las ya muy debilitadas arcas del
Estado. Y, el presidente de la compañía, Gerardo Díaz Ferrán -que también es
presidente de la patronal española CEOE-, manifestó estar sorprendido, según
aparece en la prensa de hoy, de que los consumidores siguieran comprando
billetes, pese a que la compañía llevaba ocho meses sin pagar las nóminas a sus
empleados: “Si yo hubiese visto esta situación desde fuera, no hubiese elegido
Air Comet para volar a ningún sitio”. Y se queda tan ancho. ¡Cómo si los
consumidores tuvieran la obligación -incluso, la posibilidad- de conocer la
situación económica de la compañía! ¡Qué descaro y qué poca vergüenza!
En fin, amigo mío, como puedes
ver, seguimos igual que hace un año. Y, sin temor a equivocarme, continuaremos
en la misma línea. ¡Una verdadera pena!
Que tengas un Feliz Año Nuevo,
y que los astros te sean propicios.
Un fuerte y navideño abrazo.
Robert
Robert
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