Por Robert Newport
13 febrero 2009
H
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an sido muchas las
manifestaciones de adhesión al artículo “Yo
protesto” del señor Rey Fernández-Latorre, y todas ellas identificándose,
además, con sus planteamientos, coherentes y equilibrados, que ayudan a
comprender, con claridad meridiana, la singularidad socioeconómica de Galicia.
En mi opinión, “Yo protesto” es el artículo perfecto
para lectura obligatoria, y posterior ejercicio de comentario de texto, en las
escuelas. Es, también, ideario indispensable
para banqueros, empresarios y comerciantes. Y es, esencialmente, un discurso
disciplinado -y admirablemente riguroso-, que tiene como destinatarios a
nuestros políticos –sin distinción de ideologías-, que, inmersos en sus
absurdas confrontaciones, no han sabido percibir -y mucho menos comprender- la realidad de una situación que ya nos está ahogando.
Finalmente, “Yo protesto” es una minuciosa
exposición didáctica de hechos incuestionables,
de amplio espectro, que los
políticos tendrían que enmarcar y disponer en lugar preferente de sus, según
dicen, lujosos despachos.
Mi
sincera felicitación y agradecimiento.
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