Acabemos ¡ya!

Por Robert Newport

25 julio 2011

S

uscribo en su totalidad, como no podía ser de otra forma, el contenido del extraordinario artículo del señor Rey Fernández-Latorre.

Lo he leído con detenimiento, analizando los argumentos -todos ellos tratados con magistral oficio periodístico-, y considero que en este extenso artículo, de alguna manera, se cumplen las tres premisas que debe regir toda novela que se precie: Planteamiento, nudo y desenlace.

El planteamiento, como elemento indispensable, es el estado actual de una situación insostenible: comedores sociales desbordados por la acuciante, y en aumento cada día, necesidad de tantas familias que han llegado al límite de sus posibilidades económicas; colas interminables en las Oficinas de Empleo, sin posibilidad de una solución inmediata al paro existente; deudas de las administraciones públicas, cuyos proveedores -generalmente pequeños empresarios- se verán abocados al cierre por una falta de liquidez inducida, y locales comerciales que, uno tras otro, van cerrando sus puertas y empapelando sus escaparates. Y suma y sigue.

El nudo, que viene dado por el retroceso en el llamado Estado de bienestar, cuyos logros sociales se desvanecen sin remedio. Una enmarañada y lenta administración, con su absurda y trasnochada burocracia. Y la multiplicidad de instituciones y organismos oficiales, que asfixian las arcas del Estado.

Finalmente, el desenlace. Urge una actuación ágil, racional y ordenada, sobre el actual sistema de gestión pública, con el fin de acercar la Administración al ciudadano, facilitando los trámites con eficiencia y sentido común. Urge, también, que el ciudadano sea escuchado, con atención y humildad, para lograr el necesario, deseable y políticamente saludable consenso. Urge, en definitiva, racionalizar el actual sistema democrático en el país, en general, y en Galicia, en particular. ¡Hagámoslo! 

(Publicado en la sección "Cartas al director" de "La Voz de Galicia", el 27 de julio de 2011)