El
día 3 de mayo de 1977, Adolfo Suárez comparecía en RTVE ante los españoles y
anunciaba que se presentaba a las elecciones en el cartel de UCD. Así explicó su posición política:
Creo, modestamente, tener el derecho
y al mismo tiempo el deber de identificarme públicamente y no a escondidas con
aquellos grupos o personas que desde una posición de centro pretenden ofrecer a
los electores lo que ha sido una constante de mi Gobierno: una alternativa
política que tienda a evitar peligrosos enfrentamientos, ofreciendo al mismo
tiempo una plataforma de colaboración para un entendimiento duradero entre los
españoles.
Creo que es una opción que debe ser
ofrecida al electorado junto a las demás que existen en nuestro panorama
político y pienso que esta opción no perjudica a ninguna de las fuerzas que ya
se han perfilado con nitidez ante las elecciones. En todo caso, permite cubrir
un espacio político que, a mi juicio, todavía no está suficientemente
delimitado.
Desde esta perspectiva, he tomado la
decisión de presentarme como candidato independiente al Congreso de los Diputados. Ruego a todos ustedes, y muy especialmente a
las fuerzas políticas, que me hagan el honor de creer que es una decisión muy
meditada, muy consultada, ciertamente incómoda y con evidentes riesgos.
Al presentarme como candidato no voy
a buscar el voto fácil ni hacer una solicitud de respaldo personal. Nunca he perseguido, en mis acciones de
Gobierno, pedir nada para mí. Se me encargó la misión de llevar a buen puerto
la reforma política de nuestro país, y debo comparecer a juicio público cuando
se establece la primera consulta democrática.
No puede quedar en el aire,
descolgada, sin asistencia o crítica popular, una obra de Gobierno que se hizo
al servicio de la democracia y que todavía no fue contrastada por el voto,
aunque haya surgido del resultado inicial expresado en el referéndum.
Estos son mis motivos. Se que, a
pesar de ello, y porque estamos en plena dialéctica de partidos, mi decisión
puede causar recelos en algunos grupos. Ante ellos he de decir que concurro a
las elecciones sin privilegio alguno de organización; sin apoyo de los órganos
de gobierno; y, por supuesto, sin ningún apoyo de la Corona , que está por encima
de las opciones y contiendas.
No concurro, señoras y señores,
siquiera como hombre de partido, sino en una coalición de partidos, grupos o
personas independientes, que se sitúan en una posición de centro y que
proclaman su coincidencia con los criterios que inspiran mi actividad política
desde el día de mi nombramiento. Me siento identificado, como lo demuestra la
gestión de casi trescientos días, con todas aquellas fuerzas que hacen de la
moderación su principio […]
A estas alturas del proceso político,
creo que los grandes esfuerzos nacionales -y especialmente de sus líderes y
dirigentes- han de centrarse en evitar que se dibujen peligrosamente
enfrentados los grupos políticos. Debemos evitar entre todos que se repita
-real o dialécticamente- la división política de los españoles en dos frentes
antagónicos, porque ahora que estamos estrenando la democracia, podría tener
muy graves consecuencias para nuestra patria.
Y porque la Historia nos enseña que
debemos tomarnos muy en serio esta posibilidad; y porque estamos convencidos de
que existe un mayor pluralismo, me parece imprescindible presentar al pueblo
español un posible factor de equilibrio, sin la amenaza permanente de la
división de los españoles en dos mitades, como si esa fuese nuestra realidad
nacional.
… Al tomar esta decisión, la gran
dificultad estriba en hacer compatible mi presentación con el ejercicio de las
funciones de presidente del Gobierno. Podría renunciar a ellas, pero no debo
hacerlo, porque eso supondría entrar en una crisis política que pienso que no
le conviene al país en estos momentos,
Pero ello no impedirá que las elecciones sean absolutamente libres,
transparentes y claras.
Fuente: FUE
POSIBLE LA CONCORDIA , Adolfo Suárez.
Edición de Abel Hernández. ESPASA.
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