Por Robert Newport
01 septiembre 2017
Aquel mes de diciembre de 1958, profesores y
alumnos del Instituto Laboral de Vilagarcía de Arousa fuimos protagonistas de
un acontecimiento emocionante, único e irrepetible: la “Operación Reyes Magos”.
La empresa ‘Lantero e Hijos’, cuya actividad
primigenia había sido la fabricación de juguetes de madera -ignoro si como
actividad principal o complementaria-, tenía en sus almacenes, durmiendo el
sueño de los justos, varias cajas que contenían gran cantidad de piezas de los
juguetes que antaño fabricaba. Ignoro cómo D. Vicente López Nieto, otrora
profesor de Cultura Industrial, tuvo conocimiento de la existencia de aquellas
cajas que, para una acción solidaria, consiguió rescatar de las nieblas del
tiempo.
Se trataba, en su mayoría, de piezas sueltas que
requerían un arduo y minucioso proceso de selección. Una vez identificados cada
uno de los componentes con el juguete correspondiente, procedimos al montaje de
los prototipos bajo la supervisión del entonces profesor de carpintería, D. José Portela Oliveira, coordinador de aquel proyecto. Durante el proceso de
montaje preliminar, comprobamos que faltaban elementos para poder completar
algunos de los juguetes, lo que nos obligó a diseñar y fabricar aquellas piezas
indispensables.
Los prototipos nos permitieron saber, en función
del número de piezas de que constaba cada uno, cuántos juguetes de cada tipo
podíamos completar. Ante la evidencia de que no disponíamos de piezas
suficientes para obtener la cantidad de juguetes que necesitábamos para aquel
fin solidario, los talleres del Instituto Laboral, con una organización
productiva digna de la mejor empresa manufacturera, se transformaron en una
auténtica cadena de restauración, fabricación y montaje de juguetes.
Era un proyecto ilusionante, también un gran reto,
minuciosamente planificado, en el que, con una actividad frenética y denodado
entusiasmo, trabajamos con el convencimiento de que, a diferencia de los
habituales trabajos de prácticas, aquello exigía el marchamo implícito de
calidad y profesionalidad. Pues, en cierto modo, estaba en juego el prestigio
de aquel Centro de Enseñanza.
En la sección de mecánica, D. José Mariño Ferreira,
profesor de Tecnología Mecánica, supervisó la fabricación de los elementos de
unión mecánica, así como los ejes (rectos y de configuración cigüeñal, simple y
doble), para incorporar las ruedas, además de las bielas que accionaban las
partes móviles de los muñecos.
En la sección de carpintería, siempre bajo la supervisión de D. José Portela, la sierra sinfín, el torno y la cepilladora universal, amén de diversas herramientas de mano, tuvieron una especial relevancia en la fabricación de las plataformas portantes, muñecos y animales diversos con sus miembros móviles, cabezas esféricas, y ruedas de distintos tamaños. Asimismo, cabe destacar la importancia de la herramienta más simple de todo el proceso: el papel de lija fina y extrafina. El esmerado pulido de la madera optimizó el pintado de los componentes.
En la sección de pintura, los alumnos con especiales
aptitudes artísticas, dirigidos por el profesor de dibujo y reconocido
paisajista levantino, D. Juan Bautista Martínez Beneyto, se encargaron de dar
vida a los distintos personajes, pintándoles las cejas, los ojos, la nariz, la
boca..., así como los trajes y uniformes, dotándolos de una gran vistosidad
cromática.
Y, finalmente, con el montaje, retoques y
verificación del correcto funcionamiento de todas las partes móviles, concluía
aquel ilusionante proyecto hecho
realidad, del que todos los que habíamos participado con tanto entusiasmo nos
sentíamos orgullosos.
La logística ad
hoc, se encargó de que aquellos juguetes, cuidadosamente seleccionados y
empaquetados, llegaran a ‘Cáritas Parroquial’ de Vilagarcía, con el fin de que
los niños y niñas de familias con escasos recursos económicos, pudieran recibir
en sus hogares, aquella noche mágica del 5 de enero de 1959, los juguetes que
les habían traído los Reyes Magos de Oriente.
Publicado (04.09.2017) en la Web de ‘A Vilagarcía Antiga’ y
en el Blog del ‘Instituto Laboral’
No hay comentarios:
Publicar un comentario