Por Robert Newport
05 mayo 2022
La Operación Militar Especial de Rusia en Ucrania —eufemismo de una invasión desaforada y cruenta—, continúa causando destrucción y muerte. Rusia, en un alarde de supremacía armamentista, lanzó su nuevo misil intercontinental: largo alcance y carga nuclear de gran poder destructivo. «Hará que se lo piensen dos veces los que nos amenazan», dijo Vladimir Putin.
La provocación del presidente de la Federación Rusa parece no tener
límites. Como tampoco los tiene su desmesurada ambición de poder, como si
pretendiera convertirse en el nuevo Zar de la vigente centuria.
No sé si se
trata de un sicópata, de un lunático, o de un malvado. En cualquier caso, la
invasión y el brutal asedio al que Putin está sometiendo a Ucrania
—bombardeando, indiscriminadamente, hospitales, colegios, centros comerciales,
zonas residenciales, estaciones de tren, convoyes con pasajeros…—, lo
convierten, sin paliativos, en un cruel y despiadado criminal de guerra.
Incluso, salvando las distancias, podríamos tener ante nosotros al nuevo ‘Adolf
Hitler’ del siglo XXI.
Como dijo Howard Zinn: «No hay bandera lo suficientemente larga para cubrir la vergüenza de matar a gente inocente».
Publicado en ‘La Región’ (07.05.2022), en
‘Faro de Vigo’ (10.05.2022), en la sección ‘Cartas al Director’
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