04 enero 2016
Amigo imaginario:
Ha comenzado un nuevo año. Lo que nos deparará,
tanto en el plano personal y familiar, como en el político, es la gran
incógnita.
En mi carta del 1 de septiembre de 2014, te decía:
“...el gran logro social conocido como clase media, paradigma de prosperidad y
equilibrio socioeconómico que sustentaba el amplio tejido comercial de las
ciudades, va camino de convertirse en una especie en vía de extinción”. Aquella
aseveración, amigo mío, se materializó en grado sumo a lo largo del pasado
año 2015, a pesar de que el Gobierno afirmara que había claros
indicios de recuperación económica. Pero la realidad era muy distinta, y
continúa siéndolo. Porque aquellos que ya tenían una economía más que saneada,
sí mejoraron su poder adquisitivo. Pero a los que vivían con serias
dificultades, que eran y son la mayoría, las cosas se le pusieron todavía peor.
Y se volvió a cumplir la sentencia: los ricos son cada vez más ricos, y los
pobres... ¡cada vez más pobres!
Así, querido amigo, la clase media a la que hacía
referencia en aquella carta, ha ido descendiendo, en caída libre, a la vez que
la diferencia entre ricos y pobres se eleva cada vez más. Y así se quebró el
equilibrio económico: las familias consumen lo estrictamente necesario, si todavía
se lo pueden permitir; muchos comerciantes, al ver como disminuían las ventas,
tuvieron que cerrar las puertas de sus negocios; fabricantes, así como
almacenistas-proveedores-distribuidores, se han visto obligados a prescindir de
una parte de sus trabajadores... Todo el tejido industrial y comercial, así
como el sector del transporte (logística y distribución), sufrió un
espectacular varapalo. En definitiva, los ciudadanos tenemos la impresión de
que la crisis llegó para quedarse. Y la precariedad económica, que ya dura
demasiado tiempo, me temo que se instaló en las familias con la intención de
permanecer en ellas durante una (muy) larga temporada.
Como te comentaba en mi última carta del pasado
año, continuamos sin saber qué partidos se van a coaligar para formar un
Gobierno estable. Al Partido Popular, como, por otra parte, todos suponíamos,
no le está resultando fácil encontrar los socios necesarios. A su vez, los
otros partidos más representativos: Partido Socialista, Podemos y Ciudadanos,
están atrapados en un bucle del que no consiguen salir. Aunque, para qué vamos
a engañarnos, en gran parte es debido a que siempre anteponen sus intereses,
personales y partidistas, a las necesidades reales del país y de los
ciudadanos. Hemos de comprender, no obstante, que formaciones tan claramente
antagónicas tengan dificultades para llegar a consolidar algún tipo de acuerdo,
si no están dispuestas a renunciar a ciertas exigencias y criterios
ideológicos, para garantizar una sana convivencia. Así está el panorama
político, estimado amigo, en los albores de este nuevo año. En mi opinión -cuyo
valor siempre es relativo-, considero que hemos iniciado un viaje a ninguna
parte.
Permaneceremos expectantes, aunque con una
razonable preocupación -pues está en juego la estabilidad del país-, a la
espera del resultado de las negociaciones.
Otra cuestión, no menos importante, es el
esperpéntico proceso soberanista catalán, en el que el presidente en
funciones, Artur Mas, el empecinado, muy probablemente se verá obligado, como
mal menor, a convocar nuevas elecciones en Cataluña. Pero tiempo tendremos para
comentar ampliamente todo lo que vaya aconteciendo sobre este proyecto
independentista.
Un fuerte abrazo.
Robert
15 enero 2016
Amigo imaginario:
La provocación está servida... y
humeante. Artur Mas, president en funciones de la Generalitat de
Cataluña, dimitió el pasado domingo (10.01.2016). Unos dicen que ha dado un
paso atrás; él, sin embargo, manifiesta que dio un paso hacia un lado para
facilitar el nombramiento de Carles Puigdemont, alcalde de Gerona, cuya
investidura -¡relámpago!- se materializó al día siguiente (11.01.2016). Así las
cosas, el señor Mas ya es expresident; y el señor Puigdemont, por su parte,
exalcalde de Gerona y flamante president de la Generalitat.
Ante esta decisión unilateral sin
precedentes -un desafío en toda regla-, Mariano Rajoy dijo: “...velaré por el
cumplimiento de la ley y no dejaré pasar ni una contra la unidad de España ni
permitiré que nadie se arrogue poderes ilimitados”. Y yo, amigo mío, aplaudo
estas manifestaciones. Por su parte, el nuevo president de la Generalitat , en un
tono cuasi provocador, manifestó que no le importa lo que diga el presidente
(en funciones) del Gobierno de España; y que él, cuando tome posesión del cargo,
orientará todos sus esfuerzos al proceso de independencia de Cataluña,
fijándose un plazo de 18 meses.
La chulería soberanista del señor Mas,
jaleada por sus acólitos, que tiene una clara e incondicional continuidad en el
señor Puigdemont, ha dividido a la ciudadanía catalana que, mayoritariamente,
se ha manifestado en contra de la locura independentista del ya expresident.
Esta situación, incómoda y muy
preocupante, no tiene visos de resolverse únicamente con el diálogo. Y sería
muy lamentable -y, también, poco deseable- tener que llegar al extremo de
aplicar la ley, con resolución y contundencia, para asegurar la unidad
territorial de España. En cualquier caso, lamentablemente, la cuerda está más
tensa cada día. Y, como tú sabes, querido amigo, en todo cuerpo sólido sometido
a un esfuerzo de tracción en el que actúan dos fuerzas opuestas continuas, el
alargamiento por plasticidad se detiene al alcanzar el momento crítico, y la
rotura es inevitable. Este concepto de resistencia de materiales, a modo de
ejemplo, lo considero aplicable a la actual tirantez política entre el Gobierno
central y el Gobierno de la
Generalitat de Cataluña. Aunque, naturalmente, habrá que
dar un margen de confianza, la realidad es que las cosas no pintan nada bien.
Mis cartas, como ya sabes, pretenden
ser una especie de crónica de todo aquello que considero relevante de lo que
acontece en este país. Así, como asunto destacado, el pasado día 5 del presente
mes, Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, recogió su acta de diputado
en el Congreso, así como su cartera portafolio. A su llegada, saludó a los
numerosos periodistas que allí se encontraban, diciéndoles: “Veros aquí a todos
me hace mucha ilusión”. A la salida, con prisa, abriéndose paso, a duras penas,
entre cámaras y una maraña de micrófonos radiofónicos que sus portadores le
ofrecían como si fuesen helados de vainilla, fresa y chocolate, manifestó,
sonriente y en tono reivindicativo: “Ya he recogido mi acta de diputado, con
ilusión y con ganas de trabajar para devolver el Congreso a sus dueños y
dueñas”. “Dentro de cuatro años, lo que vamos a dar es mochilas en vez de
carteras”. Bueno, como puedes ver, siempre fiel a su habitual línea de
comportamiento.
La fecha de esta carta te indica que ya
han transcurrido 15 días de este nuevo año. ¡Y todavía seguimos con un Gobierno
en funciones! Continúa la incertidumbre de los pactos, que ya empieza a pesar
como una losa de grandes proporciones. Según publica hoy el diario ‘La Voz de Galicia’, se
barajan tres posibles, aunque cautelosamente improbables, combinaciones:
Presidente: Mariano Rajoy, con Pedro
Sánchez y Albert Rivera.
Presidente: Pedro Sánchez, con Pablo Iglesias, Aitor Esteban y Alberto Garzón.
Presidente: Pedro Sánchez, con Albert
Rivera y Pablo Iglesias.
Si no se alcanzase un acuerdo, me temo
que volveríamos a vernos inmersos en unos nuevos comicios (elecciones
generales) que, de producirse, podrían suponer, en número de votos, un
acercamiento de Podemos al Partido Socialista, o incluso superarlo, perdiendo
así los socialistas el liderazgo de la oposición. Por su parte, Ciudadanos se
arriesgaría a perder muchos de los votos que, huidos del Partido Popular,
obtuvo en las pasadas elecciones.
Este escenario está empezando a general
grandes tensiones en el ámbito político y, también, entre los ciudadanos, que
vemos como la nave del Estado navega con una tripulación provisional.
Por hoy, querido amigo imaginario, no
tengo nada más que contarte. Aunque este asunto de los posibles pactos, todavía
podrá ocupar, me temo, gran parte de mi próxima crónica
epistolar.
Un fuerte abrazo.
Robert
27 enero 2016
Amigo imaginario:
Hoy, aunque en el actual escenario
político los actores continúan deambulando sin saber qué papel van a
representar -protagonista o secundario-, y la incertidumbre sigue sobrevolando
el panorama político de este país llamado España, leo en la prensa (La Voz de Galicia)
un titular que, aunque escandaloso, preocupante y, sobre todo, vergonzoso, no
creo que le haya sorprendido a nadie: ‘Caen una veintena de cargos del PP en el
mayor golpe a la corrupción en Valencia’. Así las cosas, el Partido Popular
de la
Comunidad Valenciana procedió a la apertura de
expedientes a todos los detenidos e investigados -ya que ahora no se les puede
llamar imputados-, y a la suspensión cautelar de militancia.
Como creo haberte comentado en otra
ocasión, la
Comunidad Valenciana , desde hace algunos años, es lo más
parecido a la cueva de Alí Babá. Más de un centenar de altos cargos, así como
dos expresidentes de la Generalitat Valenciana , se han visto envueltos en
casos de corrupción:
Caso Nóos (también conocido como
‘Operación Babel’): están procesados la infanta Cristina de Borbón y su marido
Iñaki Urdangarin.
Caso Emarsa (Entidad Metropolitana de
Aguas Residuales): destapado un fraude de unos 24 millones de euros.
Caso Gürtel: red que obtenía beneficios
de adjudicaciones públicas.
Caso Cooperación: desvío de fondos
destinados a proyectos de cooperación al desarrollo en Nicaragua.
Caso Brugal: irregularidades
urbanísticas en Alicante.
Caso Valmor: irregularidades en la
contratación y gestión del Gran Premio de Fórmula 1.
Caso Fabra: fraude de cerca de 700.000
euros a Hacienda, además de la construcción del célebre aeropuerto -sin
aviones- de Castellón.
Por todo ello, amigo mío, me temo que
la imagen que de España puedan tener en el exterior, es la de un país en el que
la corrupción -¡qué vergüenza!- se ha apoderado del ámbito político-empresarial
como seña de identidad. Nosotros sabemos, sin embargo, que no todos los
políticos son corruptos, ni la podredumbre llega a contaminar la mayor parte
del tejido empresarial. Pero los casos detectados -que son un escándalo en sí
mismos- nos indican que la corrupción se instala, con mayor facilidad, donde
existe una desmesurada ambición de poder.
Concluyo, querido amigo, con dos
reflexiones personales, domésticas, de andar por casa. Primera: la renuncia de
Mariano Rajoy a ser investido como presidente del Gobierno, por falta de
apoyos, declinando el encargo del jefe del Estado, fue calificada por la
mayoría de articulistas y analistas políticos, de jugada maestra. Y añadían,
además, que procedió correctamente. Pues, sintiéndolo mucho -o sin sentirlo,
¡qué coño!-, tengo que manifestar mi total desacuerdo. Con su actitud, más
propia de un tahúr del Misisipi que de un político responsable, únicamente
pretende desgastar al adversario, o adversarios, en lugar de arrimar el hombro
para intentar superar la actual inestabilidad del país. Con la desfachatez,
añadida, de emplazar al rey a que lo proponga más adelante... “Ahora no me va
bien, Majestad”. Lo que quiere decir, paciente amigo, que, como ya sabemos
sobradamente, siempre prevalece el interés personal y partidista sobre el
interés general del país y de los ciudadanos. ¡Caiga quién caiga! ¡Puff!
Y segunda: es cierto que el Partido
Popular, con algo más de 7 millones de votos obtenidos en las pasadas
elecciones del 20 de diciembre de 2015, ha sido la fuerza más votada.
Eso es incuestionable. Pero no es menos cierto, que hubo cerca de 17 millones
de ciudadanos que votaron a otras formaciones políticas. Entre ellas, por
número de votos, destacan: Partido Socialista, Podemos y Ciudadanos. Y, como te
decía en mi carta del pasado día 27 de este mes de enero, los posibles -aunque
improbables- pactos, no acaban de materializarse. No debe de extrañarnos, por
otra parte, ya que después de los insultos de Pedro Sánchez a Mariano Rajoy,
así como del “Váyase señor Rajoy”; y, del mismo modo, el “¡tic tac!, ¡tic
tac!”, de Pablo Iglesias, francamente, no veo probables alianzas. Pero, claro,
ya se sabe, en política todo vale. Y por conseguir el poder, la hegemonía, son
capaces de cualquier cosa. Incluso de negar lo innegable, manifestando que se
les ha malinterpretado. ¡Joder, qué tropa! La cuestión es, querido amigo, que
también los nuevos actores están ávidos de protagonismo, motivo más que
suficiente para que yo desconfíe de todos ellos. Porque, reconozcámoslo, entre
pillos anda el juego.
Mientras tanto, continuamos navegando
con el piloto automático. Esperemos que, más pronto que tarde, se acabe esta
incierta travesía del desierto.
Un abrazo.
Robert
26
febrero 2016
Amigo imaginario:
El actual panorama político en este
país llamado España, continúa ocupando las portadas y páginas de opinión de los
periódicos -amén de las tertulias en radio y televisión, naturalmente-, y
preocupando a los sufridos, decepcionados y escépticos ciudadanos. Pero hoy,
permíteme que en esta crónica epistolar me ocupe de la política más doméstica
-de provincias, como dirían en la capital del Reino-, que, sin embargo, ha
tenido cierta resonancia a nivel nacional.
El pasado día 22 de este mes, en un
pleno municipal muy controvertido, en la ciudad de Pontevedra declararon
persona non grata a Mariano Rajoy, presidente del Gobierno en
funciones. En ese pleno, 17 de los 25 concejales votaron a favor de
la moción presentada por el Partido Socialista de Galicia y la Marea de Pontevedra,
con la adhesión del alcalde de esta ciudad, Miguel Anxo Fernández Lores, del Bloque
Nacionalista Galego. El público asistente, muy numeroso, se mostró,
mayoritariamente, contrario a esa declaración.
En mi opinión, el señor Fernández Lores
-que tiene todo mi respeto y admiración por haber hecho de Pontevedra una
ciudad habitable, no contaminante y saludable, que ha merecido el
reconocimiento internacional- se ha equivocado al apoyar dicha moción. Y digo
esto porque, como alcalde, representa a todos los pontevedreses. ¡A
todos! A los que están a favor y a los que no lo están. Y por respeto a
todos ellos, considero que no tendría que haberse posicionado.
No dudo que tenga sobradas y
argumentadas razones para estar molesto e indignado, habida cuenta que, según
ha manifestado el propio alcalde, el señor Rajoy en ningún momento se puso en
contacto con él. Lo que, sin duda, no habría sucedido si se tratara de un
alcalde del Partido Popular.
Todo esto tiene su origen, querido
amigo, en la decisión unilateral del Ejecutivo en funciones de otorgar a la
fábrica de celulosas (Ence), instalada en 1958 en la margen izquierda de la ría
de Pontevedra, una prórroga de explotación hasta el año 2073, a pesar
de que la legislación aprobada en España en 1988 decretaba que la citada
empresa debía abandonar, irremisiblemente, la parcela costera en 2018.
Por otra parte, según he podido leer en
una carta firmada por Raúl Pillado Lista (publicada en el diario La Voz de Galicia de hoy, en
la sección ‘Cartas al Director’), en los años 2008 y 2009, Alberto Núñez Feijoo
(actual presidente de la
Xunta de Galicia) hizo suyo el compromiso de trasladar
la citada factoría, incluyéndolo en su programa electoral, llegando a decir:
“No vamos a mantener a Ence en la ría. No vamos a decir una cosa y hacer otra”.
Sin embargo, paciente amigo, obviando sus duras críticas de entonces a los
nocivos efectos medioambientales de la fábrica en aquel entorno natural, ahora
otorga el visto bueno a la citada prórroga de explotación.
En los años 60 del siglo pasado, cuando
hice el Servicio Militar, uno de mis destinos fue la Escuela Naval Militar
de Marín, y recuerdo -¡cómo olvidarlo!- aquel olor nauseabundo, invadiéndolo
todo -mañana, tarde y noche-, que tenía su origen en las emisiones
contaminantes de la fábrica de celulosas (Ence) cuando soplaba el viento del
Nordeste. Nauseas, dolor de cabeza, inapetencia, malestar general... Era
insoportable. Un verdadero asco. En la actualidad, sin embargo, para adaptarse
a las exigencias de la vigente legislación medioambiental, hemos de reconocer
que la empresa ha hecho inversiones importantes en ese sentido. Pero, aunque en
menor medida, los nocivos vertidos y emisiones continúan contaminando el
ambiente y la ría de Pontevedra.
Ahora bien. Hay un argumento con el que
el Gobierno en funciones justifica la prórroga de actividad de Ence: mantener
los puestos de trabajo, directos e indirectos. Muchas familias dependen de
ello. Y en los tiempos que corren, esta realidad es incuestionable.
Como colofón a esta crónica epistolar,
estimado amigo, quiero dejar constancia de un extenso y muy ilustrativo
artículo de Víctor F. Freixanes, escrito en gallego y publicado en La Voz de Galicia el día
21 de este mes de febrero. Lo transcribo traducido al castellano:
“De mi infancia pontevedresa hay dos
cosas que recuerdo con especial significación: la aparición del primer
televisor en un escaparate de electrodomésticos de la calle Michelena, en los
primeros años 60, y como era la ría antes de la Celulosa. De los
primeros televisores en los cafés recuerdo las tardes de domingo en las mesas
del Moderno, acompañado de mis padres. De la luz de la ría recuerdo la playa de
las Cocheiras y a mi madre llevándonos de la mano por el arenal, a mi hermano y
a mí, hacia la punta de Placeres, donde Montero Ríos ordenara construir a
principios de siglo una residencia de invitados, luego Gran Hotel, con el que
pretendía hacer la competencia al Gran Hotel de A Toxa. Aquel proyecto de hotel
acabó siendo, más tarde, colegio interno de señoritas distinguidas. El desastre
ecológico de la ría vino marcado por dos instalaciones: la factoría de Tafisa,
en Monteporreiro, que quemó todos los fondos marinos, al tiempo que se llevó
por delante dos pequeñas islas que había enfrente de la antigua junquera, y la
factoría Ence. La primera ya no está, lo que quizá permita la recuperación de
una parte importante del patrimonio natural pontevedrés. La segunda, que
parecía tener los días contados, acaba de recibir del Gobierno en funciones del
presidente Rajoy una prórroga unilateral de explotación nada menos que por
otros 60 años, hasta el 2073.
En los primeros años del siglo pasado,
la orilla de Lourizán podía considerarse una milla de oro de la época. Al
abrigo de la residencia del político gallego acudían entonces a esta orilla de
la ría académicos como Manuel del Palacio, gente ilustre del teatro como José
Echegaray (Premio Nobel de Literatura en 1904), la actriz María Guerrero, o el
periodista y político Alfredo Vicenti... Era la Pontevedra del
marqués de Riestra y la
Restauración , los trabajos de Perfecto Feijoo y Casto
Sampedro, la
Sociedad Arqueológica , las Femeninas de
Valle-Inclán, el álbum Nos de Castelao, los estudios de
folclore que promovía Emilia Pardo Bazán... La playa de Cocheiras era un enorme
arenal que se extendía de Mollabao a Estribela, con uno de los asentamientos de
marisco más ricos que se recuerdan. Por ello resulta sorprendente la decisión
del Gobierno. No es la primera vez que, aprovechando el período en funciones,
se toman decisiones de este tipo. El argumento es conocido: puestos de trabajo,
explotación económica de la industria de la madera (eucaliptos sobre todo). ¿A
beneficio de quién? ¿Alguien puso sobre la mesa otras posibilidades para el
desarrollo estratégico de la zona? Las hay. Pero nadie nos dio opción a
discutirlas, cuestión a la que la ciudadanía tiene derecho, más allá de
decisiones unilaterales. ¿Podemos imaginar la ría de otra manera: explotación
turística y residencial, explotación marisquera, recuperación de recursos
naturales, usos públicos...? Podemos. Pero nadie nos da esa opción, repito, ni
siquiera para discutirla, o para someterla a la opinión de los pontevedreses.
Cuando llegaba la época de los maios, los niños cantábamos coplas
como esta: Pontevedra é boa vila / dá de cheirar a quen pasa / a
Celulosa na ría / e o peixe podre na praza. En estas seguimos”.
Bueno, querido amigo, poco o nada puedo
añadir. Únicamente, mostrar mi enérgico rechazo a que un Gobierno en funciones
tenga potestad para tomar ciertas iniciativas -¡ordeno y mando!- sin contar con
los ciudadanos. Así nos va.
En lo que se refiere a la declaración
de persona non grata, desengañémonos, sólo tiene valor
anecdótico-testimonial. Pasada una semana, se olvidará. Que nadie piense otra
cosa.
Un fuerte abrazo.
Robert
30 abril 2016
Amigo imaginario:
Hace algo más de dos meses que no te
escribo. Y en todo este tiempo, en lo que al panorama político se refiere,
continuamos con un Gobierno en funciones. No han sido capaces de lograr
acuerdos para integrar una coalición sólida que permitiera formar un Ejecutivo
estable. De manera que, después de una tercera ronda de consultas convocada por
el rey, estamos a las puertas de acudir de nuevo a las urnas el próximo
26 de junio. Y vuelta a empezar. Porque, me temo, los actores van a ser
los mismos, interpretando el mismo papel. Estamos atrapados en un bucle sin
fin, y acabaremos todos mareados, decepcionados, hastiados y muy cabreados. Es
decir, con ganas de mandar todo a hacer puñetas. Porque nosotros, como
ciudadanos, hemos cumplido con nuestra obligación yendo a votar, y maldita la
gracia que nos hace tener que repetir la jugada. Ellos, sin embargo, no han
hecho los deberes. O los han hecho mal, y a propósito. Y eso merecería un
castigo. Porque unas nuevas elecciones, campaña electoral incluida, supone otro
desembolso importante -¡indecente!-, una sangría para las arcas públicas. Y,
también, para nuestros maltrechos bolsillos. Los ciudadanos de a pie, ¡como
siempre!, seguiremos pagando los sueldos -¡y los errores!- de toda esta fauna
política. De los que están y de los que vendrán. Se dice que de los errores
siempre se aprende, y estoy de acuerdo con esa afirmación. Pero es
condición sine qua non reconocerlos. De lo contrario, no
habremos aprendido nada y volveremos a cometerlos. Y ahí lo dejo.
Por lo demás, amigo mío, las cosas poco
han cambiado: continúan saliendo a la luz nuevos casos de corrupción... Más de
lo mismo, pero con nuevos personajes. ¡Joder, qué tropa! Y, por si no
tuviéramos bastante, ahora se han descubierto los denominados papeles
de Panamá (anteriormente, en enero de 2013, fueron los papeles
de Bárcenas) -¡Coño! Este país ya parece una papelería. O, tal vez, una
papelera-, relacionados con evasión de capitales, en los que aparecen empresas
ficticias a nombre de personajes de la política, del cine y de la televisión,
cantantes, deportistas... El abanico es tan amplio, que más parece un paipay filipino.
Aquí no se salva nadie. Y mientras tanto, en España -¡una gran nación!-, una
nave sin rumbo, tenemos cuatro millones de parados forzosos. Pero parece que,
para nuestros gobernantes, se trata de un problema menor.
Así las cosas, paciente amigo, concluyo
diciendo que, a la vista de esta fugaz y estrafalaria legislatura, los líderes
de las formaciones más representativas no han sabido gestionar los votos que
les otorgaron los ciudadanos. Y esa incapacidad puede volver a producirse.
¡Dios nos coja confesados! Porque arrepentidos -y mucho- ya estamos.
Un fuerte abrazo.
17 junio 2016
Amigo imaginario:
El pasado lunes día 13 de este mes, tuvo lugar el esperado debate a cuatro: Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias. Como todos sospechábamos, fue un debate tedioso e insustancial. La misma trama argumental del debate anterior -en el que se habían enfrentado Mariano Rajoy y Pedro Sánchez-, las mismas preguntas sin respuestas convincentes, las mismas descalificaciones -menos mal que en esta ocasión no hubo insultos-, los mismos y reiterativos datos sobre el empleo (temporalidad y precariedad, a pesar del inútil empecinamiento de Rajoy en demostrar lo contrario). Más de lo mismo.
La conclusión a la que he llegado -y presumo que, también, una abultada mayoría de los ciudadanos de este país-, es que continuamos sin vislumbrar un líder capaz de desbloquear la situación de provisionalidad, de atasco político, en la que nos encontramos, y en la que, probablemente, me temo que vamos a continuar si no se produce un pacto, serio y responsable, que facilite la gobernabilidad de España.
Todavía queda una semana de campaña electoral, y los líderes de los cuatro principales partidos continúan de gira artística, actuando a lo largo y ancho del suelo patrio, haciendo promesas que ellos saben, igual que nosotros, que no podrán cumplir. Y, también, cómo no, descalificando al rival. Todo un clásico en los mítines de las campañas electorales. Y así, mitin tras mitin, campaña tras campaña, oyendo las mismas frases, las mismas divagaciones... ¡Las mismas tomaduras de pelo.
El próximo día 26 de este mes de junio,
por segunda vez en seis meses, tenemos una nueva cita con las urnas; y los
buzones de nuestros domicilios, al borde de la indigestión, reciben estos días
propaganda electoral de las principales formaciones políticas del país. Un
gasto innecesario, que sale de nuestros bolsillos. Ya tenemos en nuestras casas
la información que (no) necesitábamos: cartas personalizadas, folletos
informativos, papeletas y sobres. Todas las facilidades para que, sobre en
mano, nos acerquemos a la mesa electoral del colegio de nuestro distrito y
votemos libremente. Pero yo me pregunto, querido amigo, si alguno de ellos
merece nuestro voto.
Un fuerte abrazo.
Un fuerte abrazo.
Robert
28 junio 2016
Amigo imaginario:
El pasado día 23 de este mes de junio,
para sorpresa de propios y extraños, pues todas las encuestas apuntaban lo
contrario, el Reino Unido votó a favor del ‘brexit’. Es decir, salir de la Unión Europea. Así
las cosas, inevitablemente, volverán las fronteras. De nuevo se coarta la
libertad de movimientos y, probablemente, también la interculturalidad. Así,
los españoles que estudian o trabajan en el Reino Unido, o que se han
establecido allí con sus negocios, hasta ahora eran ciudadanos europeos; pero a
partir de ahora, lamentablemente, serán considerados inmigrantes. Es la triste
realidad. La xenofobia continúa estando muy presente en Inglaterra. Esta
ruptura tendrá serias y preocupantes consecuencias, sin duda. Sobre todo
económicas: en el Reino Unido y en toda la Unión Europea. Pero
todavía es pronto para evaluar los efectos de la secesión, porque el proceso
será largo -muy largo-, laborioso y complejo. Te mantendré informado.
Anteayer tuvimos una nueva cita con las urnas: elecciones generales. Ayer, por tanto, aquí en España, volvió a ser el día después. Y los resultados, como era previsible, indican claramente que es condición sine qua non, ahora más que nunca, que haya acuerdos responsables que garanticen la gobernabilidad. Me temo, sin embargo, que lograr los pactos necesarios no será tarea fácil. Si no consiguen ponerse de acuerdo, el actor principal del partido más votado tendría que gobernar en minoría. Y ese sería un escenario poco deseable. Permaneceremos atentos a cómo gestionan los votos que les otorgaron los ciudadanos.
Los escaños conseguidos por las cuatro
formaciones más representativas de nuestro actual panorama político, fueron los
siguientes: Partido Popular (137), Partido Socialista (85), Unidos Podemos (71)
y Ciudadanos (32). A la vista de estos resultados, queda demostrado que,
incomprensiblemente, la corrupción, las conversaciones conspirativas grabadas
en el despacho de un ministro, las mentiras y manipulaciones, no impidieron que
8 millones de ciudadanos hayan votado al Partido Popular. ¿Ha sido el voto del
miedo? Probablemente. Pues los populares, con deliberada insistencia durante
toda la campaña, no cesaron de enviar mensajes subliminales sobre el peligro
que supondría dejarse seducir por experimentos. Así denominaban a las otras
formaciones políticas con sus quiméricas propuestas. Aunque, en honor a la
verdad, la charlatanería -con rotundas y puntuales elevaciones de voz, ¡in
crescendo!, demandando el aplauso fácil- ha sido la tónica general.
En cualquier caso, amigo mío, es incuestionable que el PP ha sido el partido más votado. Pero, aunque me tildes de reiterativo, eso no quiere decir que les haya votado la mayoría de los españoles. Pues, si bien es cierto que obtuvieron cerca de 8 millones de votos, la suma de los votos obtenidos por los demás partidos se eleva a 15 millones. No lo olvidemos.
En cualquier caso, amigo mío, es incuestionable que el PP ha sido el partido más votado. Pero, aunque me tildes de reiterativo, eso no quiere decir que les haya votado la mayoría de los españoles. Pues, si bien es cierto que obtuvieron cerca de 8 millones de votos, la suma de los votos obtenidos por los demás partidos se eleva a 15 millones. No lo olvidemos.
Como puedes comprobar, la situación es parecida a la de hace seis meses. La diferencia, votos aparte, es que el señor Rajoy -ahora, con un mayor número de escaños- está dispuesto a negociar con las distintas formaciones. ¿Por qué no lo hizo después del 20D? Hemos desperdiciado seis meses, y despilfarrado, inútilmente, dinero público. Continuamos siendo
Un fuerte abrazo.
Robert
15 julio 2016
Amigo imaginario:
Te decía en mi carta anterior, que, si bien es cierto que el PP fue el partido más votado, no es menos cierto que la mayoría de los ciudadanos se decantaron por otras formaciones políticas. Dicho así, la relevancia es relativa. Pero si decimos que siete de cada diez ciudadanos no votaron al Partido Popular, la relevancia es notable y abrumadora. Y esto es muy significativo. Por ello, siendo objetivos, podemos establecer que el PP fue el partido minoritario más votado. Y esa es la única realidad.
Esta semana, Mariano Rajoy mantuvo una ronda de contactos con las formaciones más representativas, en un intento de lograr los apoyos necesarios que le permitan ser investido como presidente del Gobierno. No lo tiene fácil, ciertamente. Había que saber, sin embargo, si en esta vía de diálogo él está dispuesto a hacer algunas concesiones. Es decir, si está decidido a renunciar a alguna de sus exigencias para conseguir formar un Gobierno que, del mismo modo que el equilibrio en los cuerpos sólidos, puede ser estable, inestable o indiferente.
Un Gobierno estable, que es lo que deseamos los ciudadanos, y lo que necesita España, sería muy tranquilizador. Un Gobierno inestable, sería preocupante. Pero un Gobierno indiferente, sería una buena razón para preparar la maleta e irse a vivir a una isla deshabitada, en la que uno pueda adoptar libremente si quiere observar una vida estable (una vida razonablemente ordenada), inestable (viviendo en permanente desorden) o indiferente (echándose directamente a la bartola). Y aquí paz y después gloria.
Esto no tiene buena pinta, amigo mío, porque el Partido Socialista, a día de hoy -según manifestó Pedro Sánchez-, tiene decidido votar no a la candidatura de Mariano Rajoy, lo que impediría su investidura. Ciudadanos, por su parte, manifiesta que estaría en disposición de facilitar dicha investidura. Y, Unidos Podemos, el tercero en discordia, tampoco apoyará la investidura de Rajoy, pero le tiende la mano al Partido Socialista para formar una coalición de izquierdas que supere en escaños al Partido Popular.
Así las cosas, entre dimes y diretes, sin un acuerdo a la vista, nos veremos abocados a unas terceras elecciones. ¡Qué ya son ganas de jod...! Y, si se confirma el refrán: ‘A la tercera va la vencida’, es muy probable que Mariano Rajoy logre una mayoría suficiente que le permita repetir como presidente del Gobierno. Recordemos que él consiguió llegar a
El señor Rajoy, al objeto de tener una mayoría (222 escaños) que le permitiera gobernar con autoridad, pretendía formar una coalición solvente con el Partido Socialista. Sin embargo, la fusión de ambos partidos, más pronto que tarde, acabaría con los señores Rajoy y Sánchez tirándose los trastos a la cabeza. Y eso sería enturbiar, todavía más, el actual panorama político de nuestro país.
Por todo ello, querido amigo, a la vista de la actitud de los contendientes en la ronda de contactos, tal vez lo más razonable, considero yo -y nunca pensé que llegaría a decir esto-, sería que el Partido Socialista facilitase la investidura de Mariano Rajoy, situándose como eficaz partido de la oposición. Esa experiencia, que considero indispensable, le reportaría a Pedro Sánchez el bagaje político del que carece actualmente, lo que en el futuro le permitiría optar, con ciertas garantías, a la presidencia del Gobierno.
No sé cómo acabará este esperpéntico desaguisado. ¡No tengo ni puñetera idea! Pero, a corto plazo, la meteorología política no presenta un cariz bonancible. Más bien borrascoso, diría yo. Y por si no tuviéramos bastante con dos elecciones generales en seis meses -y ya veremos...-, el próximo mes de octubre -¡dale que dale al pandero!-, elecciones autonómicas en esta Galicia en la que, como decía Castelao, el pueblo sólo es soberano el día de las elecciones.
Te seguiré informando de todo lo que acontezca. Mientras tanto, paciente amigo, disfruta del fin de semana.
Un fuerte abrazo.
Robert
30 julio 2016
Amigo imaginario:
Amigo imaginario:
Continuamos atrapados en el mismo bucle, en la misma incertidumbre y en el mismo aburrimiento. Esta situación, más que insoportable, es desesperante. Mariano Rajoy, presidente en funciones, por fin aceptó la designación del rey para intentar formar Gobierno, sometiéndose a la sesión de investidura. Sin embargo, como yo esperaba, me imaginaba y sospechaba -porque a estas alturas de la vida uno ya conoce el percal-, el señor Rajoy continúa instalado en la ambigüedad. Porque el sí que le ha dado al jefe del Estado, hay que interpretarlo como un sí, pero... Pues ha dicho que únicamente se someterá a la investidura si cuenta de antemano con los apoyos necesarios. Es decir, más de lo mismo.
Por todo ello, amigo mío, transcribo a continuación el artículo ‘La estufa de la investidura’, que lleva la firma del periodista Ernesto Sánchez Pombo, publicado en
“Estamos muertos de calor, nos ofrecen una estufa y la compramos. En pleno verano. Pero es que somos irreflexivos y nos convencen con facilidad; nos cuentan una milonga y la aceptamos sin pararnos a razonar.
En pleno bochorno, nos están vendiendo la estufa de la investidura con unos argumentos que no resisten la mínima reflexión. El presidente en funciones no está dispuesto a ir al Parlamento, nos dicen, si no cuenta de antemano con los apoyos que lo eleven a su añorado cargo. Y es que las sesiones de investidura no se hicieron para llegar y ser elegido, aplaudido y felicitado, sino para que el candidato con su programa pueda poner al número suficiente de diputados a su favor. Para eso están, para exponer sus líneas de trabajo, para convencer y para demostrar un liderazgo que haga que
Puede que por aburrimiento o porque es su forma de hacer, quien tiene la responsabilidad de formar Gobierno porque para eso fue el más votado, ha delegado tal quehacer en los demás líderes, medios de comunicación, empresarios y ciudadanía en general, mientras intenta convencernos de que sólo se presentará en sociedad con la garantía de resultar ganador. Porque entiende que las investiduras se tejen en los despachos, sin luz ni taquígrafos, y no en el Parlamento.
Y nosotros nos lo creemos, como creemos al embaucador que en los calurosos días de finales de julio nos vende una estufa último modelo. Y se la compramos sin pararnos a pensar que nos vamos a abrasar. Como con la investidura”.
Como puedes ver, paciente amigo, se puede decir más alto, pero no más claro. Este artículo periodístico, pone en solfa todo aquello que pensamos los ciudadanos respecto a las sesiones de investidura y sus entresijos -o entretelas- (por aquello del percal), pero que no sabríamos expresar, con palabras tan claras y concisas, la interinidad de una realidad política que nos desconcierta. Así, ahora más que nunca, entiendo aquello de que los gallegos nunca sabes si van o vienen, si suben o bajan... El mejor ejemplo, Mariano Rajoy, presidente en funciones del Gobierno de España.
Un fuerte abrazo.
Robert
23 agosto 2016
Amigo imaginario:
El próximo día 30 de este mes de
agosto, Mariano Rajoy, presidente en funciones del Gobierno de España, se
someterá -¡al fin!- a la sesión de investidura. Si fracasa en el intento,
tendremos nuevas elecciones generales el día 25 de diciembre. Es decir, el día
de Navidad. ¡Y lo anunciaron sin pestañear!
Al día siguiente, leí un artículo del
politólogo Xosé Luís Barreiro Rivas (La
Voz de Galicia, 20 de agosto de 2016), del que
reproduzco los dos últimos párrafos:
“Porque los laicos, que creen en el
inevitable colapso de las supersticiones cristianas, estarán encantados de que
la estrella de Belén, verso suelto del Big Bang, se pose este año sobre su
colegio electoral. Y los cristianos, que también queremos un Estado laico,
siempre hemos compartido ambos mundos, y nos sobra tiempo, desde el día 24,
para escuchar el Oratorio de Navidad de Bach, hacer compras,
preparar cenas, compartir la alegría del Nacimiento, asistir a la misa del
gallo, votar y ver El cielo puede esperar antes de las 20
horas del día 25 .
Después, ya se sabe: rumiar las
encuestas de las ocho, decir cuatro lugares comunes, y, frisando las once,
constatar la tercera victoria del PP -corregida y aumentada- y la dimisión de
Sánchez en directo. No está mal para Navidad. Y a mí, a fuer de sincero, ya me
tarda”.
Como puedes ver en este artículo, el
señor Barreiro Rivas se las promete muy felices para los días de Nochebuena y
Navidad, con un programa lúdico-religioso de lo más apetecible. Sin embargo,
querido amigo, no se ha parado a pensar en aquellos que, por haber sido
designados para formar parte de una mesa electoral, no podrán estar con sus
familias en fechas tan señaladas. No podrán prolongar la cena familiar con una
amena y distendida sobremesa, porque tendrán que madrugar para presentarse en
el colegio electoral correspondiente.
Tampoco podrán disfrutar de la comida de Navidad, porque las votaciones los
mantendrán ocupados desde las ocho de la mañana hasta las doce de la noche,
exceptuando una hora, de la que dispondrán para desplazarse a su domicilio,
comer frugalmente, y regresar al colegio. Y, del mismo modo, tampoco aquellos
funcionarios que han de velar por el buen funcionamiento de la maquinaria de
todo el proceso electoral. Excuso decirte, los que residen y están empadronados
en otra ciudad o en otra comunidad autónoma, cuyos planes de pasar las fiestas
navideñas con sus familiares más entrañables -padres y abuelos- en sus ciudades
de origen, se verán absolutamente desbaratados. Y es que nuestros gobernantes,
paciente amigo, aun estando en funciones, continúan manejando los hilos con los
que controlan nuestras rentas, nuestro patrimonio y, ahora también, nuestra
vida familiar. Y nosotros lo consentimos, seguimos tragando quina, y les
votamos. ¿Hasta dónde llegará nuestra paciencia?
En otro orden de cosas, convendrás
conmigo en que en la política de los últimos años, el cromatismo ideológico se
ha ido desvaneciendo en las nieblas del tiempo. Tal vez mi daltonismo sea el
responsable de esta apreciación. Sin embargo, considero que en esa nebulosa
estacional, los conceptos: derecha, centro e izquierda, ya no son más que
apelativos sin contenido, que perdieron su esencia y, en cierto modo, su razón
de ser. Ya nada es lo qué fue.
Como tú sabes, nunca he militado en
ninguna formación política. También, en más de una ocasión, te manifesté que
mi Norte político ha sido Adolfo Suárez, con sus luces y
sombras, que de todo hubo. A partir de ahí, sobre todo en los últimos tiempos,
mi desconfianza en nuestros políticos ha ido in crescendo. Porque,
no nos engañemos, los noveles aspirantes a gobernarnos, que irrumpieron en el
panorama político de esta piel de toro que tenemos como país, desde mi
ignorancia, los calificaría como políticos de opereta, por su ambigua y
dispersa actitud. También por las luchas internas que se entablan en sus
respectivos partidos, porque todos quieren optar a su cuota de poder. Y, visto
lo visto hasta ahora -que no es moco de pavo-, hemos de asumir la evidencia de
que el poder corrompe. ¡Y de qué manera!
No quiero decir, sin embargo, que las
jóvenes promesas carezcan de aptitudes para asumir responsabilidades de
Gobierno -aunque a todos ellos todavía les falta un hervor-, pero sus
comportamientos se alejan mucho de lo que los ciudadanos esperamos de los líderes
políticos que han de regir el destino de nuestro suelo patrio.
Mientras tanto, estimado amigo,
tendremos que esperar al debate de investidura. Y, como dice el refrán: Si sale
con barbas, San Antón; y si no, la Purísima Concepción.
Un fuerte abrazo.
Robert
Por ello, amigo mío, al señor Núñez Feijoo hay que reconocerle todo el mérito de este resultado, que le otorga nuevamente la mayoría absoluta en el Parlamento de Galicia.
Amigo imaginario:
Hoy, después de duras luchas internas en la sede del Partido Socialista, tras perder la votación en el Comité Federal -133 votos en contra y 107 a favor-, su secretario general, Pedro Sánchez, presentó la dimisión dos años y dos meses después de ser propuesto por la militancia. Que esto ocurriera era sólo cuestión de tiempo. Su reiterada negativa a facilitar la investidura de Mariano Rajoy, precipitó los acontecimientos. Aunque yo, en cierto modo, comprendo su empeño en el ‘no es no’, con el que ha demostrado coherencia con su forma de entender la política de partidos. Tal vez se haya empecinado excesivamente en impedir que Rajoy pudiera repetir como presidente del Gobierno. Tal vez, también, se haya excedido en los insultos y descalificaciones a su adversario en aquel primer debate televisivo: Mariano Rajoy versus Pedro Sánchez. Y aquello mereció mi más enérgica reprobación. Tal vez, cómo no, su actitud egocéntrica le haya pasado factura (IVA incluido). Sin embargo, desde hace algún tiempo, es público y notorio que en el Partido Socialista existen claras desavenencias internas, lo que evidencia unas preocupantes y poco saludables ‘intrigas palaciegas’. Así las cosas, querido amigo, una comisión gestora dirigirá el partido hasta el nombramiento de un nuevo secretario general.
En cualquier caso, el dimitido Pedro Sánchez, a pesar de su insuficiente bagaje político, probablemente fue el secretario general con una mejor formación académica dentro del Partido Socialista. Este es su currículum: Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, máster en Política Económica de la Unión Europea, máster en Integración Económica y Monetaria Europea, máster en Liderazgo Público. Habla inglés y francés.
Ahora, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, en el Partido Popular se estarán frotando las manos. Pues, como dice el refrán: ‘A río revuelto, ganancia de pescadores’. Y es que, en situaciones confusas y desavenencias ajenas, siempre hay quienes obtienen beneficio de tales circunstancias. De manera que, no por mérito propio sino por demérito de su adversario, Mariano Rajoy puede tener el camino despejado para presidir, nuevamente, el Gobierno de España. O, tal vez, no. Ya veremos.
Un fuerte abrazo.
¡Esto es demasiado! Por una parte, si tienes un depósito bancario, el rendimiento está muy próximo a cero. Pero si solicitas un préstamo, te clavan un pastón. Sin embargo, los bancos cierran sucursales y miles de empleados se quedan en la puñetera calle. Leyendo la prensa, me entero de que el Banco Popular-Pastor pretende cerrar trescientas oficinas, lo que supondría tres mil empleados menos.
Robert
26 septiembre 2016
Amigo imaginario:
Aunque en mi carta del pasado 15 de julio, te decía que en el mes de Octubre habría elecciones autonómicas en Galicia, el Gobierno gallego decidió adelantarlas al 25 de septiembre, para hacerlas coincidir con las elecciones vascas. Así que ayer, los gallegos tuvimos una nueva cita con las urnas en este Fogar de Breogán, cuyos resultados fueron los siguientes:
Como puedes ver, el candidato del PP, Alberto Núñez Feijoo, aprobó cum laude en estas elecciones, y obtiene los mismos escaños que en las elecciones del año 2012. Pero hay un dato muy significativo en este resultado: los ciudadanos han votado al candidato, no al Partido Popular. Porque, no nos engañemos, la estrategia de minimizar las siglas del partido en la propaganda electoral -en un claro intento de desvincularse del escándalo de la corrupción, al que él es ajeno- fue un golpe de efecto magistral por el que hay que felicitar al ideólogo.
Por ello, amigo mío, al señor Núñez Feijoo hay que reconocerle todo el mérito de este resultado, que le otorga nuevamente la mayoría absoluta en el Parlamento de Galicia.
Así las cosas, esperemos que la nave, capitaneada por tercera vez consecutiva por el presidente electo, ponga rumbo a un futuro de progreso y bienestar para Galicia y sus ciudadanos.
Un fuerte abrazo.
Robert
01 octubre 2016
Amigo imaginario:
Hoy, después de duras luchas internas en la sede del Partido Socialista, tras perder la votación en el Comité Federal -133 votos en contra y 107 a favor-, su secretario general, Pedro Sánchez, presentó la dimisión dos años y dos meses después de ser propuesto por la militancia. Que esto ocurriera era sólo cuestión de tiempo. Su reiterada negativa a facilitar la investidura de Mariano Rajoy, precipitó los acontecimientos. Aunque yo, en cierto modo, comprendo su empeño en el ‘no es no’, con el que ha demostrado coherencia con su forma de entender la política de partidos. Tal vez se haya empecinado excesivamente en impedir que Rajoy pudiera repetir como presidente del Gobierno. Tal vez, también, se haya excedido en los insultos y descalificaciones a su adversario en aquel primer debate televisivo: Mariano Rajoy versus Pedro Sánchez. Y aquello mereció mi más enérgica reprobación. Tal vez, cómo no, su actitud egocéntrica le haya pasado factura (IVA incluido). Sin embargo, desde hace algún tiempo, es público y notorio que en el Partido Socialista existen claras desavenencias internas, lo que evidencia unas preocupantes y poco saludables ‘intrigas palaciegas’. Así las cosas, querido amigo, una comisión gestora dirigirá el partido hasta el nombramiento de un nuevo secretario general.
En cualquier caso, el dimitido Pedro Sánchez, a pesar de su insuficiente bagaje político, probablemente fue el secretario general con una mejor formación académica dentro del Partido Socialista. Este es su currículum: Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, máster en Política Económica de la Unión Europea, máster en Integración Económica y Monetaria Europea, máster en Liderazgo Público. Habla inglés y francés.
Ahora, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, en el Partido Popular se estarán frotando las manos. Pues, como dice el refrán: ‘A río revuelto, ganancia de pescadores’. Y es que, en situaciones confusas y desavenencias ajenas, siempre hay quienes obtienen beneficio de tales circunstancias. De manera que, no por mérito propio sino por demérito de su adversario, Mariano Rajoy puede tener el camino despejado para presidir, nuevamente, el Gobierno de España. O, tal vez, no. Ya veremos.
Un fuerte abrazo.
Robert
24 octubre 2016
Amigo imaginario:
¡Esto es demasiado! Por una parte, si tienes un depósito bancario, el rendimiento está muy próximo a cero. Pero si solicitas un préstamo, te clavan un pastón. Sin embargo, los bancos cierran sucursales y miles de empleados se quedan en la puñetera calle. Leyendo la prensa, me entero de que el Banco Popular-Pastor pretende cerrar trescientas oficinas, lo que supondría tres mil empleados menos.
Por otra, cuando se cumplen dos años de que tuvimos conocimiento del caso sangrante de las tarjetas Black de Caja Madrid y Bankia, los 65 imputados -con Miguel Blesa y Rodrigo Rato como actores principales- lo niegan todo. Pero los papeles cantan, sin desafinar, y en ellos aparecen cifras de verdadero escándalo. Viajes, un safari en África, comidas en restaurantes de lujo, compra de exclusivas botellas de vino cuyo importe ya marea sin haberlas bebido. Compras realizadas en supermercados por importes con los que se podría haber adquirido el establecimiento. Masajes filipinos, muebles, trajes a medida, lencería femenina, joyas, arte sacro... Un gasto de 12,5 millones de euros con cargo a las tarjetas opacas. Y los ciudadanos de a pie continuamos haciendo juegos malabares para poder llegar a fin de mes.
Ayer, domingo, el Comité Federal Socialista aprobó la decisión de abstenerse para facilitar la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno. La votación arrojó el siguiente resultado: 196 votos a favor y 96 votos en contra. Lo que evidencia una clara división interna en el seno del Partido Socialista.
Mañana, martes, el rey iniciará la ronda de consultas con los líderes de las principales fuerzas políticas. Si Mariano Rajoy acepta presentarse al debate de investidura, es muy probable que este fin de semana ya tengamos presidente del Gobierno y conozcamos ya los nombres de los que asumirán las distintas carteras ministeriales.
Hemos de prepararnos para una legislatura complicada, con una oposición contundente, teniendo en cuenta que el señor Rajoy gobernará en minoría y no se lo van a poner fácil. Así las cosas, querido amigo, tendremos un otoño-invierno caliente. Muy caliente. Y no me refiero a la meteorología, precisamente, aunque de todo habrá.
Un fuerte abrazo.
03 noviembre 2016
Amigo imaginario:
Hoy, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, después de reunirse con el rey en el Palacio de la Zarzuela, ha dado a conocer los nombres de los ministros del nuevo Ejecutivo:
*Soraya Sáenz de Santamaría: vicepresidenta, ministra de la Presidencia y de Administraciones Territoriales.
*Alfonso Dastis Quecedo: ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación.
*Rafael Catalá Polo: ministro de Justicia.
*María Dolores de Cospedal García: ministra de Defensa.
*Cristóbal Montoro Romero: ministro de Hacienda y Función Pública.
*Juan Ignacio Zoido Álvarez: ministro del Interior.
*Íñigo de la Serna Hernaiz: ministro de Fomento.
*Íñigo Méndez de Vigo: ministro de Educación, Cultura y Deporte y portavoz del Gobierno.
*Fátima Báñez García: ministra de Empleo y Seguridad Social.
*Álvaro Nadal Belda: ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital
*Isabel García Tejerina: ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación y Medio Ambiente.
*Luis de Guindos Jurado: ministro de Economía, Industria y competitividad.
*Dolors Montserrat Montserrat: ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
Con esta formación, considerada por todos como continuista -que no sé si eso es bueno, malo, regular o preocupante-, comienza una nueva legislatura. No se esperan grandes cambios en las líneas de actuación, aunque hemos de permanecer muy atentos a los comportamientos y decisiones para poder emitir un argumentado juicio de valor. En cualquier caso, el proceso de gobernabilidad está en marcha -¡qué ya tocaba!-, y eso es lo importante.
Hay otra cuestión, amigo mío, que quiero comentarte. El Vaticano ha dado a conocer la Instrucción Ad resurgendum cum Christo acerca de la sepultura de los difuntos y la conservación de las cenizas en caso de cremación. La citada Instrucción, en sus epígrafes 7 y 8, dice lo siguiente:
7. Para evitar cualquier malentendido panteísta, naturalista o nihilista, no sea permitida la dispersión de las cenizas en el aire, en la tierra o en el agua o en cualquier otra forma, o la conversión de las cenizas en recuerdos conmemorativos, en piezas de joyería o en otros artículos, teniendo en cuenta que para estas formas de proceder no se pueden invocar razones higiénicas, sociales o económicas que pueden motivar la opción de la cremación.
8. En el caso de que el difunto hubiera dispuesto la cremación y la dispersión de sus cenizas en la naturaleza por razones contrarias a la fe cristiana, se le han de negar las exequias, de acuerdo con la norma del derecho[16].
Es cierto que el católico creyente, aunque tenga algunas dudas razonables, debe obediencia a los mandatos de la Iglesia. Sin embargo, no siempre estamos dispuestos a acatar ciertas normas y directrices que dicta la jerarquía eclesiástica. Porque, en cierta medida, nuestra razón individual nos hace librepensadores.
La Iglesia católica tiene potestad -y, también, sus razones- para negar las exequias en sufragio del alma del difunto, pero no olvidemos que los creyentes disponemos de un medio infalible para comunicarnos con Dios: la oración. Y a través de ella, podemos suplicarle que acoja en su seno el alma inmortal de nuestros seres queridos, familiares o amigos, fallecidos. Lo que me lleva a considerar que no necesitamos intermediarios para hablar con Dios.
Cada uno es muy libre de pensar lo qué quiera y cómo quiera, naturalmente. Esta es mi opinión al respecto, querido amigo, sin ánimo de ofender.
Un fuerte abrazo.
Robert
10 noviembre 2016
Amigo
imaginario:
Contra todo pronóstico, Donald Trump será el nuevo
presidente de Estados Unidos. Nadie lo esperaba, pues todas las encuestas daban
como ganadora indiscutible a Hillary Clinton. Pero han triunfado el populismo y
la demagogia.
Los ciudadanos norteamericanos -igual que ocurre en
nuestro país- están muy indignados con una clase política a la que únicamente
le preocupa la macroeconomía, sin reparar en la, cada vez mayor, desigualdad
entre ricos y pobres. Así se comprende que la desesperación haya llevado a la
ciudadanía a elegir al candidato republicano, Donald Trump, como presidente del
país más poderoso del planeta. Han convencido sus discursos demagógicos
preñados de mensajes y promesas que no se podrán cumplir.
A lo largo de la campaña electoral, el magnate que
ocupará el despacho oval de la
Casa Blanca fue desgranando una serie de frases provocadoras,
algunas de las cuales las publicó ‘La
Voz de Galicia’:
Sobre sí mismo: “Podría pararme en mitad de la Quinta Avenida y disparar
a alguien, y sin embargo no perdería ningún votante”.
Sobre las mujeres: “Me atraen las mujeres bonitas.
Es como un imán. Y cuando eres una celebridad te dejan hacer lo que quieras”.
Sobre los latinos: “Este es un país en el que
hablamos inglés, no español”.
Sobre el ejército: “Quiero disponer del ejército
más fuerte que hayamos tenido jamás. Lo necesitamos más que nunca”.
Sobre los mexicanos: “Están trayendo sus drogas,
están trayendo su crimen. Son violadores y algunos, asumo, son buenas
personas”.
Sobre el Medio Ambiente: “El concepto de
calentamiento global fue creado por y para los chinos, para dañar a la
industria estadounidense”.
Sobre los terroristas: “El ahogamiento simulado
estaría bien, nosotros trabajamos con leyes y ellos no”.
Sobre la popularidad: “Da igual lo que los medios
escriban mientras tengas junto a ti un trasero joven y bonito”.
Como puedes ver, querido amigo, mister Trump es un
provocador nato. Un botarate, grosero, arrogante y presuntuoso. Un
multimillonario con mucho poder, que siempre se permitió ciertas licencias de
incontinencia verbal que todos aplaudían. Pero ahora, como presidente electo,
tendrá que moderar su verborrea si no quiere convertirse en un mandatario
grotesco y maleducado.
No comprendo, sin embargo, amigo mío, que un
individuo con varias causas judiciales abiertas -algunas fuera de Estados
Unidos-, y que se jacta de no haber pagado impuestos federales sobre la renta
en los últimos quince o dieciocho años, pueda presentarse -y ser admitido- como
candidato a la Casa Blanca.
Ahora, como meros espectadores, ya que no podemos
hacer otra cosa, seguiremos la trayectoria de su gestión -presumo que
aconsejado por el mejor equipo de asesores-, y la repercusión económica global
que, inevitablemente, nos afectará a todos.
Bueno, paciente amigo, como dijo Barack Obama: “No
importa lo que pase, el sol volverá a salir mañana y Estados Unidos seguirá
siendo la nación más grande del mundo”.
Un fuerte abrazo.
Robert
26 noviembre 2016
Amigo
imaginario:
En los últimos tiempos, la actualidad está siendo
muy fértil en noticias. Y a dos de ellas, ambas luctuosas, me referiré en esta
carta, por su relevancia mediática y, sobre todo, política.
La primera, el fallecimiento de Rita Barberá Nolla,
que durante 24 años (entre 1991 y 2015) fue alcaldesa de Valencia (la tercera
ciudad más grande de España), diputada por Valencia en las Cortes Valencianas
(entre 1983 y 2015) y senadora por designación autonómica desde el 2015. Tenía
68 años, y el pasado miércoles, día 23, falleció en Madrid como consecuencia de
un infarto de miocardio.
Rita Barberá era licenciada en ciencias políticas,
económicas y empresariales por la Facultad de Ciencias Económicas de la
Universidad de Valencia, y en ciencias de la información, rama de Periodismo,
por la Universidad Complutense de Madrid. Estuvo afiliada a Alianza
Popular/Partido Popular durante 40 años (entre1976 y 2016), de los que fue bastión incuestionable
en el Levante español, viéndose obligada a darse de baja al estar investigada
por un presunto delito de blanqueo de capitales.
En los últimos tiempos, debido a dicha
investigación, estuvo sometida a una gran presión mediática, ciudadana y de su
propio partido. También, naturalmente, a un asedio judicial importante.
Definitivamente, con la prudencia y el respeto que se merece este lamentable
suceso, podría aplicarse el conocido refrán: ‘Entre todos la mataron y ella
sola se murió’.
La segunda noticia, amigo mío, se refiere al,
también, fallecimiento de Fidel Castro Ruz, líder histórico de la Revolución cubana, a
las 22:29 horas de ayer, 25 de
noviembre, en La Habana ,
a los 90 años de edad. Con su muerte se cierran 60 años de historia desde que
en 1956, procedente de México, desembarcó en Cuba con un grupo de rebeldes para
impulsar la guerrilla que derrocaría, en 1959, al dictador Fulgencio Batista.
Desde entonces, durante 47 años ininterrumpidos, Castro permaneció al frente del régimen socialista en la isla
caribeña hasta que en el 2006, por motivos de salud, tuvo que abandonar el
poder. Su hermano, Raúl Castro, tomó el mando provisionalmente. Y dos años más
tarde, en 2008, lo sucedió formalmente como presidente del Consejo de Estado y
del Consejo de Ministros.
Fidel Castro, con sus luces y sombras, que las hubo
-para unos, fue un dictador; para otros, un héroe- es incuestionable que fue
uno de los más relevantes dirigentes políticos del siglo XX.
Como puedes suponer, querido amigo, para escribir
sobre estos dos personajes tuve que documentarme convenientemente, habida
cuenta de que desconocía algunos datos -principalmente fechas- relativos a la
trayectoria personal y política de ambos.
En cuanto a sus controvertidas actuaciones -cada
uno en su ámbito de poder, que no admite comparaciones-, no me corresponde a mí
juzgarlos. Y no lo voy a hacer. La Justicia y la Historia lo harán por mí.
La mayoría de mis cartas, como tú sabes, querido amigo, pretenden reflejar, a modo de crónica, lo acontecido en un tiempo y lugar determinados de
nuestra existencia. Y en esta línea espero poder continuar.
Como durante el mes de diciembre voy a colaborar en un proyecto que me mantendrá ocupado mucho tiempo, y no podré escribirte hasta el próximo año, quiero desearte unas muy felices fiestas de Navidad y un 2017 sin sobresaltos.
Como durante el mes de diciembre voy a colaborar en un proyecto que me mantendrá ocupado mucho tiempo, y no podré escribirte hasta el próximo año, quiero desearte unas muy felices fiestas de Navidad y un 2017 sin sobresaltos.
Un fuerte abrazo.
26 noviembre 2016
Amigo
imaginario:
En los últimos tiempos, la actualidad está siendo
muy fértil en noticias. Y a dos de ellas, ambas luctuosas, me referiré en esta
carta, por su relevancia mediática y, sobre todo, política.
La primera, el fallecimiento de Rita Barberá Nolla,
que durante 24 años (entre 1991 y 2015) fue alcaldesa de Valencia (la tercera
ciudad más grande de España), diputada por Valencia en las Cortes Valencianas
(entre 1983 y 2015) y senadora por designación autonómica desde el 2015. Tenía
68 años, y el pasado miércoles, día 23, falleció en Madrid como consecuencia de
un infarto de miocardio.
Rita Barberá era licenciada en ciencias políticas,
económicas y empresariales por la Facultad de Ciencias Económicas de la
Universidad de Valencia, y en ciencias de la información, rama de Periodismo,
por la Universidad Complutense de Madrid. Estuvo afiliada a Alianza
Popular/Partido Popular durante 40 años (entre1976 y 2016), de los que fue bastión
incuestionable en el Levante español, viéndose obligada a darse de baja al
estar investigada por un presunto delito de blanqueo de capitales.
En los últimos tiempos, debido a dicha
investigación, estuvo sometida a una gran presión mediática, ciudadana y de su
propio partido. También, naturalmente, a un asedio judicial importante.
Definitivamente, con la prudencia y el respeto que se merece este lamentable suceso,
podría aplicarse el conocido refrán: ‘Entre todos la mataron y ella sola se
murió’.
La segunda noticia, amigo mío, se refiere al,
también, fallecimiento de Fidel Castro Ruz, líder histórico de la Revolución cubana, a
las 22:29 horas de ayer, 25 de noviembre,
en La Habana ,
a los 90 años de edad. Con su muerte se cierran 60 años de historia desde que
en 1956, procedente de México, desembarcó en Cuba con un grupo de rebeldes para
impulsar la guerrilla que derrocaría, en 1959, al dictador Fulgencio Batista.
Desde entonces, durante 47 años ininterrumpidos, Castro permaneció al frente del régimen socialista en la isla
caribeña hasta que en el 2006, por motivos de salud, tuvo que abandonar el
poder. Su hermano, Raúl Castro, tomó el mando provisionalmente. Y dos años más
tarde, en 2008, lo sucedió formalmente como presidente del Consejo de Estado y
del Consejo de Ministros.
Fidel Castro, con sus luces y sombras, que las hubo
-para unos, fue un dictador; para otros, un héroe- es incuestionable que fue
uno de los más relevantes dirigentes políticos del siglo XX.
Como puedes suponer, querido amigo, para escribir
sobre estos dos personajes tuve que documentarme convenientemente, habida
cuenta de que desconocía algunos datos -principalmente fechas- relativos a la trayectoria
personal y política de ambos.
En cuanto a sus controvertidas actuaciones -cada
uno en su ámbito de poder, que no admite comparaciones-, no me corresponde a mí
juzgarlos. Y no lo voy a hacer. La Justicia y la Historia lo harán por mí.
La mayoría de mis cartas, como tú sabes, querido
amigo, pretenden reflejar, a modo de crónica, lo acontecido en un tiempo y
lugar determinados de nuestra existencia. Y en esta línea espero poder
continuar.
Como durante el mes de diciembre voy a colaborar en
un proyecto que me mantendrá ocupado mucho tiempo, y no podré escribirte hasta
el próximo año, quiero desearte unas muy felices fiestas de Navidad y un 2017
sin sobresaltos.
Un fuerte abrazo.
Robert
Amigo mío, un compañero de mi marido me dijo un día -hablando de los jóvenes políticos, que no tenía nada contra ellos, eran el futuro- pero que un nieto suyo "no podía ser Presidente del gobierno" todavía tenía mucho que aprender...Creo que tiene razón, es mi opinión. Un abrazo
ResponderEliminarAmiga mía, tu comentario está en concordancia con lo que expreso en mi carta del 23 de agosto. Se trata de nuestras opiniones personales, naturalmente. Pero creo que estamos en lo cierto. Un abrazo.
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