Por Robert Newport
02 junio 2014
02 junio 2014
Las Escuelas
Unitarias, singulares en su concepto, cumplen una función de vital importancia
en la formación del alumnado de Enseñanza Primaria.
La
singularidad de estas escuelas radica en la cercanía, con los alumnos y con sus
familias, y en una atención personalizada adaptada a la diversidad de edades y
características particulares del alumnado. Todo se desarrolla en un ambiente de cercanía y
familiaridad, en el que el profesor o profesora (maestro o maestra) vive, con
eficacia e intensidad únicas, la evolución de cada alumno. Todo ello se traduce
en una enseñanza global que requiere, sin duda, además de una buena
preparación, un gran esfuerzo por parte del educador.
No debemos olvidar que las Escuelas Unitarias
representan la esencia y el espíritu del conocimiento educativo. En ellas, los
alumnos entran en contacto con la cultura; y los profesores, con su intensa labor
docente, se hacen maestros. Estas escuelas, del mismo modo que sus maestros,
conforman la memoria histórica de nuestros pueblos y aldeas. Dicho esto,
considero que el pretendido cierre de escuelas como la de Pedroso, en Bamio (Vilagarcía),
supondría un deterioro de la calidad de vida en las zonas rurales. ¡Y eso sería
un disparate!
(Publicado en 'Faro de
Vigo' del 16.05.2015, en la sección 'Cartas al Director')
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