Por Robert Newport
03 septiembre 2021
En la nueva Tarifa 2.0TD de la energía eléctrica, existen tres períodos de discriminación horaria: punta, llano y valle (precio más alto, precio algo más bajo y precio más bajo, respectivamente). Estas denominaciones son muy significativas: que el precio del megavatio hora tiene un claro componente «topográfico». Y en cuestión de orografía, en Galicia vamos sobrados.
El período valle, correspondiente al precio más bajo, comprende la franja horaria: 00.00 a 08.00 horas, período recomendado para poner la lavadora. Sin embargo, como es lógico, existen normativas municipales que prohíben los ruidos en las viviendas a horas tan intempestivas, con el fin de no perturbar el descanso de los vecinos. Lo que, por otra parte, hemos de considerar razonable para una sana convivencia. Porque, aunque es cierto que la tecnología ha conseguido lavadoras muy silenciosas, todavía las hay que hacen mucho ruido. Y esperemos que a nadie se le ocurra pasar la aspiradora. Que no son horas, ¡coño!
Y si, además de poner la lavadora, también aprovechamos ese tramo horario para planchar, los nuevos hábitos nos convertirán en noctámbulos domésticos. ¡Lo que nos faltaba! Y luego nos asombramos de que en España tengamos una tasa de natalidad tan baja (7,15 nacimientos por cada mil habitantes). ¡Pues claro! Nos vamos a la cama «deslomados» y con un sueño del «copón». Y en ese estado tan lamentable, ¿quién va a poder darle alegría a tu cuerpo, «Macarena»?
La factura del consumo eléctrico —el recibo de la luz, de toda la vida— siempre fue motivo de preocupación y sobresalto. Por una parte, la incertidumbre del importe. Por otra, el galimatías de datos que nunca hemos comprendido del todo. Y si, además, figura alguna nota aclaratoria, justificando lo injustificable, la confusión que se crea es mayúscula. Así, inevitablemente, siempre tenemos la percepción, la sospecha, de que nos están engañando. Y en los últimos meses, para nuestro desconcierto —y vaciar todavía más nuestros bolsillos—, el precio del megavatio hora ha iniciado una escalada que no parece tener fin, batiendo un nuevo récord cada día. Y así hasta el infinito, si el Gobierno no se pone las «pilas».
Publicado en ‘Faro de Vigo’ (06.09.2021) y ‘La Región’ (07.09.2021), en la sección ‘Cartas al Director’
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