sábado, 22 de mayo de 2021

Cartas a un amigo imaginario, 2021

31 agosto 2021 


Amigo imaginario:

El pasado día 10 de julio, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciaba la nueva composición del Ejecutivo que, dos días más tarde, el día 12, publicaba el Boletín Oficial del Estado.

El Gabinete quedó compuesto de la siguiente manera:

-Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez Pérez-Castejón
-Vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño Santamaría
-Vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz Pérez
-Vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera Rodríguez
-Ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares Bueno
-Ministra de Justicia, Pilar Llop Cuenca
-Ministra de Defensa, Margarita Robles Fernández
-Ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero Cuadrado
-Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska Gómez
-Ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez Jiménez
-Ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría Continente
-Ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto Illera
-Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas Puchades
-Ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria               Democrática,  Félix Bolaños García
-Ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez García
-Ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta Llorens
-Ministra de Sanidad, Carolina Darias San Sebastián
-Ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra Urteaga
-Ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant Ripoll
-Ministra de Igualdad, Irene Montero Gil
-Ministro de Consumo, Alberto Garzón Espinosa
-Ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá Belmonte
-Ministro de Universidades, Manuel Castells Oliván

Como puedes comprobar, en el nuevo Gobierno cabe destacar una mayor presencia femenina: 14 mujeres y 9 hombres. Lo que hemos de considerar de una gran relevancia, ya que España y Suecia —por este orden— lideran la presencia femenina en la política de toda la UE.

En mi carta del pasado día 25 de junio, te decía que te mantendría informado sobre el resultado de la operación de búsqueda de la pequeña Anna, de tan solo 1 año de edad, y de su padre, en las profundas aguas de Tenerife. Lamentablemente, el robot submarino del buque oceanográfico ‘Ángeles Alvariño’, que el pasado 6 de junio había recuperado el cuerpo de su hermana Olivia, a mil metros de profundidad, no consiguió hallar los otros dos cuerpos. Una muy triste noticia para la madre de las pequeñas.

En otro orden de cosas, el puñetero coronavirus continúa castigando a la población mundial. Y, como los comportamientos inadecuados, la irresponsabilidad, siempre pasan factura —IVA incluido—, en España ya estamos instalados en la quinta ola. Y, como sabes, una sucesión de olas es un oleaje que, ‘in crescendo’, podría llegar a convertirse en tempestad. Además, querido amigo, las mutaciones no cesan. Ahora ya tenemos una nueva variante: ‘Delta’, originaria de la India, que, al parecer, es más contagiosa que las anteriores. ¡Lo que nos faltaba! Y que, según Sanidad, se observa una ligera disminución de la eficacia vacunal contra ella. Lo que supone una pésima noticia.

Las actuales vacunas, como sabemos desde el principio, no nos inmunizan al 100%. Por ello, toda precaución es poca y no debemos relajarnos. De lo contrario, podríamos vernos inmersos en un bucle del que no sabríamos cómo salir. Pero las macro fiestas juveniles continúan celebrándose, como si tal cosa. Y cuando la policía hace acto de presencia para disuadirlos, los agentes son agredidos a botellazos… ¡No tenemos arreglo!

Otra cuestión, amigo mío, es la factura de la energía eléctrica. Hemos podido comprobar que en la nueva Tarifa 2.0TD, existen tres períodos de discriminación horaria: punta, llano y valle (precio más alto, precio algo más bajo y precio más bajo, respectivamente). Estas denominaciones son muy significativas: que el precio del megavatio hora tiene un claro componente «topográfico». Y en cuestión de orografía, en Galicia vamos sobrados.

El período valle, correspondiente al precio más bajo, comprende la franja horaria: 00.00 a 08.00 horas. Período recomendado, por ejemplo, para poner la lavadora. Sin embargo, como es lógico, existen normativas municipales que prohíben los ruidos en las viviendas a horas intempestivas, con el fin de no perturbar el descanso de los vecinos. Lo que, por otra parte, hemos de considerar razonable para una sana convivencia. Porque, aunque es cierto que la tecnología ha conseguido lavadoras muy silenciosas, todavía las hay que hacen mucho ruido. Y espero que —¡aunque vete tú a saber!— a nadie se le ocurra pasar la aspiradora. Que no son horas, ¡coño!

Y si, además de poner la lavadora, también aprovechamos ese tramo horario para planchar, los nuevos hábitos nos convertirán en noctámbulos domésticos. ¡Lo que nos faltaba! Y luego nos asombramos de que en España tengamos una tasa de natalidad tan baja (7,15 nacimientos por cada mil habitantes). ¡Pues claro! Nos vamos a la cama «deslomados» y con un sueño del «copón». En ese estado lamentable, ¿quién va a poder darle alegría a tu cuerpo, «Macarena»?

La factura del consumo eléctrico —el recibo de la luz, de toda la vida— siempre fue motivo de preocupación y sobresalto. Por una parte, la preocupante incertidumbre del importe. Por otra, el galimatías de datos que nunca hemos comprendido del todo. Y si, además, figura alguna nota aclaratoria, justificando lo injustificable, la confusión que se crea es mayúscula. Así, inevitablemente, siempre tenemos la percepción, la sospecha, de que nos están engañando. Y, en los últimos meses, para nuestro desconcierto —y vaciar todavía más nuestros bolsillos—, el precio del megavatio hora ha iniciado una escalada diaria que no parece tener fin. Mañana, según han dicho en una cadena de televisión, el precio del megavatio hora batirá un nuevo récord: 132,47 euros. ¡Y subiendo!

Por si lo anterior no fuera suficiente, algunas compañías comercializadoras de electricidad han incrementado el precio de la energía consumida hasta un 30% a partir del 1 de junio, coincidiendo con la entrada en vigor de los nuevos tramos horarios. Ahora, el Gobierno les exige la devolución de lo cobrado de más. En caso contrario, tomará las medidas oportunas.

Yo no puedo estar de acuerdo con esa simple advertencia del Gobierno. Considero que lo justo y razonable sería, además de conminarlas a devolver las cantidades cobradas de más, sancionarlas por mala praxis. No voy a proferir ningún improperio… Total, ¿para qué?

No quisiera terminar esta carta sin hacer referencia a Afganistán, donde los Talibán se han hecho de nuevo con el poder. Miles de afganos han sido evacuados por vía aérea. En un comunicado, el Gobierno de España informó que las Fuerzas Armadas españolas han evacuado a 2.200 cooperantes de nuestro país, y colaboradores afganos y sus familiares, de España y de otros países, como Estados Unidos o Portugal, de la Unión Europea, de la ONU, de la OTAN, así como el personal de la embajada española en Kabul. Pero todavía quedan miles de hombres, mujeres y niños que tratan de huir de aquel infierno.

Finalmente, querido amigo, la violencia machista continúa un ascenso muy preocupante. Crímenes en los que los niños siguen siendo las víctimas inocentes de las desavenencias de sus padres. Un nuevo crimen vicario en el que el padre, en un acto irracional de venganza hacia su ex esposa, de la que llevaba divorciado una semana, acaba con la vida del hijo de ambos, de tan sólo 2 años, asfixiándolo con una almohada, en un hotel de Barcelona.

Lamento mucho, puedes creerme, que el contenido de esta carta sea tan negativo. Pero, como tú sabes, la actualidad se nutre de acontecimientos, y no siempre son todo lo agradables que hubiéramos deseado. Y mis cartas, como te he dicho en más de una ocasión, pretenden ser una crónica fehaciente, reflejo de la combinación de elementos y circunstancias que determinan lo acontecido en el momento actual. Cuídate mucho.

Un fortísimo abrazo.

     

  Robert    


                                                                                        

25 junio 2021

 

Amigo imaginario:

La vacunación contra el covid-19 continúa a un ritmo frenético. Se inoculan, según las franjas de edad, cuatro tipos de vacunas: Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen. Esta última, de una sola dosis.

El pasado domingo día 5, en la Capital Espiritual de Galicia y Capital Espiritual de Europa, donde dicen que reposan los huesos del Apóstol Santiago, una amiga que reside en aquella ciudad acudió a la Ciudad de la Cultura, donde estaba citada a las 9:04 de la mañana, para que le inocularan la vacuna correspondiente contra el Covid-19.

Llegó veinticinco minutos antes, previendo que podría tener alguna dificultad para encontrar aparcamiento. Y así fue. El parking estaba a rebosar. El motivo de que hubiera tantos vehículos a aquella hora de la mañana lo encontró en la entrada a la sala de vacunación.

La cola era interminable, obviando la distancia de seguridad, pero no todos habían sido citados en aquella franja horaria. La indisciplina, la insolidaridad, pisoteando los derechos de los demás, se ha convertido en una constante de nuestro comportamiento: la mayoría de las personas que esperaban su turno para ser vacunadas pertenecía a familias que iban a pasar el domingo en la playa. Y como la hora a la que habían sido citados les impedía disfrutar del día completo de sol y mar, decidieron presentarse a primera hora, colapsando el proceso de vacunación.

Finalmente, a las 12:10, tres horas más tarde de lo previsto, por la insolidaridad de los pícaros de turno, mi amiga recibió la primera dosis de la vacuna. Ella, que tiene serios problemas de columna, tuvo que soportar de pie aquella larga espera por culpa de unos estúpidos «listillos» playeros. ¡Cretinos!

Amigo mío, de nuevo tengo que hacerte partícipe de un suceso escalofriante. En Tenerife, dos pequeñas, Anna y Olivia, de 1 y 6 años, respectivamente, fueron presuntamente asesinadas por su padre. Según salió publicado en la prensa, así como en radio y televisión, los padres estaban separados. Y, tanto el padre como la madre, tenían nueva pareja. Las niñas vivían con la madre, que respetaba el régimen de visitas.

En una de las visitas, el padre recogió a sus hijas para pasar el día con ellas. Sin embargo, ya no se las devolvió a la madre. Había urdido un plan macabro que, finalmente, acabó con la vida de las pequeñas en el fondo del mar. Las niñas desaparecieron el pasado 27 de abril junto a su padre, el cual, a través de una llamada a su exmujer, le dijo que no volvería a ver más ni a él ni a sus dos hijas.

El día 6 de este mes de junio, el robot submarino del buque oceanográfico ‘Ángeles Alvariño’, recuperó el cuerpo sin vida de Olivia, la hija de 6 años, que se encontraba a mil metros de profundidad. Anna, la pequeña de un año, y el padre, continúan sin aparecer. Te mantendré informado.

Los últimos datos sobre la evolución del coronavirus Covid-19 en España, son razonablemente esperanzadores. Pero hemos de ser prudentes y no bajar la guardia. No debemos relajarnos, en modo alguno. Podríamos lamentarlo en poco tiempo. Sin embargo, para mi asombro, el presidente del Gobierno ha anunciado que, a partir de mañana, sábado día 26 de este mes de junio, queda sin efecto la obligatoriedad del uso de la mascarilla en la calle y en los espacios abiertos, siempre que se respete la distancia de seguridad. Aunque, en aquellos lugares donde no sea posible mantener esa distancia interpersonal —andenes de transporte público, semáforos de pasos de peatones, aceras con grandes aglomeraciones…—, deberá usarse dicha protección. Por ello, es aconsejable llevar siempre una mascarilla a mano. No obstante, como puedes suponer, seguirá siendo obligatoria en el interior de los locales públicos. Y, por supuesto, en los transportes públicos de viajeros.

No alcanzo a comprender, paciente amigo, la urgencia de esa medida. ¿Es tan necesario relajar el uso de la mascarilla? ¿Cuál es la razón por la que ya podemos ir a cara descubierta? En mi opinión, con fundamento o sin él, considero que se han precipitado. Y que, mientras no se haya vacunado al 70/75% de la población, corremos el riesgo de que una nueva ola nos alcance y volvamos a estar como al principio. ¡O todavía peor! Todo un despropósito. Pero yo, digan lo que digan, continuaré llevándola.

En otro orden de cosas, querido amigo, te notifico que hace dos días —el pasado día 23—, han salido de prisión los nueve políticos catalanes del Procés, tras haber sido indultados por el Gobierno. No estoy de acuerdo, en modo alguno, con esta medida de gracia. ¡Maldita la gracia! Espero que no haya que lamentarlo. De todos modos, como en mi carta anterior te decía que no volvería a comentarte nada relacionado con la política, de momento lo dejaré aquí.

Un fuerte abrazo.

              Robert  

                                                                                                                                     5 mayo 2021

 

Amigo imaginario:

Ya sé que estamos en el mes de mayo, y que esta es la primera carta que te escribo este año. La mayoría de las veces, por falta de tiempo; otras, lo reconozco, por falta de ganas. Y así lo fui demorando, día tras día, hasta que hoy me he decidido. «Más vale tarde que nunca», dice el refrán.

La verdad es que mi estado de ánimo no está en el mejor momento. Los motivos son varios y diversos, pero no quiero aburrirte con mis cuitas y desvaríos.

El panorama político continúa instalado en un permanente estado de crispación. La insistente confrontación —¡qué vergüenza!—, sigue estando a la orden del día. Parece mentira que en una situación tan grave y delicada como la actual, provocada por la pandemia del  coronavirus, la clase política de este país continúe con los insultos y las descalificaciones, arrojándose los trastos a la cabeza, en lugar de aunar esfuerzos remando en la misma dirección. A ver si se dan cuenta de una puñetera vez, que el enemigo a batir no es el oponente político de turno, sino el coronavirus pandémico que está sembrando de contagio y muerte los cinco continentes. 

Ayer se celebraron elecciones en la Comunidad Autónoma de Madrid, tras una campaña plagada de despropósitos, de comportamientos inadecuados, de frases desafortunadas…  ¡Más de lo mismo!

Se presentaban los siguientes candidatos: Pablo Iglesias (Unidas Podemos), Rocío Monasterio (Vox), Mónica García (Más Madrid), Isabel Díaz Ayuso (PP), Ángel Gabilondo (PSOE) y Edmundo Bal (Cs).

Los escaños obtenidos fueron los siguientes: PP (65), Más Madrid (24), PSOE (24), Vox (13) y Unidas Podemos (10). Ciudadanos no obtuvo ningún escaño.

La candidata del PP, Isabel Díaz Ayuso, como adelantaban todas las encuestas, se alzó con la victoria. Con los 65 escaños obtenidos, a sólo cuatro de la mayoría absoluta, podría gobernar en solitario. Por su parte, Ciudadanos ha colapsado y queda fuera de la Asamblea de Madrid. Y Pablo Iglesias, al no haber conseguido su objetivo de presidir la Comunidad de Madrid, anunció que deja todos sus cargos y se retira de la política.

La política, amigo mío, se ha vuelto cansina y tediosa. Tanto,  que he decidido no volver a comentarte nada relacionado con ella. Estoy harto de tanta mentira, y asqueado de tanta reprobación y de tan poca vergüenza. Porque, al final, lo único que le interesa a la mayoría de los políticos de la nueva hornada es alcanzar el éxito personal y el del partido al que pertenecen o representan, importándoles un carajo el interés general, ignorando —tal vez, despreciando— a la ciudadanía que les vota.

Isabel Díaz Ayuso, a la que considero una mujer inteligente —entre otras cualidades que son más que evidentes…—, ha mostrado siempre una actitud desafiante, echándole un pulso al Gobierno, en un alarde de desobediencia manifiesta, ampliando el horario de cierre de la hostelería y permitiendo que hubiera más aforo en las terrazas de los bares. Y así, con un talante claramente demagógico y populista, consiguió que le votase una gran parte de la ciudadanía de Madrid. Porque, como todos sabemos, la demagogia y el populismo son conceptos de efectos favorables inmediatos, al contrario de lo que ocurre cuando se toman medidas impopulares y valientes, que no gustan a nadie. Sin embargo, esos efectos demagógicos y populistas, inevitablemente, tarde o temprano, pueden volverse en contra.

No importaba que el número de contagios por Covid se disparara. Tampoco importaba el número de fallecidos. Lo realmente importante era poder estar en la calle hasta bien entrada la noche. Y, sobre todo, poder tomarse unas cañas en la terraza de un bar, como si nos fuese la vida en ello. Todo un cúmulo de despropósitos. ¡Queremos que en Madrid haya libertad! Esa era la frase que la señora Díaz Ayuso repetía, a modo de mantra, en todas sus intervenciones públicas. Pero toda libertad, amigo mío, ha de ir acompañada de responsabilidad. Por ello, no podemos lanzarnos al vacío desde un avión, gritando ¡libertad! ¡Libertad! —Como sustitutivo de ¡Jerónimooo!—, sin llevar puesto el paracaídas.

El próximo domingo día 9 de este mes de mayo, el Gobierno pondrá fin al estado de alarma. Ya podremos desplazarnos libremente por toda España. ¡Miedo me da! Porque, si durante el estado de alarma nos saltábamos las restricciones establecidas,  ahora que se «abre la veda» me temo lo peor. Pues el coronavirus continúa estando ahí, y nada sabe de estados de alarma, de restricciones, ni de vedas.

 Cambiando de tema, querido amigo, no quiero olvidarme de comentarte un suceso que, en los últimos tiempos, se repite con excesiva frecuencia, y te encoge el corazón.

La noche del 16 de marzo pasado, un cayuco abarrotado de inmigrantes africanos llegó a la isla de Gran Canaria. Entre ellos, Nabody, una pequeña de 2 años, originaria de Mali, que, acompañada de su madre y de su hermana, tuvo una parada cardiorrespiratoria. Salvamento Marítimo la rescató del cayuco y la trasladó al muelle de Arguineguín, donde Sanitarios de Cruz Roja lograron reanimarla.

Cuando empezó a respirar y abrió los ojos, los rostros de los sanitarios reflejaban la emoción que les produjo haber salvado una vida, una vez más. La mirada de aquella pequeña, con los  ojos abiertos de par en par, reflejaba la perplejidad de quien no comprende qué había ocurrido, quiénes eran aquellos desconocidos, y por qué no estaban allí su madre y su hermana. Aquella mirada asustadiza era sobrecogedora.

 Ingresada en la unidad de vigilancia intensiva del Hospital Materno Infantil de Las Palmas de Gran Canaria, falleció cinco días después.

Sobre este triste suceso, escribí un pequeño artículo (Carta al Director) que titulé ‘Travesía mortal’ (23.03.2021), en el que hacía referencia a los menores que pierden la vida en una travesía rumbo a una imaginaria «tierra prometida», a un «paraíso» inexistente, víctimas inocentes huyendo del horror de la sinrazón del comportamiento humano, cuando apenas habían empezado a vivir. Porque el destino, esa caprichosa fuerza desconocida, tantas veces cruel, no les ha permitido desarrollar el natural ciclo vital: nacer, crecer y morir.

Este suceso me trae a la memoria el de aquel niño sirio de origen kurdo, Aylan Kurdi, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado el 2 de septiembre de 2015, boca abajo en la arena y con los brazos extendidos a lo largo de su pequeño cuerpo, en una playa de Turquía. Sólo tenía 3 años. Aquella imagen dio la vuelta al mundo.

 Cuando se tiene la sensibilidad a flor de piel, tal vez por ser abuelo tardío con nietos de corta edad, sucesos así nos desgarran el corazón, resquebrajan nuestras ya muy deterioradas convicciones espirituales, y hacen que cuestionemos seriamente nuestra Fe.

Por último, querido amigo imaginario, después de 50 años en posesión del Permiso de Conducción ‘B’, para automóviles; y casi 59 años con el ‘A’, para motos, he decidido no volver a renovarlo. Te preguntarás por qué he cerrado esa etapa de mi vida en la que conducir me apasionaba. Llevo 23 años sin coche y, consiguientemente, también sin conducir. ¿Qué puede  significar para mí, cumplidos ya los 77 años, superar, una vez más, la batería de pruebas psicotécnicas  —tensión arterial, capacidad visual y auditiva, pruebas de coordinación visomotora en un ‘sui géneris’ simulador… Superadas las últimas, hace cinco años, con el 92% de aciertos— si no he vuelto a conducir desde enero de1998? Sería  una irresponsabilidad por mi parte creer que eso ya me capacita para volver a conducir.

Se trata, en definitiva, de una renuncia más que añadir a las muchas que, por diversas causas y en circunstancias adversas, se han ido sucediendo a lo largo de mi vida.

Echando la vista atrás, privilegio reservado a los que tenemos cierta edad, recuerdo que empecé pilotando una VeloSolex Orbea (su slogan decía: «La bicicleta que camina sola»). Luego, le sucedieron los ciclomotores: Mobylette-GAC, Ossa 50 cc y Moto Guzzi Hispania 65 cc. Finalmente, las motos: Vespa 125 cc, Lambretta 125 cc, Ossa 125 cc,  Montesa Brío 81 125 cc y Ducati 125 cc Sport.

En lo que a coches se refiere, empecé conduciendo el Seat 600 de la Academia de Conductores. Luego, tuve la oportunidad de conducir Seat 127 (empresa), Seat 850 y Seat 124 DLS (los dos coches que tuve, 11 y 16 años, respectivamente), Seat Ronda, Mini 850, Renault 4 (empresa), Renault 12, Opel Kadett (empresa) y Austin 1800 (empresa). Este último era un coche magnífico (longitud: 4.200 mm, anchura: 1.700 mm, altura: 1.410 mm, distancia entre ejes (batalla): 2.700 mm). Un vehículo en el que a 170 km/h —velocidad que alcancé en un viaje a León, superando irresponsablemente el límite permitido— la ausencia de vibraciones y la estabilidad eran superlativas. Un magnífico coche, sin ninguna duda.

Y así, sin prisa pero sin pausa, con una gran dosis de frustración, lo más probable es que vayan dejando de interesarme, una tras otra, —a veces las circunstancias obligan—, aquellas inquietudes —incluidas las artísticas, que también las hubo— que antaño significaron tanto para mí. Pero, como tú sabes, nuestra existencia se fragua a base de renunciar a una parte importante de todo aquello que, en gran medida, dio sentido a nuestra vida. Pero hemos de aceptarlo con resignación franciscana. Lo contrario, paciente amigo, sería nadar contracorriente hasta quedar exhaustos. Y uno ya no está para ostentaciones.

No sé cuándo volveré a escribirte, amigo mío. Procuraré, sin embargo, que sea más pronto que tarde. Cuento con tu comprensión y benevolencia. ¡Cuídate mucho!

Un fuerte abrazo.

          Robert 



                                                                                          08 noviembre 2021



Amigo imaginario:

Después de 50 años, ha vuelto a rugir. De nuevo ha vuelto a vomitar materia candente, sepultando todo lo que encontraba a su paso en su incesante avance hacia el mar…

Te preguntarás a qué se debe esta introducción literaria y a qué me estoy refiriendo. Ahora lo entenderás.

El pasado 19 de septiembre, a las 15:13 horas (hora insular), el suelo tembló, se oyó un rugido… Y entró en erupción el volcán de Cumbre Vieja de la isla canaria de La Palma.

Se ha llevado por delante alrededor de dos mil setecientas edificaciones: viviendas unifamiliares, una iglesia, un polideportivo, una escuela, un cementerio, fábricas, almacenes… También platanares y plantaciones diversas, carreteras… Aunque, afortunadamente, no hubo que lamentar víctimas mortales.

Según he podido leer, palmeros que fueron testigos de dos erupciones anteriores: la del volcán de San Juan, en 1949, y la del Teneguía, en 1971, ninguna de ellas fue tan voraz y destructiva como esta de Cumbre Vieja.

Las imágenes eran sobrecogedoras. Las enormes lenguas de lava (coladas) —algunas de 6 metros de altura—, engullían las casas, una tras otra, con «voracidad pantagruélica». Como puedes suponer, fue necesario evacuar a gran parte de la población, que veía con impotencia como sus casas desaparecían bajo la lava.

Han transcurrido cincuenta días desde que el volcán Cumbre Vieja despertó de su letargo, sembrando destrucción y convirtiendo la isla en un infierno. Ahora, los topógrafos tendrán que hacer nuevas mediciones y levantar nuevos planos topográficos. La lava vertida en el mar modificó la configuración de la costa, ampliando la superficie de la isla. También la orografía sufrió una modificación importante. Asimismo, los cartógrafos se verán obligados a realizar nuevas cartas geográficas. A partir de ahora, la isla de La Palma ya no será la misma.

Cuando la caldera aplaque su furia y la tierra deje de temblar, lo urgente, lo importante —en este caso los dos conceptos son complementarios—, será normalizar la situación de los propietarios que perdieron sus viviendas, industrias y plantaciones. Del mismo modo, reconstruir, entre otras, las infraestructuras viarias. No va a resultar tarea fácil. Pero, sobre todo, habrá que precisar si lo que se ejecute garantiza la seguridad.

La inestabilidad sísmica de la isla puede desaconsejar volver a construir viviendas. A lo sumo, casas prefabricadas. Y en este aspecto, los vulcanólogos y los geólogos tendrán mucho que decir. Asimismo, también los ingenieros de caminos, canales y puertos tendrán que aplicarse. Porque, como todos sabemos, el archipiélago canario es uno más de los que tienen su origen en erupciones volcánicas submarinas.

Con el paso del tiempo, el suelo magmático volverá a ser fértil y productivo como lo ha sido siempre. Y La Palma, el vergel que siempre fue. Pero habrá que darle tiempo. ¡Mucho tiempo!

Continúa cuidándote, amigo mío.

Un fuerte abrazo.
    Robert 














2 comentarios:

  1. Tristeza. Es lo que reconozco en tu carta a tu amigo...Lo comprendo perfectamente "la vida" parece un conjunto de renuncias una detrás de otra. "Las penas son de nosotros "dice una canción mejicana. Tienes que superarlo no te queda más remedio, por ellos...De política ni hablar, nos lo decía mi abuelo el concejal republicano del 34 en Ribadavia que dimitió al mes justo. "Esto no es lo que yo defiendo " Dos años agobiantes, problemas y tristeza. Para mucha gente. Te acompaño en las renuncias y las penas. Un fuerte abrazo

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    1. Tu observación es certera, como siempre, Marité. La estrofa de la canción 'El arriero', del argentino Atahualpa Yupanqui, dice así: «Las penas y las vaquillas / se van por la misma senda / Las penas son de nosotros / las vaquillas son ajenas». ¡Qué gran verdad, amiga mía! Un fortísimo abrazo.

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