Por Robert Newport
11 mayo 2019
La fiebre del
independentismo catalán llega hasta límites insospechados e intolerables. ¿Cómo
es posible que el pasado domingo, 5 de mayo, en un acto de homenaje a la
memoria de las víctimas españolas del nazismo en el campo de exterminio de
Mauthausen, la directora general de Memoria Democrática de Cataluña haya tenido
la osadía de reivindicar la puesta en libertad de los que ella calificó como «presos
políticos»?
No era el momento, y mucho
menos el lugar, para reivindicaciones políticas. Su actitud ha sido una vergonzosa
falta de respeto a las víctimas y a sus familias, evidenciando una absoluta
carencia de sensibilidad. Un ultraje a la Memoria Histórica.
El empecinamiento
secesionista catalán, con Carles Puigdemont y Quim Torra como adalides de una
pretendida declaración de independencia, dando la matraca día tras día, puede
convertirse en un viaje a ninguna parte, en una travesía del desierto, en un
brindis al sol. Pero mientras tanto, vengan días y caigan panes.
Decía Winston Churchill: «Nunca llegarás a tu destino si te detienes a
tirarle piedras a cada perro que te ladre».
Publicado en ‘Faro de Vigo (13.05.2019), y en ‘La Voz de Galicia’ y en 'La Región '(14.05.2019), en la sección ‘Cartas al Director’
Estamos en un momento dónde ya no se entiende nada. Desconcierto total...siempre he pensado que como dice mi hija Ana "aunque sean feos, tontos o negros " hay que quererlos igual...en el pecado llevamos la penitencia. Un abrazo
ResponderEliminarEsa ciencia infusa, difusa y confusa, que es la política, casi siempre deriva en comportamientos manifiestamente incoherentes. Un abrazo.
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