Por Robert Newport
15 octubre 2018
Desde
hace algún tiempo, somos espectadores pasivos de los enfrentamientos entre
cargos de distintas administraciones públicas.
Concellos vs. Autoridades Portuarias, como ocurre
en Vigo y Vilagarcía de Arousa. Alcaldes, como el de Vilanova de Arousa vs.
presidenta de la Diputación
de Pontevedra, que profieren inadmisibles calificativos peyorativos...
En términos generales, la explicación a estos desencuentros
podemos fundamentarla en que, en la mayoría de
los casos, los máximos representantes de las administraciones enfrentadas
militan en partidos políticos antagónicos. Y ese es el origen de la ausencia de
diálogo para llegar a acuerdos que faciliten el consenso. Porque, como dijo el
político y periodista francés, Georges
Clemenceau, «Gobernar dentro de un régimen democrático sería mucho más
fácil si no hubiera que ganar constantemente elecciones».
Como ciudadano de a pie, este somero análisis me
lleva a la siguiente conclusión: cuando los intereses partidistas están por
encima de los intereses de la ciudadanía, y los actores no se esfuerzan para lograr
invertir esa tendencia, considero llegado el momento de que abandonen la
política y se dediquen a otras actividades que no requieran diplomacia,
espíritu de equipo y buena educación.
Publicado en ‘Faro de
Vigo’ y en ‘La Región ’
(16.10.2018), en la sección 'Cartas al Director'
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