22 octubre 2015
En
el año 2008, tal vez inducido por un inmoderado afán de protagonismo, decidí
crear el Blog personal Newport con la
única pretensión de tener un espacio virtual que me permitiera divulgar mis
artículos, relatos y cartas, bajo el seudónimo Robert Newport.
Todos
los artículos, algunos con un toque de sutil ironía, son el fiel reflejo de las
frustraciones, la indignación y el inconformismo que me invaden desde hace
mucho tiempo. De manera que, a modo de terapia autoimpuesta, en lugar de
asomarme a la ventana o salir al balcón, megáfono en mano, vociferando Urbi et Orbi mi enfado y disconformidad,
evidenciando un comportamiento incívico e irracional, he preferido ir dejando
‘silenciosa’ constancia en mi Blog. Cierto es, sin embargo, que mis opiniones,
no siempre afortunadas, suelen ser, por lo general, lo que en los últimos
tiempos se conoce como políticamente incorrectas. En cualquier caso, se trata
de una válvula de escape que, de algún modo, libera la presión anímica
originada por los múltiples episodios de corrupción y otras conductas
inadecuadas -partidos políticos, instituciones y ‘chiringuitos’ varios-, que
han convertido este país en una ‘guarida de ladrones’ con birrete, minando,
todavía más, nuestro maltrecho estado de ánimo de sufridos ciudadanos.
La
mayoría de los relatos nacieron como una necesidad vital de contar vivencias
personales y familiares, únicas e irrepetibles, que reflejan fielmente lo
acontecido. Otros, cuyo contenido es totalmente imaginario, podrían calificarse
como relatos de ficción. Pero todos, unos y otros, tienen un denominador común:
vivencias cotidianas, propias y ajenas, rebosantes de sentimientos y
emotividad.
Finalmente,
cartas a un amigo imaginario, cuyo
contenido de amplio espectro pretende ser una crónica de la actualidad,
surgieron con el ánimo de escenificar una relación epistolar ficticia, sin
posibilidad de réplica. En ellas, aún sabiendo que no habrá contestación,
relato vicisitudes, planteo interrogantes, y manifiesto opiniones, aunque no
siempre con acierto. También, frecuentemente, al referirme a los descarados
‘brindis al sol’ de nuestros políticos, evidencio mi enfado con excesiva
vehemencia. No obstante, de vez en cuando, procuro añadir alguna pequeña
pincelada de humor y, también, cómo no, de sarcasmo.
¡Protagonismo! y a quien no le gusta un poco. Las opiniones las hay de todos los colores, y como los colores infinitas. Yo creo que en el fondo nadie está de acuerdo con nadie. En esto si, en lo otro no...A mi me gusta escuchar las distintas opiniones, pero ya hace una temporada que estoy saturada. Yo digo como mi abuelo, en el corazón soy de derechas, él decía que en el corazón era republicano, pero no quiere decir que esté de acuerdo con los de derechas en muchas cosas. La corrupción parece que es general en el planeta, no se salva nadie. En fin, a mi me gusta que escribas, si estoy de acuerdo contigo, te felicito y sino me callo. Porque en el fondo sé que estás contando la verdad, pero si a mí cuando me vienen mal dadas me cuesta remontar...Si estoy con las manos atadas no puedo hacer casi nada. Y si lo amplias...Un abrazo
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