29 enero 2013
Amigo
imaginario:
Mal
empezamos este nuevo año –que, por cierto, su terminación en 13 puede ser muy
significativa-, con un nuevo caso de corrupción en el centro neurálgico del
Partido Popular -¡y van ya…!-, en la figura del que fue durante varios años el
responsable de controlar sus finanzas, primero en calidad de gerente y después
como tesorero. Este asunto, me temo, no sólo puede llegar a desestabilizar al
partido en cuestión, sino también al actual Gobierno.
Se
trata de que el señor Luis Bárcenas -que así se llama el extesorero del PP-,
había evadido 22 millones de euros -¡qué son muchos euros!-, que tenía en unas
cuentas en Suiza. Lo sorprendente, a la vez que incomprensible, es que, hasta
que salió este asunto a la luz, disponía de despacho y secretaria, en la propia
sede del PP, además de vehículo con chófer, sin desempeñar cargo alguno dentro
de la organización desde que cesó como tesorero-. A la vista de tanta
incongruencia, los ciudadanos de a pie, de infantería, en nuestra ignorancia
nos preguntamos: ¿Cómo pudo atesorar (el tesorero) una cantidad tan
escandalosa, equivalente a 3.500
millones de pesetas? ¿Hasta cuándo hemos de considerar presuntos a los
delincuentes fiscales, ya sean o no políticos, teniendo que otorgarles, además,
la presunción de inocencia?
Como
tú sabes, en más de una ocasión te he dicho que no se debe juzgar al todo por
la parte. Es decir: no podemos pensar que todos los políticos son corruptos por
el hecho de que algunos lo sean. Y eso se puede aplicar a cualquier ámbito de
la vida. Ahora bien, cuando la corrupción se propaga como una epidemia -lo que evidencia que el que entra
en la política no lo hace para estar al servicio del ciudadano sino para
enriquecerse- y observamos con asombro como la parte se acerca impúdicamente al
todo, la cuestión cambia. Y el concepto, también.
Recordarás,
querido amigo, que en mi última carta del pasado año (27 diciembre 2012) te
decía que mi actitud ante la situación política actual, había pasado de la
indignación a la indiferencia, a la apatía y a la indolencia. Y es que
-¡coño!-, con este panorama de corruptelas, mentiras y subterfugios de todo
tipo, si nos dejamos llevar por la indignación, la furia y el arrebato, y no
vigilamos atentamente el manómetro de presión de la caldera, que nos alerta de
que debemos accionar manualmente la válvula de seguridad, lamentaremos no haber
sabido afrontar la situación con la debida serenidad. Ya sé que lo que acabo de
escribir no es más que una metáfora. Y que los ciudadanos, con casi 6 millones
de parados y una política económica de ajustes (desajustes) y recortes que nos
está llevando al precipicio, no estamos para frases metafóricas. Lo sé
sobradamente. Pero también sé, por edad y circunstancias, que la violencia
genera más violencia y, al final, no sólo no se resuelve el problema, sino que,
por el contrario, se agrava. Entonces ¿Qué podemos hacer? Ignorar, total y
absolutamente, a los que nos gobiernan. ¿Cómo lo hacemos? No escuchando sus
discursos demagógicos, en radio y televisión, para que los índices de audiencia
bajen estrepitosamente, dejando patente
que no nos interesa lo que nos dicen, porque estamos hartos de mentiras,
de engaños y de promesas incumplidas. No asistiendo a las visitas oficiales ni
a las inauguraciones populistas, que sólo buscan los aplausos y la mansedumbre.
No asistiendo a los plenos de las corporaciones municipales, para no tener que
soportar la prepotencia y la arrogancia de algunos regidores. Mostrarles, en
definitiva, nuestra manifiesta indiferencia. ¡Qué les aplaudan -y les rían las
gracias- sus correligionarios, y los chupópteros aduladores sin escrúpulos!
Por
último, quiero compartir contigo una frase de Winston Churchill -elegida entre
varias que hoy me envió un buen amigo mío- que, sin duda alguna, considero
perfectamente aplicable al momento político actual: “El fallo de nuestra época
consiste en que sus hombres no quieren ser útiles sino importantes”. Que tengas
un buen día.
Un
abrazo.
Robert
7 marzo 2013
Amigo
imaginario:
La
política sigue teniendo un gran protagonismo en la vida de este país -o lo que
sea el lugar patrio en el que vivimos-, porque lo qué nos dicen -¡y cómo lo
dicen!-, no son más que mentiras, una detrás de otra, y uno ya empieza a estar
harto de tanto circunloquio y de tanto eufemismo. Falsedad, pura y dura.
La
señora De Cospedal, secretaria general del PP -que, dicho sea de paso, se está
comiendo todos los marrones, y es la única que da la cara-, acaba de dar una
explicación sobre el supuesto despido del extesorero de su partido, el señor
Bárcenas, que es un insulto a la inteligencia de los sufridos ciudadanos. Esto
es lo que ha dicho:
“Ha sido una indemnización en
diferido en forma efectivamente de simulación… simulación o lo que hubiera sido
en diferido en partes de una… lo que antes era una retribución, tenía que tener
la retención a la
Seguridad Social ”.
¡Qué
mareooooo! ¿Entendiste algo? Yo, tampoco. Su explicación, incoherente e
incomprensible. Sus titubeos, delatores de la mentira que nos estaba contando.
Su credibilidad, por los suelos. Porque no se puede explicar lo inexplicable,
ni justificar lo injustificable. Se dispersan en las explicaciones, se
extravían…Y no van a conseguir, por mucho empeño que pongan en ello, hacernos
comulgar -es un decir- con piedras de molino.
Este
país se va a la m…Y nosotros con él. Porque, amigo mío, aquí no se salva ni la
Casa Real -¡la Corona!-, otrora institución respetable y respetada. Estamos
asistiendo al declive de las instituciones y de los valores éticos más
elementales. Poco a poco, sin remedio, nos vamos hundiendo en el lodo de la
corrupción y el fraude. El número de desempleados -jóvenes y adultos, hombres y
mujeres- continúa aumentando de manera muy preocupante, día tras día, en una
espiral de Arquímedes que no parece tener fin.
En
mi última carta del pasado año (27.12.2012), te decía que estaba empezando a
pasar de la indignación a la indiferencia…Y a la apatía. Pero no era verdad. He
de reconocer, aun a mi pesar, que se trataba de una ‘pose’ sin sentido. ¡Cómo
no voy a estar indignado, colérico, furioso…!
Porque sé lo que significa quedarse sin empleo, a una edad en la que
estás en tierra de nadie, laboralmente hablando, y cómo la impotencia ante la
falta de trabajo te lleva a la desesperación, al malhumor permanente, al
abatimiento y a la depresión. Sé lo que es sentir vergüenza, porque te
consideras un parásito de la sociedad… Un inútil. Sé lo que es tener la
autoestima en la cota más baja, al nivel del suelo, y pisotearla con rabia.
Finalmente, cuando crees superado aquel episodio, vuelven los fantasmas del
pasado y uno de tus hijos pasa por el mismo trance, y la historia se repite. Y
continúa.
No
sé cómo ni en qué acabará todo esto, amigo mío. Este país necesita un
revulsivo, a modo de panacea, que cure los desmanes de las entidades
financieras -principales responsables, aunque no los únicos, de la crisis
económica que nos atenaza y asfixia-, para devolver la dignidad a los Servicios
Sociales, a la Sanidad y a la Educación. Para que se ponga freno al despilfarro
generalizado en las instituciones. Para que se condene a los defraudadores y a
los corruptos, obligándolos a restituir el patrimonio obtenido de forma
irregular. Y si los encausados, además, desempeñan un cargo público, que sean
destituidos, fulminantemente, y reciban un castigo ejemplar.
Tal
vez pienses que soy excesivamente radical en mis consideraciones. Pero es que,
estimado amigo, tal y cómo yo percibo el panorama, con tanto sinvergüenza por
metro cuadrado que campa a sus anchas en
este país de pícaros y trileros, creo que mi aptitud está más que
justificada.
Termino
ya, paciente amigo, porque se me están calentando los dedos -además de la
cabeza-, y no quiero caer en el fango de la grosería y la insolencia.
Un
fortísimo abrazo.
Robert
27 mayo 2013
Amigo
imaginario:
¡Estoy
furioso, indignado, colérico, confuso y
cabreado! ¡Muy cabreado! Te preguntarás
cuál es el motivo que me induce a empezar esta carta con exclamaciones tan
sonoras y malhumoradas. Pues, naturalmente, la situación político-económica de
este país nuestro, que nos está asfixiando. Y, sobre todo, las ambiguas
explicaciones adornadas con eufemismos inútiles -argumentos vacíos, que ya no
convencen a nadie- con las que nuestros políticos tratan de justificar sus
mentiras, sus promesas incumplidas y su más que evidente ineptitud.
Dirás
tú, paciente amigo, que continúo siendo muy crítico con las actuaciones de este
Gobierno. Y tienes toda la razón. Pero no me negarás que hay sobrados motivos
-¡cada vez más!- que justifican mi actitud.
Desde
mi punto de vista, como sufrido ciudadano, observo la mansedumbre, -¡la sumisión!-, que muestra el señor
Rajoy, nuestro presidente -que lo es de todos los ciudadanos de este país,
incluso de los que no le hemos votado- ante las exigencias de los “poderosos”
de la Unión Europea ,
en lugar de dar un enérgico “puñetazo” en la mesa, demandando respeto hacia un
país en el que el deterioro de los recursos de los ciudadanos se hace más
patente e insoportable cada día. Y en el que, consecuentemente, muchas familias
se ven en la necesidad de acudir a los bancos de alimentos y otras
organizaciones benéficas para poder subsistir, protagonizando escenas propias
de la posguerra -¡lamentable espectáculo!-, que ya teníamos olvidadas.
Al
mismo tiempo, continúan destapándose nuevos casos de corrupción por supuesta
financiación irregular al Partido Popular -a cambio de adjudicaciones de obras
públicas y otras compensaciones-, que deterioran la ya muy mermada -incluso
diría que inexistente- confianza en nuestros políticos. ¡De cualquier color!
Otra
cuestión menos dramática, naturalmente, pero también preocupante, es la ‘Ley
Orgánica de Mejora de la
Calidad Educativa ’ (LOMCE)
-¡vaya con el nombrecito!-, en la que, entre otros cambios -alguno de
los cuales, tengo que reconocerlo, es de sentido común-, vuelve a tener validez
académica, aunque en calidad de optativa, la asignatura de Religión; y, como
materia alternativa -en sustitución de Educación para la
ciudadanía-, se establece Valores Culturales y Sociales, en primaria, y Valores
Éticos, en secundaria. Estas materias, como puedes imaginar, han sido
institucionalizadas en perfecta sintonía entre la jerarquía eclesiástica
(Conferencia Episcopal) y el Partido Popular. Los obispos, que tienen en este
Gobierno al mejor aliado, han conseguido un avance importante en sus
pretensiones. No obstante, -¡atención!-, me temo que, una vez que se levantó la veda, sus
exigencias irán en progresivo aumento.
Así
las cosas, querido amigo, quiero decirte lo siguiente: cuando el alumno ha de
elegir entre estudiar Religión o una materia alternativa, la probabilidad de
discriminación puede ser proporcional al grado de afinidad política o religiosa
del centro educativo. Y eso no es nuevo, amigo mío. Ya ocurría antes, con los
alumnos que elegían Ética en lugar de Religión. Y puede volver a ocurrir. Hemos
de permanecer vigilantes.
Por
último, te supongo enterado de la entrevista que le han hecho en una cadena de
televisión al expresidente, José María Aznar. En su línea habitual, fue
lacónico en sus respuestas. Exigió al Gobierno que cumpla el programa electoral
del Partido Popular, que se emplee a fondo en la reforma laboral y que baje los
impuestos. Del mismo modo, como era de esperar, pronunció una aseveración que,
aún estando dentro de la racionalidad más absoluta, considero oportunista y
demagógica: “Hay que acabar con este castigo a la clase media y recuperar el
tejido productivo”. ¡Qué buenos son los Padres Escolapios, qué buenos son que nos
llevan de excursión! Sería muy saludable que los expresidentes -que ya tuvieron
su momento de gloria y su oportunidad-, se dedicaran a dar conferencias, a
escribir libros... Incluso a asesorar a
los nuevos presidentes que lo soliciten. Pero -¡ojo!- en privado. Y que se
dejen de escenificar, arrogantes y prepotentes, el papel protagonista de prócer
“salva patrias” delante de las cámaras.
Sé
que piensas que soy un reaccionario -tal vez lo sea-, pero es que todas estas
cuestiones me producen cierto desánimo y mucho escepticismo. No se trata, en
modo alguno, de que a mi edad ya esté de vuelta de todo. ¡Qué estupidez! Yo no
estoy de vuelta de nada y, afortunadamente, todavía conservo intacta la
capacidad de sorprenderme, sentirme fascinado y emocionarme, ante todo aquello
que realmente sea digno de merecerlo.
Un
fuerte abrazo.
Robert
7 julio 2013
Amigo imaginario:
Seguimos inmersos en esa espiral de la que te hablaba en mi
carta del pasado 7 de marzo. En aquella ocasión, me refería al escandaloso
aumento del paro. Ahora, además del desempleo, vemos con preocupación
-¡alarmados y escandalizados!- la magnitud que está adquiriendo la corrupción,
cuyo número de implicados -presuntos o no- desborda todas las previsiones. Al
caso del extesorero del PP, Luis Bárcenas -actualmente en prisión preventiva,
cuyo trasfondo está en la financiación supuestamente irregular de los partidos
políticos-, hay que añadir el de los ERE en Andalucía, en el que aparecen
presuntamente implicados militantes del Partido Socialista, altos cargos de la Junta de Andalucía y -¡lo
qué faltaba!- dirigentes sindicales. Como ves, querido amigo, ya no se puede
confiar en nadie. Es vergonzoso, a la vez que
inadmisible, el alto grado de corrupción -¡corrupción de amplio
espectro!- al que hemos llegado en este país.
Ante hechos como estos -y los que, sin duda, irán surgiendo-,
no acierto a comprender la pasividad de los que tienen en sus manos poner
freno, con todo el rigor, severidad y contundencia que permita la Ley , a las acciones delictivas
de tanto sinvergüenza prepotente y arrogante, que se enriquece fraudulentamente,
burlándose de la
Agencia Tributaria , de la Justicia , del país y de los demás ciudadanos. Con
esta clase de individuos (delincuentes elegantemente trajeados y encorbatados),
la tan cacareada marca ‘España’ se precipitará a cotas subterráneas. Por
cierto, recuerdo que siendo un niño, a esta piel de toro se le llamaba Patria;
más tarde, Nación o Estado; hasta ayer, País. Y ahora -¡qué gran idea!-, pasa a
ser una Marca. ¡Igual que la Coca-Cola! Está claro que, con la puñetera crisis,
hasta los conceptos se devalúan. Bueno,
dejando aparte este irónico inciso -por el que te pido disculpas-, y volviendo al tema
de la corrupción, sospecho que esa inacción por parte de los magistrados se
debe a presiones políticas de gran calado, que influyen muy negativamente en la
instrucción de los sumarios, poniendo en entredicho la autonomía del Poder
Judicial. Al mismo tiempo, tanto el juez
Ruz como la jueza Alaya -instructores de los sumarios correspondientes a los
denominados casos Bárcenas y ERE andaluces, respectivamente-, están siendo
objeto de duras críticas por parte de ciertos sectores políticos y sindicales.
Es decir, que ahora persiguen a los jueces en lugar de a los delincuentes.
¡Viva España, coño!
Dirás tú, amigo mío, que ya está bien de tanta corrupción
política. ¡Qué monotonía! ¡Qué cansancio! Y tienes razón. Pero, como habrás
observado en estos años de comunicación epistolar, mis cartas siempre tratan de
reflejar, a modo de crónicas, la actualidad más relevante, al objeto de
informarte sobre los últimos acontecimientos dignos de mención. Y, al mismo
tiempo, dejar constancia de mis particulares opiniones y reflexiones al
respecto.
Sería deseable que mi próxima carta contenga noticias más
favorables y menos decepcionantes. Espero poder conseguirlo.
Un fuerte abrazo.
Robert
Robert
Robert
Robert
17 julio 2013
Amigo imaginario:
En la despedida de mi carta anterior, te expresaba el deseo
de que en la próxima -es decir, en la presente-, las noticias fuesen más
favorables y menos decepcionantes. ¡Qué ingenuidad la mía! Tengo que
comunicarte, y créeme que lo lamento profundamente, que las cosas se han ido
complicando día a día: el caso Bárcenas, que está generando verdaderos
torrentes de información en todos los medios y tertulias, ha dejado de ser un
asunto de fotocopias de escasa credibilidad, para convertirse en un más que
probable asunto turbio, muy enredado, de cierta envergadura -llámese
financiación irregular del partido, sobresueldos en negro, doble
contabilidad…-, que va camino de conseguir desestabilizar al mismísimo
Gobierno. Se trata de un asunto muy serio, incómodo y preocupante en grado
sumo.
Ante tal situación, cuya resolución judicial, me temo, puede
dilatarse más de lo deseable, los ciudadanos hemos perdido la ya muy escasa
-¡escasísima!- confianza en la clase política de este puñetero país, en
nuestros gobernantes… ¡Y en el sursuncorda! Porque, con su arrogante proceder,
han sembrado esa desconfianza… Por lo que, inevitablemente, recogerán desprecio
e indiferencia.
Hay algo en todo este asunto, amigo mío, que me tiene muy
desorientado: ¿Cómo es posible que el señor Bárcenas haya podido acumular más
de 40 millones de euros en paraísos
fiscales -lo que lo convierte, por tanto, en presunto delincuente fiscal-, sin
que pueda justificar su procedencia?
Ello me lleva a pensar, tal vez influenciado por la indignación que me
produce este caso, si el señor Bárcenas fue utilizado -o continúa ejerciendo-
como testaferro del PP, para ocultar una supuesta financiación irregular del
partido. Sé que se trata, a priori, de una deducción descabellada y, en cierto
modo, arriesgada, sin duda. Pero, querido amigo, mi capacidad asimilativa está
ya tan saturada por el exceso de corrupción que existe en este país, que mis
sospechas y conclusiones van más allá de lo que se puede considerar razonable.
Como tú sabes, por habértelo repetido hasta la saciedad, yo
no soy -¡nunca lo he sido!- simpatizante del PP. Sin embargo, considero que el
señor Rajoy ha recibido de su propio partido, una herencia más envenenada que
la que, reiteradamente, dijo haber recibido del
Partido Socialista. Y tiene que asumirla, para bien o para mal, con
todas las consecuencias. Hemos de esperar, no obstante, como no puede ser de
otra forma, al dictamen del juez que instruye el sumario del caso.
Como puedes comprender, paciente amigo, en cuestiones
judiciales -especialmente en las que las pruebas documentales aportadas no
están suficientemente contrastadas- hemos de ser extremadamente cautos,
prudentes y respetuosos, y no caer en la tentación de sentirnos legitimados
para hacer juicios de valor, o juicios paralelos, porque es más que probable
que luego tengamos que arrepentirnos y rectificar. Esto me trae a la memoria -y
permíteme la licencia de incluir esta anécdota- la actuación (año2007) de la Tuna de Derecho de
Valladolid, en su vigésimo aniversario, en el transcurso de la cual, uno de sus
miembros fundadores (que toca la bandurria), al final de su particular y jocoso
preámbulo, dijo: “…hay que acertar con las canciones; de hecho, en el programa
original figuraba otra canción, pero vamos a interpretar ‘Clavelitos
madrileños’, porque, las cosas como son, con la que está cayendo, cualquiera se
atreve a tocar ‘El chacachá del tren’.
Un fuerte abrazo.
Robert
3 agosto 2013
Amigo
imaginario:
Hoy,
haciendo una excepción, y sin que sirva de precedente, no te comentaré nada
relacionado con la nauseabunda corrupción que, últimamente, invade todos los
ámbitos de poder de este país. Y no lo voy a hacer, porque un trágico suceso
merece toda mi atención y espero que, también, la tuya.
Te supongo enterado del trágico accidente
ferroviario ocurrido en Santiago de Compostela el día 24 del pasado mes de
julio, y he tenido que dejar pasar todo este tiempo antes de escribirte, para
poder procesar y asimilar anímicamente las dramáticas imágenes que se han visto
por televisión. Todavía permanece en mi retina aquel caótico escenario de
confusión y dolor, de conmoción y pánico, de incertidumbre, de llantos
inconsolables y compartidos… Imágenes de desolación y muerte.
En
aquella fatídica curva de ese camino de hierro, se han desvanecido los sueños,
las ilusiones… y las vidas de 79
personas -hombres, mujeres y niños-, cada una con su identidad y con su
historia. Se han apagado sus voces, sus risas y sus llantos, sus anhelos y
proyectos de futuro, pero su recuerdo permanecerá siempre en todos aquellos
que, de alguna manera, formaron parte de sus vidas.
En
esta catástrofe ferroviaria, la rápida intervención de los vecinos de Angrois,
en una espectacular reacción espontánea de coraje y valor, de ejemplaridad
ciudadana y de generosidad, fue determinante en la evacuación y auxilio de las
víctimas. Ellos, amigo mío, son los héroes anónimos de este dramático
siniestro.
En
todo suceso luctuoso -y este trágico accidente ferroviario lo es, en grado
superlativo-, las víctimas mortales dejan tras sí una estela de historias
inconclusas -¡maldita sea!-, sin posibilidad de continuidad. Por ello, querido
amigo, quiero hacerte partícipe de algunas de esas historias de las que, en los
días siguientes, se hizo eco el diario La Voz de Galicia.
Celtia
y Eva (21 y 24 años), eran dos amigas del municipio ourensano de Xunqueira de
Ambía, que, recién terminados sus estudios (Celtia, Magisterio en Ourense; y
Eva, Dirección de Empresas en la
Complutense de Madrid, además de un máster en la Universidad de Vigo),
viajaban a Santiago para reunirse con sus excompañeros de Erasmus. La mañana
del accidente, Celtia había sacado un billete de avión para viajar a Londres a
finales de este mes de agosto, con el propósito de perfeccionar el inglés. Eva,
por su parte, quería viajar a Italia, en este mismo mes, con la intención de
participar en un campo de trabajo. Ellas, decidieron dejar el coche en la
estación de Ourense, al considerar que hacer el viaje en tren era lo más
prudente…
Laura
y David (ambos de 21 años), de A Coruña y Cáceres, respectivamente, eran novios
y estudiaban Medicina en la
Universidad de Lleida. Sus profesores manifestaron que ambos
obtenían muy buenas calificaciones y que eran muy trabajadores. Una pareja de
brillantes estudiantes de medicina que venían a pasar unos días de vacaciones
en A Coruña, donde los esperaban los padres de ella…
Olga
y David (28 y 36 años), naturales de
Alcorcón, novios desde hace tres años y medio, formaban parte de la tripulación
del tren Alvia siniestrado. David atendía a los viajeros, mientras que a Olga
le habían asignado la cafetería. Era la primera vez que hacían la ruta
Madrid-Ferrol. Normalmente, aunque no siempre coincidían, prestaban servicio en
el AVE Madrid-Sevilla. En el momento del siniestro, David acababa de anunciar
por megafonía la proximidad de Santiago de Compostela…
Rosalina,
alta funcionaria del Ministerio de Planificación y Desarrollo de la República
Dominicana, viajaba a Santiago de Compostela con la intención de visitar a unos
familiares y darle una sorpresa a su hermana…
Laura
(23 años), de Pontevedra, era licenciada en Matemáticas por la Universidad de
Santiago, y todo su entorno académico habla de ella como ‘una gran estudiante’
y ‘una muy buena alumna’. Regresaba de Madrid, donde acababa de hacer un
máster; y su novio, estudiante de
Farmacia, la esperaba en la estación…
Y
así, amigo mío, hasta 79 historias de otras tantas víctimas mortales que,
tristemente, ya nunca podrán realizar sus sueños…
Hay
hospitalizados más de una treintena de heridos, algunos en estado crítico, a
los que les deseo una pronta y total recuperación.
Las
causas del accidente -¡trágico y dramático accidente!- se están investigando.
El contenido de la ‘caja negra’ será determinante para su esclarecimiento. En
principio, el incomprensible exceso de velocidad parece ser la causa principal
del descarrilamiento. El por qué de ese exceso sigue siendo una incógnita. En
principio, señalan al maquinista como único culpable. Sin embargo, por los
datos que se fueron conociendo, puede existir otro factor: un sistema de
seguridad que no incorporaba el tren Alvia siniestrado. No obstante, lo más
prudente y razonable, antes de hacer temerarios juicios de valor, es esperar al
dictamen de los expertos para que la Justicia tenga fundados elementos para proceder
en consecuencia.
Estarás
de acuerdo conmigo -al menos eso espero-, estimado amigo imaginario, en que el
contenido de esta carta bien merecía, al menos por una vez, dejar a un lado las
cuestiones políticas. Aunque, para qué nos vamos a engañar, la política está en
todas partes... Incluso en este trágico accidente ferroviario.
Un
fuerte abrazo.
10 octubre
2013
Amigo imaginario:
Este largo silencio epistolar, que ha durado casi dos
meses, es consecuencia de la repetitiva y cansina monserga a la que nos tienen
sometidos -y acostumbrados- nuestros políticos, y que cada día me produce mayor
indiferencia y, a la vez, indignación.
Los impuestos que nos habían dicho que no subirían,
continúan en imparable ascenso. Últimamente, para no perder la inercia, han
revisado al alza el valor catastral -¡qué desfachatez!-, con un descarado afán
recaudatorio, incrementando así el Impuesto sobre Bienes Inmuebles. El recibo
del consumo eléctrico experimentó un incremento medio de algo más de 3 puntos
porcentuales... Y lo qué vendrá. Por otra parte, el ministro de Hacienda,
Cristóbal Montoro, con la incontinencia verbal que le caracteriza -¡Qué
desvergüenza!-, dijo en el Congreso: “Los salarios no están bajando. Los salarios
están subiendo moderadamente en nuestro país”. ¡Y se queda tan ancho! Y lo que
es peor, si cabe, nuestro presidente, Mariano Rajoy, en su visita a Japón,
anima a invertir en nuestro país argumentando que aquí los salarios bajan.
¿Cómo se entiende esto? ¿Nos hemos vuelto todos locos?
Y las pensiones -¡maldita sea!- únicamente se revalorizan
un cuarto de punto (0,25%). Es decir, un incremento medio mensual de 2,70
euros. Por ello, año tras año, vemos impotentes como disminuye nuestro poder
adquisitivo. Definitivamente, se están burlando de nosotros. Porque los
pensionistas, como todo hijo de vecino, hemos de seguir pagando las facturas
correspondientes al consumo de agua, gas, teléfono y electricidad; los recibos
sobre alcantarillado y recogida de basuras; el alquiler o comunidad y derramas
ocasionales de la vivienda; la compra de ropa (la imprescindible para no
atentar contra el decoro) y la comida. Vamos, lo preciso para poder seguir
viviendo con un mínimo de dignidad. ¡Y qué no se te averíe un electrodoméstico!
Otra cuestión, amigo mío, la marca ‘España’, a la que,
como recordarás, me refería en mi carta del pasado mes de julio, y que se proclamó
-urbi et orbi- a bombo y platillo, ¿para qué
sirve? ¿Con qué fin se ha creado? ¿A quién pretende engañar?
Personalmente, pienso que es un ’quiero y no puedo’ que alguien se sacó de la
manga. Una marca que, poco a poco, se va hundiendo en las agitadas aguas de la
inoperancia, la mentira, la arrogancia y la prepotencia de nuestros políticos.
Por otra parte, los ciudadanos -si es que aún tenemos esa
categoría-, estamos más que hartos de discursos vacíos y promesas incumplidas.
Estamos hartos de que nos mareen con la puñetera luz al final del túnel.
Estamos hartos de que nos digan que estamos doblando la esquina de la crisis.
¡Qué estupidez! Estamos mucho más que hartos -¡empachados!-, porque vemos que
en este país continúa habiendo 6 millones de parados y las perspectivas de
generar empleo son absolutamente nulas. ¡Estamos hundidos y ahogándonos, cada
vez más, en la desesperación!
La aplicación de la subida de los impuestos -iniciada con
la engañosa estrategia de la negación; para, finalmente, actuar con demoledora
contundencia-, me trae a la memoria un texto apócrifo del drama romántico ‘Don
Juan Tenorio’, de José Zorrilla, en el que, como recordarás, querido amigo, Don
Juan, durante el galanteo, le decía a Doña Inés aquello de: “¿No es cierto,
ángel de amor, que en esta apartada orilla más pura la luna brilla y se respira
mejor?”. También se trataba de una estrategia para conseguir su innoble fin.
Luego, cuando Doña Inés, rendida a la suave persuasión de su galán, le dice:
“Don Juan, Don Juan, la puntita nada más”; él, haciendo gala de su fama de
insaciable seductor -igual que nuestros políticos, aunque sólo en lo que a
insaciables se refiere, naturalmente-, le responde: “No, Inés, toda ella y los
que cuelgan detrás”. Y esa podría ser la metáfora de lo que están haciendo con
nosotros los que ostentan el poder que sus votantes le han conferido.
Sé lo que estás pensando, paciente amigo. Tal vez me he
pasado de rosca con las anteriores frases comparativas. Y te pido disculpas por
ello. Pero todo, o casi todo, suele tener una explicación. Y esta es la mía:
Tengo 69 años -aunque, si los astros me son favorables, en poco más de un mes
cumpliré los 70-, y, como tú sabes, el 69 es el número erótico por excelencia.
De manera que, como puedes comprender, me encuentro en una edad
erótico-afectiva -o erótico-festiva, como prefieras- tan peligrosamente
resbaladiza, que hace que mi comportamiento verbal sea políticamente
incorrecto. Eso es todo.
En fin, estimado amigo, seguiremos soportando las genialidades de los ineptos que nos
gobiernan, hasta que nuestra paciencia -o desesperación- aguante.
Un fuerte abrazo.
31 diciembre
2013
Amigo imaginario:
¡Que se acabe de una puñetera vez! Me refiero, naturalmente,
al año que hoy termina. Porque este año, aciago donde los haya, han tenido
lugar sucesos -desgraciados, unos; condenables, otros; y despreciables, los que
más- es para olvidar: trágico accidente ferroviario en Galicia, en el que
perdieron la vida 80 personas; robo del Códice Calixtino en la Catedral de
Santiago de Compostela (que, dicho sea de paso, nunca fue una de mis
preocupaciones), finalmente recuperado; fraude y corrupción por doquier, que
salpica al ámbito empresarial, político y sindical de este país. Del mismo modo
-¡qué vergüenza!-, también la sombra del fraude oscurece a la otrora respetable
y respetada Casa Real…Está visto que en este país no se salva nadie.
Luego está, cómo no, el desempleo, que este año que acaba
continuó creciendo, y no parece tener intención de detenerse.
Con un panorama tan desalentador, querido amigo, ¿qué
expectativas de futuro nos aguardan? ¿Qué confianza podemos tener en nuestros
gobernantes y representantes políticos? ¿Hasta cuándo podremos soportar tanta
humillación? ¿Hasta dónde llegaremos sin perder los modales y la dignidad?
Por otra parte, y esto es de suma gravedad, está la lenta
actuación de la Justicia. Pero -¡ojo!- esa lentitud se debe, única y
exclusivamente, a la falta de medios para llevar a cabo las investigaciones
procesales, y a la situación de
desamparo en que los jueces se ven obligados a instruir diligencias. El juez
José Castro, con la imputación de la infanta Cristina. El juez Pablo Ruz,
ocupándose de la trama Gürtel, del caso Bárcenas y de la supuesta doble
contabilidad del Partido Popular… Y la jueza Mercedes Alaya, lidiando con los
falsos ERE de Andalucía y sus ramificaciones políticas y sindicales. Los tres
magistrados, solos ante el peligro, tienen serias dificultades para realizar su
trabajo con el rigor que requiere todo proceso judicial. Las presiones
políticas -¡que las hay!-, unidas a las que ejercen las altas instancias de la
propia Justicia, hacen que algunos jueces encuentren serias dificultades para
llevar a buen término, y con agilidad, las instrucciones procesales. De su
trabajo, sin presiones ni injerencias, dependerá que dichas instrucciones
lleguen a juicio en un plazo razonable. De no ser así, corremos el riesgo de
que la sensación de impunidad se instale, peligrosamente, en toda esa cuadrilla
de ladrones titulados, animándoles a seguir delinquiendo y burlando la ley.
Porque, como decía el humorista Manolo Royo, ¡aquí no pasa nada!
El próximo año, en el que entraremos dentro de pocas horas,
no creo que vaya a ser mejor que el que ya agoniza. Se avecinan, una vez más,
malos tiempos: probable nueva subida de los impuestos y, sobre todo, incremento
del copago -¡repago y sobrepago!- en la Sanidad Pública
(hospitalaria, farmacéutica, ortopédica…) que, en muchos casos, derivará en la
reducción o suspensión de los tratamientos, ya que la -¡cada vez más!- precaria
situación económica de los ciudadanos, no les permitirá soportar ese gasto añadido.
Consecuentemente, el deterioro de la salud de los pacientes será inevitable.
Quizá irreversible. Así las cosas, es fácil suponer que, en el mejor de los
casos, el ingreso de pacientes en los hospitales experimentará un considerable
aumento. Aunque, lamentablemente, lo más probable es que se eleve el número de
fallecimientos. Por tanto, paciente amigo, sospecho que estas decisiones tienen
un objetivo claramente definido: reducir el número de parados y jubilados,
eliminándolos. ¿Un holocausto encubierto? Sé que se trata de una sospecha muy
atrevida. Quizá exagerada en extremo. Pero es que, francamente, uno ya no sabe
qué pensar, qué hacer ni qué decir.
Finalmente, amigo imaginario, están las ruedas de prensa de
nuestro presidente del Gobierno, en las que contesta siempre con evasivas y
circunloquios; incluso, a veces, con absurdas metáforas. En ocasiones, son
auténticos monólogos. Y si algún
periodista hace preguntas incómodas, no sólo la evasiva está asegurada,
sino que, además, el medio al que representa puede quedar excluido en próximas
convocatorias. Ahora bien, sus correligionarios, con una sonrisa de oreja a
oreja, dirán que el presidente es muy hábil toreando ciertas preguntas. Sin
embargo, en mi opinión, esa supuesta habilidad no es más que una auténtica
falta de respeto a los ciudadanos, tanto los que le votaron como los que no lo
hicieron, porque todos -¡todos!- tienen (tenemos) derecho a saber la verdad.
Espero que el próximo año, amigo mío, tengamos motivos para
albergar un razonable optimismo. Aunque esa luz que dicen que ya se ve al final
del túnel -¡cuidado!-, pues con la nueva subida anunciada, mi consejo es que
procures encenderla lo menos posible.
Un fuerte abrazo y Feliz Año Nuevo.
Querido Roberto,
ResponderEliminarAyer escribí un comentario pero algo hice mal porque no aparece publicado.
Voy a intertar repetir las ideas que escribí ayer.
Una vez más y con tu estilo claro y directo pones el dedo en la llaga.
Si los documentos publicados son verdaderos parece claro que: hay financiación ilegal, este dinero B se ha repartido entre directivos del partido y algo se ha quedado en las uñas del que controlaba las cuentas.
Esto posiblemente sea una práctica más extendida de lo que sería deseable pero no deja de ser preocupante.
A mi personalmente me indigna y mucho más cuando constato que la primera reacción de los salpicados es atacar al mensajero, luego se esforzaron en contarnos unas milongas con las que nos tratan como tontos y no aplican autocrítica.
Sabes que un principio de gestión de las empresas, tanto privadas como públicas es: "se puede delegar todo menos el control".
De aquí resultan preguntas como ?quien controlaba a Bárcenas y sus antecesores?.
Una vez más Roberto, falta liderazgo.
Tienes razón con la cita de Churchill. La pena es que sigue en vigor.
He escrito un gran "carrete" para decirte que me gusta tu carta y coincido con tu análisis.
Querido Paco:
EliminarSi, como tú dices, se demuestra la veracidad de los hechos, podemos estar ante la punta de un iceberg cuya parte sumergida puede tener unas dimensiones extraordinarias, asombrosas y descomunales. ¿Quién dijo que no hay dinero en este país? Lo lamentable es que está en las manos equivocadas y haciendo de él un uso indebido. Hemos de estar preparados, me temo, para nuevos sobresaltos. Sólo espero que sepamos encontrar la “salida de emergencia”. Y, si se trata de un iceberg, que haya botes salvavidas para todos.
Coincido, amigo Paco, con lo que expones en tu comentario, como no podía ser de otra forma. Un saludo.
¡Pues si que estamos bien!
ResponderEliminarEspero que se aclare lo de Bárcenas. Son y serán los jueces los que digan donde hay delito y donde no lo hay, quero decir, quien lo ha cometido y quien no.
Podremos especular y sospechar de todo dios, pero si queremos un estado de derecho debemos confiar en la Justicia, cosa por cierto, difícil, dado como se las gastan algunos jueces (Tribunal Constitucional, con sus "Bildus" y sus "Sortus" sin ir más lejos)
No digo yo que el tal Bárcenas no haya cometido delito,hace años que no me chupo el dedo, pero en principio y hast que el juéz no diga otra cosa, delito fiscal. Está por ver como se ha hecho multimillonario.
¿Y que me decís de los EREs? 1.400 millones de nada, con Psoe, UGT, CC.OO. metidos en el ajo y llevándoselo crudo y cocinado.
Ya lo decía Felipe González en el aniversario de la fundación del Psoe: 100 años de honradez. Y alguien apostilló posteriormente: ¡Pero ni un minuto más!
Y en esas estamos.
Saludos a la afición, que nos estará leyendo y a vosotros desde luego.
Naturalmente, anónimo comunicante, la Justicia es la única que tiene potestad para investigar, juzgar y, en su caso, condenar. Eso es incuestionable.
EliminarEn cuanto a los ERE, en la Comunidad Autonómica de Andalucía, y la supuesta (por si acaso) implicación del PSOE, UGT y CC.OO., es intolerable el abuso -¡el mal uso!- que se está haciendo de las instituciones y del dinero de los ciudadanos. En esto, también, estamos de acuerdo.
La política, entre otras muchas cosas, nunca fue mi fuerte. Mi desconocimiento -o ignorancia- en estas cuestiones es clamoroso. Sin embargo, siempre tuve un concepto muy particular al respecto: nunca fui partidario de los extremos. De igual modo, tampoco me agradan los nacionalismos radicales. Me gusta el equilibrio, la equidistancia, y este únicamente se consigue estando situado en el centro. En física, centro de gravedad. En geometría, baricentro. Es muy probable que todavía recuerdes estos conceptos.
Ahora bien, cuando un partido político se declara de centro, ¡cuidado! Porque puede serlo de hecho; es decir, real. Pero también puede ser simple apariencia. Y en este último caso, más pronto que tarde, acabaará escorándose, indefectiblemente, hacia estribor. Es decir, a la derecha. Que, también, puede ser muy radical, partidario de reformas extremas.
En el momento actual -y lamento pensar de esta forma-, no me merecen confianza ninguno de los dos principales partidos políticos que tenemos en este país. Considero que adolecen de falta de liderazgo, de carisma. De ahí que naveguemos sin rumbo definido, con una deriva muy preocupante. Por otra parte, nos han mentido tantas veces que, en lo que a mi respecta, perdieron toda credibilidad. Esto es todo... De momento.
Un saludo.
Roberto
Aquí estoy de nuevo amigos
ResponderEliminarEs bastante fácil culpabilizar a los que la prensa a mandado con intereses espúrios a galeras de antemano al que no comulgue con sus ideas políticas
Resulta que con unas copias de unas fotocopias, un corta y pega y una dosis elevada de resentimiento se puede hacer mucho daño a cualquier partido político sobre todo si este partido quiere ser de centro, equidistante vámos, como dice Roberto.
Hay cosas que requieren definición y mojarse el trasero y ahí es donde se definen los políticos con los principios claros y evitar lo más posible la aborrecible demagogia, muy apreciada por los que Roberto llama "extremos"
Quizás no pueda decirse precisamente del Gobierno que tenemos que se ha escorado a estribor, por lo menos en lo que respecta a impuestos, en la que nos da hasta en el cielo de la boca.
¿No era la situación económica dramática? pues sí,lamentablemente. Pese a la rotundidad con la que Dª Elena Salgado and boys MENTÍAN en los últimos meses del nefasto (y me quedo corto) gobierno del Sr. Rguez. Zapatero, que decía que el déficit sería del 6% a fin de año, y resultó del 9,5% ¡NO ESTÁ MAL! Pero le importa a ella poco desde su posición de consejera de una multinacional española, salvando con un truquito ad hoc la Ley de Incompatibilidades
A estas alturas de la película uno ya cree poco en nadie que esté metido en estas "hazañas", más si cabe cuando hoy dicen negro y mañana blanco. Pero hay que tener cierta esperanza o por lo menos tratar de no perderla toda porque si no es así ¿que nos queda?
Ladramos, luego cabalgan
¡Listas abiertas, ya!
Saludos,
Anónimo comunicante:
EliminarConsidero que nuestras posiciones han quedado manifiesta y claramente definidas. Sigo diciendo, lamentándolo mucho, que después de lo que nos han mentido, unos y otros -y continúan haciéndolo-, la cuota de credibilidad está bajo mínimos. Lo que en Ingeniería Estructural se denomina ‘Momento crítico elástico’, a partir del cual la rotura ya es inevitable. Y la elasticidad de la mentira llegó a ese ‘momento crítico’ en el que, inevitablemente, se produce la ‘rotura’ de la credibilidad de los ciudadanos en los partidos políticos.
Suscribo, no obstante, por haberlo reiterado hasta la saciedad: ¡Listas abiertas, ya!
Un saludo.
Supongo que definidas, pero quizás no antagónicas ¿O,si?
ResponderEliminarTraté tan solo de poner un ejemplo de mentira (y de las gordas)¿solo de unos? ¡Pues no te digo de todos! y cuando digo todos me refiero a TODOS
El caso es que yo trato de agarrarme a la esperanza en mi enfermizo deseo de ser optimista, aun cuando pienso que los pueblos tienen los lideres acorde a los tiempos, y desgraciadamente estos no son buenos tiempos.
Sin ánimo de ser pedante, pero a modo de ejemplo traslado aquí un pensamiento de Stuart Mill en su ensayo "Sobre la libertad":
""El valor de un Estado, a la larga, es el valor de los individuos que lo componen. Y un Estado que pospone el desarrollo y la elevación intelectual de sus miembros, un Estado que empequeñece a los hombres, a fin de que sean, en sus manos, dóciles instrumentos, llegará a darse cuenta de que, con hombres pequeños, nada grande podrá ser realizado""
No sé a que me suena todo esto...
Suscribo, absolutamente, la frase que citas, del filósofo, político y economista inglés, John Stuart Mill -del que, en mi ignorancia, nunca había oído hablar-, y te cito una de mis preferidas del que fue Primer Ministro de Inglaterra, estadista, gran orador, historiador y Premio Nobel de Literatura, Sir Winston Leonard Spencer Churchill:
Eliminar“El fallo de nuestra época consiste en que sus hombres no quieren ser útiles sino importantes”.
Aunque, también me parece muy apropiada aquella de Groucho Marx, que dice:
“La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”.
Que pases un buen día.
Querido Roberto,
ResponderEliminarNo se si es el lugar correcto pero hago aquí mi comentario a la carta al amigo imaginario fechada el 27 de Mayo.
Comparto tu indignación y tus comentarios.
Dicen que la historia no es para leerla, dicen que es para aprender de ella. Yo creo que nuestros políticos (si es que hay alguno) no leen historia y por lo tanto no saben que hace aproximadamente 100 años hubo una crisis enorme y que la receta no fué austeridad a ultranza si no el "new deal". Tampoco saben que la forma de ayudar a recuperar a la destrozada Europa después de la II Guerra Mundial fué el Plan Marshall y no la austeridad.
Por no saber, no saben lo que le sucedió a aquel gitano que estaba acostumbrando a su viejo caballo a no comer y que cuando estaba casi acostumbrado se le murió de hambre.
Tampoco saben aritmética porque si supieran sumar y restar caerian el la cuenta que al circular menos dinero se recaudan menos impuestos.
Son tan burros Roberto que no se percataron de que los ingresos que teniamos en España eran consecuencia de la suma de PIB y ayudas de la UE. Se dedicaron a gastar (que no a invertir) esta suma y cuando aplicaron la resta al sumando de la UE no supieron parar a tiempo los despilfarros en Gallas, Ciudad de las Ciencias de Valencia, construcción de aeropuertos en lugares absurdos y condenados a muerte por la competencia del AVE, etc.
Además han prostituido a la democracia. Antes nos gobernaban los políticos elegidos por los partidos (listas cerradas) y votados por nosotros. Ahora el Sr. Rajoy y comparsa hacen bueno aquel dicho que mas o menos decia: "Mala forma de gobierno es gobernar obedeciendo" y lo hacen de tal manera que ejecutan sin rechistar lo que deciden una Sra. Alemana y su tropa a los que no hemos elegido.
En fin Roberto ya termino porque esto parece una carta a mi amigo Roberto y no un comentario a una de sus cartas a su amigo imaginario.
Unfuerte abrazo, amigo
Paco, querido amigo:
EliminarSi bien es cierto que se trata de una crisis global, no lo es menos que cada país es singular -con sus peculiaridades-, y ha de ser tratado como tal en la aplicación de posibles soluciones que ayuden a paliar, en lo posible, la situación de precariedad económica.
Ahora bien, como tú dices, nuestros gobernantes -inconscientes políticos de vía estrecha- derrocharon unos recursos que podían considerarse 'ficticios', en obras 'faraónicas' inútiles y absolutamente prescindibles, que dejaron las Arcas del Estado en una situación lamentable. Aunque, ciertamente, hubo además otras actuaciones lamentables -casos que van saliendo a la luz, día a día-, por parte de elementos indeseables que, por “exigencias del guión”, estamos obligados a considerarlos como “presuntos” implicados en múltiples casos de corrupción, en los que se malversaron o defraudaron cantidades multimillonarias. Así, entre unas cosas y otras, el país está cuasi desahuciado y muchos de sus ciudadanos -en una escalada alarmante- se ven abocados a la miseria más absoluta.
Amigo mío, al paso que vamos, nuestros hijos y nietos tienen su futuro más hipotecado que los bienes inmuebles del juego “Monopoly”.
Un fuerte abrazo.
No hay que ir a Valencia, solamente hay que ver lo que se hizo en el jardín de Ravella, jardín de Compostela, casa del Dtor. Carús,zonas peatonales, que son más bien trampas para viandantes.
ResponderEliminarVayan sumando.
Y ahora resulta que la culpa la tiene Blesa ¿Pero solamente él? Si por mala praxis se enjuicia a alguien, que vayan ampliando una buena galería en La Lama, porque esa panda de políticos (que hay muchos Francisco, demasiados, ahora, buenos...)la rebosaría, empezando por el que tuvo la máxima responsabilidad, EREs, Gürtel, caso Palau, caso Pallerols, ITVs. Políticos que prometen dimitir si se los imputa y ahí están (¿a donde van a ir, si no tienen oficio ni beneficio?)
Duran Lleida, que dijo que si se demostraba financiación ilegal en Unió dimitía ¿Saben si lo ha hecho?
Yo no trato de echar la culpa a unos más que a otros, pero el que practicó un mal gobierno lo han eliminado las urnas, afortunadamente, que cunda el ejemplo.
El único presunto, es el jamón, los demas son unos chorizos
Saludos,
Anónimo comentarista:
EliminarComparto contigo lo referente a las "desfeitas" perpetradas en nuestra ciudad. Y, en este sentido, te invito a que visites la Web de Patrimonio Vilagarcía, en la que podrás leer -entre otras muchas cuestiones- mi artículo 'La remodelación del Parque de la Playa de Compostela'.
En cuanto a las lamentables, a la vez que vergonzosas, actuaciones de nuestros políticos y sus avispados "colaboradores", es sólo cuestión de tiempo que los ciudadanos y, sobre todo, la Justicia, ponga a cada uno en el lugar que le corresponde. Y si alguno merece -por méritos propios- que ese lugar sea la cárcel, algo habremos avanzado. Pero que no se olviden de devolver el dinero que, presuntamente, han hurtado, robado, sustraído o "mangado".
Un saludo.